Club Unión y Atlético Villalba: claves y opiniones sobre una fusión histórica

De entrada, la suma de ambos clubes genera la segunda mayor estructura del fútbol serrano, con 30 equipos federados y entre 550 y 600 futbolistas, y una de las cinco entidades más grandes del Deporte serrano en general, aunque el valor intrínseco de la propia fusión va más allá, al llevar aparejado un crecimiento potencial que ahora mismo es difícil de calibrar.

Club Unión Collado Villalba y Atlético Villalba serán un único club a partir de junio, tras el histórico acuerdo que ambas entidades dieron a conocer a sus socios el pasado 11 de abril en sendas asambleas, celebradas de forma simultánea en la Ciudad Deportiva. Como ya avanzó AQUÍ EN LA SIERRA, la escenificación de la noticia tuvo lugar en la reunión de socios del Unión Collado Villalba, donde Miguel Ángel Jiménez, vicepresidente del Atlético, complementó la exposición inicial del presidente amarillo, Piero Capponi, poniendo la rúbrica que el fútbol villalbino llevaba décadas esperando: “Ahora sí va a haber un proyecto para disfrutar”. Ambos dirigentes se dieron la mano tras la sesión para dar la visibilidad definitiva a un acuerdo que se venía gestando desde varias semanas antes, y que según Piero Capponi “ha sido posible gracias a la generosidad del Atlético Villalba. Basta de divisiones: apostamos por un proyecto de fútbol único, y esto vale más de dos ascensos”, zanjó.

De entrada, la suma de ambos clubes genera la segunda mayor estructura del fútbol serrano, con 30 equipos federados y entre 550 y 600 futbolistas, y una de las cinco entidades más grandes del Deporte serrano en general, aunque el valor intrínseco de la propia fusión va más allá, al llevar aparejado un crecimiento potencial que ahora mismo es difícil de calibrar. Capponi abundó en ello: “Doblamos niños, campos, patrocinadores…”. Estas ventajas del histórico acuerdo quedaron claras en las exposiciones de los dirigentes en sus respectivas asambleas, donde la gran noticia no fue una sorpresa para los socios más cercanos a las directivas. El Atlético Villalba llevó a cabo una votación en la que el proyecto salió adelante por clara mayoría, mientras que la directiva de Piero Capponi eludió ese formalismo y se centró en exponer las claves a los socios. Para ello, el presidente contó con la presencia del vicepresidente económico del Atlético Villalba, Miguel Ángel Jiménez, cuya intervención, respaldando el proyecto sin fisuras, desembocó en el aplauso generalizado de los alrededor de 25 socios asistentes a la histórica reunión.

Fusión o absorción

El aspecto más llamativo para socios y simpatizantes es que el nuevo club conservará, al menos en principio, el nombre y los colores del Club Unión Collado Villalba, algo a lo que Piero Capponi se refirió diciendo que “aparcamos el Atlético Villalba”, y a lo que  Miguel Ángel Jiménez aludió diciendo que “somos profesionales como el que más, y así vamos a sentir estos colores amarillos”. Ello alimentó la teoría de que el Atlético ha sido absorbido por el Unión, cuya continuidad como tal cabe deducir del hecho de que en su reunión se debatiera sobre el nuevo escudo que la directiva pretende implantar con motivo del 50 Aniversario. Ambos dirigentes rechazaron de forma tajante ese punto, a través del comunicado oficial que las dos entidades publicaron al día siguiente en sus redes sociales.

Regularizar la fusión

Carlos Sanz, figura histórica del Atlético Villalba, club del que fue jugador, además de directivo y presidente durante más de 20 años, aseguró a AQUÍ EN LA SIERRA que “lo que se me dijo es que es una fusión, lo que pasa es que en principio tiene que mantenerse el nombre del club de superior categoría. Luego ya habrá que regularizar la situación en una Asamblea: unificar socios, elegir nuevo nombre y colores… Es lo que se habló en la reunión que mantuvimos en Alcaldía -celebrada con la alcaldesa, Mariola Vargas, en la mañana del martes 12 de abril-. No se absorbe nada. Además, no tendría sentido, porque la deuda más gorda es del Unión Collado Villalba, mientras que el Atlético está prácticamente saneado”.

Sanz, cuyo voto delegado fue favorable a la fusión, considera que el proceso de unir a los dos clubes “será fácil, aunque esto lleva un tiempo. Como he comentado otras veces, tiene que haber feeling, y esta vez creo que lo hay. El acuerdo lo han hecho personas que no se conocían y que han unificado proyectos. Y sí; a lo mejor todo es más fácil con gente de fuera de Collado Villalba. Nosotros ya tuvimos un intento en tiempos de Carlos Julio López como alcalde, pero no se llevó a efecto. Y también con José Pablo González, cuando Fermín (Fernández) era presidente del Unión. Siempre pesó mucho el tema económico. Ahora se han unido las dos sinergias y espero que todo salga perfecto por el bien del fútbol de Collado Villalba”.

El actual concejal de Servicios a la Ciudad y Festejos, que fuera titular de Deportes tras dejar la Presidencia del Atlético Villalba en 2011, tiene depositada toda su confianza en las dotes como gestor de Miguel Ángel Jiménez, que pasará de la vicepresidencia económica del Atlético a la Dirección General del nuevo club, con la máxima responsabilidad en la estrategia económica. Su misión principal será la de atajar la deuda conjunta de 200.000 euros, de los que 180.000 corresponden al Unión. “El nuevo club va a tener un responsable económico que puede encauzar esa deuda en el medio plazo, como ha hecho en el Atlético Villalba, a pesar de la pandemia y de que las cantidades eran muy grandes”.

El presidente del Unión, Piero Capponi, que seguirá encabezando la futura nueva directiva, alabó públicamente una gestión que, en apenas dos años, redujo la deuda del Atlético de 140.000 euros a sólo 20.000, “absorbibles en poco más de un mes por el Cash Flow (flujo de caja)”. Miguel Ángel Jiménez será el hombre fuerte de la Economía del nuevo club, mientras su padre, Rafael Jiménez Bravo, presidente del Atlético Villalba, pasará a ser el presidente de Honor de la Unión. Sin embargo, queda mucho camino por recorrer, sobre todo en lo relativo a la integración de las dos estructuras deportivas. De momento, las dos partes están pendientes del desenlace de la temporada, en la que el Unión Collado Villalba aspira a los ascensos de su primer equipo a Tercera RFEF y del filial a Segunda Regional, y el Atlético aún mantiene opciones de permanencia en Primera, contemplando la posibilidad de inscribir dos conjuntos en grupos separados de Segunda, como permite la Real Federación Madrileña de Fútbol.            

José María Díaz Léndez: “Estar unidos es la única forma de ser algún día algo en el fútbol”

 José María Díaz Léndez, socio de Honor del Unión Collado Villalba y uno de sus fundadores en 1972, valoró de forma muy positiva la noticia de la unión de los dos clubes villalbinos, sobre todo por el recuerdo de anteriores fracasos: “Hace muchos años intentamos fusionarlo, y no se pudo conseguir. Sé que luego ha habido un segundo intento, en el que no se llegó a un acuerdo, porque una de las partes pedía mucho, y a la tercera se ha hecho, porque hay una cosa muy española que dice que a la tercera va la vencida. Creo que es algo muy importante, porque el fútbol en Villalba tiene que estar unido. Es la única forma de poder ser algún día algo”. Díaz Léndez recordó cómo la fusión se truncó por muy poco en la década de los noventa: “Hubo un intento que no pudo ser por un voto. Los dos equipos votaban. El Atlético Villalba lo hizo en el bar de mi familia, el Gol; había nueve personas que votaban, ocho estaban allí, y salieron cuatro votos a favor y cuatro en contra. Entonces, un chaval que les ayudaba a ellos, no voy a decir el nombre, sacó del bolsillo un voto que era en contra. Sabiendo eso, nosotros no votamos, pero ése fue mi error”.

El que fuera presidente del primer ascenso a Tercera División en 1996 se refirió también  al intento de fusión más reciente, de hace unos meses: “Me llegó la noticia de que hubo un acuerdo, lo que pasa es que una parte pidió una cosa que a la otra le pareció exagerada, y no llegó a hacerse”. Según fuentes de los dos clubes, cercanas a esa negociación, el anterior presidente del Unión Collado Villalba llegó a pedir 50.000 euros al Atlético Villalba por llevar a cabo la fusión, algo que fue rechazado de plano por la directiva de Rafael Jiménez Bravo.

José María Díaz Léndez, que llegó a la reunión del 11 de abril informado -“sabía lo que iban a anunciar desde hacía 15 días”-, expresó a este periódico su particular visión de la operación: “Una cosa es que publicitariamente se diga que ha sido una fusión y tal… Pero vamos, creo que ha sido una absorción. La verdad es que al presidente del Atlético Villalba, al padre, se le ha hecho presidente de Honor del Unión Collado Villalba, y los hijos han entrado en la directiva; además todos los monitores que tienen pasarán al Villalba. Ahora habrá un volumen deportivo muy importante. Al Villalba le faltaban monitores, por eso creo que la unión ha salido perfecta, aunque el Villalba ha hecho una cosa que no me gusta: modificar el escudo. Para hacer eso había que haber hecho una asamblea. Pero lo respeto, siempre respeto al que manda”.

Recuerdo de Rafael Carrera

Pieza activa en el proceso de creación del Unión en 1972, Díaz Léndez tuvo un recuerdo muy especial para el único hombre que participó de forma activa en la fundación de ambos clubes: el ya fallecido, Rafael Carrera Ezpeleta. “El señor Carrera es la persona que más ha hecho por el Deporte en Collado Villalba, porque para él no había horas en la Federación. El Ayuntamiento dijo que iba hacerle algo, no sé si un homenaje, y ahí se ha quedado”. El expresidente amarillo explicó que “el Atlético Villalba no se funda porque se funda, sino porque los jugadores ya mayores del Villalba hacen un equipo que se llama Atlético, igual que se hizo otro que se llamó el Fósiles. Lo que pasa es que los Fósiles eran todavía más mayores y no eran un equipo federado. El Atlético Villalba se funda en el bar Gol, que era de mi mujer y mi cuñada”.

Díaz Léndez admitió que la intervención de personas ajenas a las viejas rencillas del fútbol villalbino ha sido muy importante para llevar a buen puerto la fusión, aunque lamenta que haya tenido que ser así: «Lo que siento es que hayan tenido que intervenir señores de fuera para unir al Villalba. Tenían que haber sido de aquí. Yo creo que se tenía que haber fusionado antes. Estamos hablando del fútbol de los ochenta, cuando en Villalba no éramos 70.000 habitantes, y entonces nos conocíamos todos. Mi cuñado Vicente (Serrano) era el presidente del Atlético Villalba, y luego fue Carlos (Sanz, actual concejal del Ayuntamiento de Collado Villalba); y también estaba Nanín (Alejandro Alonso), que era una pieza principal. Nunca he sido del Atlético Villaba, pero nunca he ido en contra, porque ahí estaba mi familia y yo tengo amigos por todos los lados. Creo que estar unidos es la única forma de que Villalba sea algo algún día en el fútbol«.

Cuatro décadas de caminos separados

Atlético Villalba y CUC Villalba se pasaron 40 años exactos sin coincidir en competición oficial con sus primeros equipos, hasta que ambos se enfrentaron por primera vez el pasado 7 de marzo de 2021, en un histórico derbi de Preferente. Fue el único, porque esa temporada la liga se jugó a una sola vuelta, por lo que aquel 1-4 favorable al Unión queda como referencia solitaria en una historia de cuatro décadas con caminos separados en competición oficial. A nivel oficioso es otra cosa, puesto que en el recuerdo de los más mayores están los derbis de los años ochenta en torneos veraniegos como el Santiago Apóstol, en los que ambos equipos llenaban a rebosar las gradas del viejo Municipal.

El Unión Collado Villalba, que fue Unión Deportiva Collado Villalba desde su fundación en 1973 hasta 1992, siempre ha jugado en divisiones superiores, con la única excepción de la temporada 2019/2020, cuando el Atlético Villalba jugó por vez primera en Preferente después de consumar el año anterior un  sorpasso histórico, al que ayudó la caída del Unión a Primera Regional, tras 28 años entre Preferente y Tercera División. El final de aquella campaña truncó la espectacular evolución que venía experimentando el Atlético a todos los niveles: el entrenador del histórico ascenso a Preferente, David Muñoz, llegó a presentar un proyecto deportivo de garantías para pelear por el ascenso a Tercera División pero, con todo hecho, la entonces nueva directiva de Rafael Jiménez Bravo no pudo respaldarlo a nivel económico, ante la galopante deuda heredada de la gestión de Manuel Bermejo, el presidente anterior.

Dos años después la situación económica ha sido reconducida, pero las secuelas son evidentes en la parcela deportiva: el Atlético ha perdido parte de su estructura de fútbol base y, con el primer equipo, se ha visto obligado a regresar a los tiempos de plantillas a coste cero, lo que se refleja en la clasificación de Primera Regional, donde el club tricolor tiene muy difícil aguantar la categoría y llegar así a la fusión deportiva de la próxima temporada en mejores condiciones.

41 años de historia del Atlético

Atlético Villalba y Unión Collado Villalba son el uno consecuencia del otro: el Atlético nació en 1981, nueve años después de la histórica fusión entre el Torpedo, el Viñas y el Independiente que trajo la creación de la Unión Deportiva Collado Villalba –tuvo que pasar a denominarse Club Unión contra su voluntad, cuando en 1992 se inscribió en la Federación Madrileña la AD Collado Villalba de fútbol sala-.

El Atlético surgió con el impulso de dos personas de fútbol que guardaban relación con la Unión: uno, Victorino Pérez Campos (conocido como Toni El Manco, por la amputación de uno de sus brazos tras un accidente en el Metro de Madrid), venía de intentar ser presidente de la Unión Deportiva; el otro, Rafael Carrera Ezpeleta, había sido directivo y cofundador del club amarillo. Fue él quien decidió el nombre del nuevo club, siguiendo su afición por el Athletic Club de Bilbao, y quien logró su inscripción en el Torneo del diario As, toda vez que la Federación Castellana de Fútbol –no se creó la Madrileña hasta 1988- ya no admitía en ese momento a más equipos. Rafael Carrera tiró de su amistad con el entonces Secretario de Estado para el Deporte, Jesús Hermida, para hacer llegar una carta nada menos que al despacho del Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicación, instando a su titular, José Luis Álvarez, a que intercediera para desatascar la inscripción del equipo ante la Federación Castellana. Finalmente, y con 14 fichas dadas de alta apenas 48 horas antes del primer partido, el Atlético pudo echar a rodar. Rafael Carrera y Toni El Manco quisieron que fuera una especie de filial de la entonces Unión Deportiva Collado Villalba, pero el club amarillo cerró esa puerta porque la operación implicaba también financiar, al menos en parte, el nuevo equipo.

Desde entonces, ambos clubes han caminado por vías separadas, compartiendo los mismos campos, trabajando pared con pared en sus oficinas, e intercambiando una larga lista de jugadores y entrenadores. Hasta hace una década, las filosofías eran muy distintas: de un lado estaba el Unión Collado Villalba, de vocación más a caballo entre el fútbol semiprofesional y el Aficionado, y con objetivos más ambiciosos, plasmados en sus ocho temporadas en Tercera División divididas en cuatro etapas; y del otro, un Atlético más modesto, sin apenas estructura de base y una dirección institucional muy homogénea e invariable, personalizada en la figura de Carlos Sanz, exjugador en los tiempos de la fundación y, luego, 20 años en la Presidencia.

Todo empezó a dar un giro cuando Sanz dejó su puesto en manos de Antonio Jiménez Ráez, cuyo mandato trajo la potenciación definitiva de las categorías inferiores, de la mano de Carlos Labrador, y el salto del primer equipo a Primera Regional, bajo la dirección de un histórico de los banquillos serranos, Pedro Hernández. Los sucesivos proyectos deportivos de Óscar Guerras y, sobre todo, David Muñoz, terminaron por generar un club con idénticas pretensiones que las de su vecino mayor, además de presentar una rivalidad entre iguales, que ya era muy latente en categorías de base y, sobre todo, en la lucha por ganar cuota institucional.

Ahora esas peleas tocan a su fin, con un proyecto común que, en principio y según se ha expuesto, mantendrá el nombre de Club Unión Collado Villalba, y que llega justo cuando la entidad amarilla prepara la conmemoración del 50 Aniversario.

Jaime Fresno

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