Rui: “A todos nos gusta meter goles, pero defender es bonito y tiene su arte”

El central de 37 años ha vuelto al CUC Villalba 17 años después de lograr con el equipo el ascenso a Tercera División y el primer título de Liga en Preferente

Rui Fernando da Gracia Gomes, conocido futbolísticamente como Rui, fue uno de los canteranos que causó sensación en aquel CUC Villalba de Juan Carlos Argenta, el que logró el ascenso a Tercera División y logró el primer título de Liga en Preferente en la temporada 2004/2005. 17 años después, aquel espigado lateral derecho, nacido en la localidad berciana de Bembibre, ha regresado a Collado Villalba reconvertido en un experimentado central, con experiencia internacional con su selección de Guinea Ecuatorial, además de jugar en ligas como las Chipre y Malta, y militar en clubes como el Ilicitano -filial del Elche-, la UD Logroñés, el Villarrubia y algunos históricos del fútbol de Castilla y León, como el Real Ávila, el Palencia o la Gimnástica Segoviana, su último equipo, donde estuvo tres temporadas siendo pieza clave en el esquema de otro viejo conocido de la afición del CUC Villalba, Manu González Millán, leyenda del club como líder del equipo amarillo que logró el subcampeonato en Tercera División y la clasificación para el primer playoff de su historia.

Asentado como titular

Transcurridas ya ocho jornadas de Liga, Rui se ha asentado como titular en el CUC Villalba de Pepón López Cortijo, y pasa por ser uno de los jugadores a los que se asocia el buen momento del equipo: desde que jugó por vez primera de inicio, en la cuarta jornada, saldada con victoria en Aranjuez, el CUC Villalba ha sumado o diez de los 15 puntos posibles, sustentados en una defensa que ha firmado en ese tramo dos puertas a cero y sólo ha concedido cuatro goles.

El jugador se resta importancia y pone el foco en ayudar en lo que pueda, ya sea jugando o aportando su experiencia. Pero además, su regreso tiene un especial valor sentimental para los viejos aficionados, que asocian su figura a aquel Villalba de los goles de Toñín y Elvis, el de las paradas del internacional venezolano, Dani Hernández, el que estuvo invicto seis meses, y en el que él debutó con 18 años como premio a sus tres años de trayectoria en los juveniles.

 Han pasado 17 años de tu primera etapa en el CUC Villalba, la del segundo ascenso a Tercera División con el primer título de campeón de Liga. ¿Cuáles son tus sensaciones en el regreso?      

Son sensaciones encontradas, después de tanto tiempo. Ha pasado una eternidad, soy un jugador totalmente diferente, pero estoy contento y alegre por cómo están yendo las cosas con el equipo.

¿Qué recuerdos tienes de aquello, de los compañeros, de aquel equipo que entrenaba Juan Carlos Argenta? Entonces eras un jovencísimo lateral de recorrido…      

Bueno, de recorrido, no sé… Era joven, tenía muchas ganas, también la oportunidad de jugar en el primer equipo del Villalba viniendo de juveniles… La verdad es que había muy buena plantilla, con jugadores que para Preferente eran muy buenos, y conseguimos ese ascenso en una temporada soñada. Es un bonito recuerdo. Es verdad que ahora jugamos en otro campo, en la Ciudad Deportiva, y entonces lo hacíamos en tierra, en Colmenarejo, porque estaban cambiando a césped sintético, que entonces era novedoso. Ahora es otra etapa, otra forma de verlo y otro camino, después de todo lo recorrido.   

Eres nacido en El Bierzo, en Bembibre. ¿Cómo llegaste desde allí a jugar al fútbol en la Sierra de Madrid?      

Pues fíjate: mi padre era minero. Y sabes que a los mineros les jubilan prontito. Entonces con 40 ó 42 años ya se jubiló, y al año de jubilarse nos vinimos a Madrid, un poco por buscar el porvenir de sus hijos, pues aquí podía haber algo más de lo que podía haber en Bembibre, aunque allí se vive muy bien, evidentemente. Nosotros lo entendimos, aunque estás en una edad difícil, en la que tienes muchos amigos y tienes cabeza para saber que es un cambio grande. Vinimos y estuve cuatro años en un equipito de un barrio de Leganés, y luego en juveniles decidí venirme a Villalba.

Estando en Bembibre, en el Alto Bierzo, ¿cuál era tu sueño de futbolista: el Atlético Bembibre, la Ponferradina…?      

Pues fíjate, de aquello no tenía ese concepto de tener que ir a tal equipo. Al fin y al cabo era un niño de ocho nueve añitos que lo que quería era jugar y divertirse con sus amigos. Fue lo más bonito de esa etapa, no piensas en si vas a ser futbolista o no, porque es uno entre un millón para vivir de ello. Quería divertirme y que llegase el fin de semana para ponerme la camiseta del Bembibre y jugar.

Tu conexión última con Collado Villalba no sólo es tu regreso al equipo, sino también estar en la Gimnástica Segoviana a las órdenes de Manu, que aquí es como una leyenda, como capitán del equipo con dos ascensos logrados…      

La verdad es que sí. De Manu conocía historias de aquí de Villalba. Además de que ha sido un grandísimo jugador, es un gran técnico, joven y con un porvenir creo que muy grande. He estado tres años con él y la verdad que muy bien y muy contento, porque más allá del fútbol me he llevado un amigo. Espero que me sirva todo lo que he aprendido con él en estos tres años para intentar ayudar a los jóvenes a crecer como futbolistas y también como personas.

Tu carrera te ha llevado del lateral al puesto de central. ¿Es la reconversión natural, no?      

Puede ser, pero también porque mido 1,90; al fin y al cabo, no hay muchos laterales que tengan esta estatura. Pero sí, creo que con el tiempo me he ido reconvirtiendo en central y no tardé mucho más. Creo que al año siguiente de salir de Villalba ya jugué de central en el Ilicitano, el filial del Elche. La vida al final te va poniendo en situación, te adaptas y creo que lo hice bastante bien. Además, me gusta. No es lo mejor, porque a todos nos gusta meter goles, pero la función de defender es bonita y tiene su arte.     

Hablemos del presente. ¿Ya ha alcanzado el Villalba el nivel que queréis, o ya lo tenía al principio en esos tres primeros partidos con derrotas tan ajustadas?     

Creo que el equipo ha crecido a raíz de las victorias, que han dado el quitarte la losa de ese inicio tan demoledor de las tres derrotas, y de cómo llegaron esas derrotas. El fútbol es cruel y tiene estas cosas, que si perdonas o fallas el equipo rival tiene calidad y no lo hace, estamos en Tercera y, al fin y al cabo, todos los que están aquí están por merecimiento propio. Nosotros tenemos que pelear mucho. Creo que estamos jugando bien y la idea de juego es clara.

Jaime Fresno

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