Gonzaga decide y el Galapagar devuelve el sabor de la victoria al Chopo ocho meses después
Los arlequinados ganaron 1-0 al Real Carabanchel con un gol del canterano que tuvieron que defender en inferioridad numérica en la media hora final por la expulsión de Pliego.
El Galapagar se sumó a las fiestas en honor al Cristo de las Mercedes ganando al Real Carabanchel (1-0), una victoria que rompe un maleficio de ocho meses sin ganar en El Chopo. No lo hacía en partido oficial desde que tumbó al Real Madrid C el 14 de enero, y volvió a sumar de tres ante otro club con título de Real, el centenario club titular del mítico campo de La Mina, con gol de un canterano, Gonzaga Suárez, y en una mañana redonda, pues tanto su filial como su primer equipo juvenil asaltaron el feudo del Santa Ana: el equipo de Preferente ganó 1-2, y los juveniles lo hicieron por 3-4. No se le pudo pedir más al primer domingo de abono en El Chopo.
El equipo de Javi Zamorano combinó seguridad defensiva con buen trato de balón, ante un rival correoso que acabó cargando con todo en busca del empate
El estreno en casa del proyecto de Javi Zamorano enseñó a un equipo trazado para dominar y marcar territorio. El técnico de San Martín de Valdeiglesias dispuso de un tridente arriba, con Marcos Gil y Gonzaga abiertos a las bandas y Buceta de referencia por el medio, dio la dirección a De la Torre, con More y Rulo de volantes, y cosió la defensa con Sergio Pliego y Greci, dando los carriles a Guille Álvarez y Álvaro Bóveda. Un 4-3-3 de manual que encontró en la intensidad de salida el aliado perfecto para dominar.
Ya a los ocho minutos, Guille invadió el área carabanchelera y rozó el primer gol con un disparo que se le fue demasiado cruzado, mientras Gonzaga ponía en jaque a la zaga forastera con sus incursiones por la derecha. Con De la Torre marcando la salida de balón, y Rulo y More plenos de movilidad en tres cuartos, el Carabanchel se sintió incómodo en el primer tramo y buscó el juego en largo hacia Héctor Gutiérrez, cuya amenaza latente fue muy bien controlada en los duelos por un inconmensurable Sergio Pliego, sobresaliente en la anticipación sobre su antiguo compañero.
El Real Carabanchel salió de esos apuros con el paso de los minutos y fue creciendo a partir de Nouman Arkine, Fer Pastor y Vallinot, aprovechando el lógico bajón en la presión arlequinada. Su gran oportunidad llegó a los 25 minutos, cuando Richi remató de cabeza a la salida de un córner botado desde la izquierda, y Sergio Iglesias le sacó el gol con una gran parada junto al palo.
La jugada confirmó la mejor fase del Carabanchel en la primera parte, pero los remates se quedaron ahí y el Galapagar acabó el primer tiempo con otra serie de oleadas que pudieron ponerle en ventaja, sobre todo en dos ocasiones conjuradas por Marcos Rubio: el guardameta del Carabanchel le sacó un remate franco a Marcos Gil, tras un excelso control en carrera del goleador hispano venezolano para bajar un no menos espléndido servicio de Buceta; y después negó a Gonzaga un pase de la muerte hacia Marcos Gil, después de otro desborde marca de la casa en la banda derecha, donde el canterano llevó por la calle de la amargura a Juárez.
Gol y expulsión
El premio para el escurridizo extremo llegó en la segunda parte, cuando cazó un balón repelido por la defensa a centro de Guille Álvarez y soltó un tiró raso que, tras pegar en un zaguero, se fue directo a la red, con Marcos Rubio pillado a contrapié. Fue un momento clave en el partido, pues Fer Pastor había tenido poco antes el 0-1, en un cabezazo franco que se marchó cerca de la escuadra.
Con la ventaja en el marcador, el Galapagar pareció en condiciones de cerrar el partido, pero todo se complicó con la expulsión de Sergio Pliego mediada la segunda parte. El central vio dos tarjetas amarillas consecutivas, la segunda por protestar, y abandonó el campo llevado por los demonios, ante lo que fue una rigurosísima interpretación de la nueva regla que sólo permite a los capitanes dirigirse al árbitro. Con uno menos, y con el Carabanchel ya revolucionado por los cambios que dieron entrada al campo a Pacheco, Chamón e Imad, a Javi Zamorano no le quedó más remedio que reestructurar a fondo: quitó de una tacada a Marcos Gil, Rulo y Gonzaga, y metió a Rubén Darío, Borre y Manu Serrano, es decir, otro central de garantías y piernas frescas para dar salida al equipo.
Automáticamente, el partido se volcó hacia el área de Sergio Iglesias y el Galapagar se vio obligado a un exigente ejercicio defensivo. Le terminó saliendo bien, puesto que se aplicó en los duelos, controló el juego aéreo y la última línea respondió de forma eficaz a los intentos individuales de jugadores como Nouman o Imad, muy activo e incisivo en la derecha.
El Galapagar no ganaba en casa en partido oficial desde el 14 de enero, cuando derrotó al Real Madrid C
En plena carga del Carabanchel, Guille Álvarez firmó al contragolpe la jugada del partido: interceptó un pase en campo propio, salió en carrera con el balón controlado dejando atrás a un rival y, al llegar al área, quebró a otro defensa por potencia antes de superar al portero con un remate sobre su salida. El balón se fue al palo con El Chopo dispuesto a venirse abajo con el 2-0. Fue el espectacular colofón al partido que puso fin a ocho meses sin celebraciones caseras con una victoria que mete al Galapagar en el tren de cabeza, con cuatro puntos en dos jornadas.
Jaime Fresno