El Galapagar tira de blindaje y garra ante un Alcalá dominador y con mejor pie (0-0)

Los serranos mantienen nueve puntos de margen sobre el descenso, antes de visitar este miércoles al Pozuelo (20:00 horas)

“Días de mucho, vísperas de nada”, dice el refrán, en referencia a las expectativas no consumadas en éste o aquél espectáculo. Y así pasó en el esperado Galapagar – RSD Alcalá, saldado con un empate sin goles muy valioso para los serranos, y contadas ocasiones, todo bajo una atmósfera casi de playoff, con El Chopo en el entorno de los 600 espectadores y cánticos permanentes de las aficiones.

Fotografías: Vidal Fraguas

El 0-0 hizo justicia a lo que se vio: un Galapagar recogido, en una versión más tímida, con menos llegada arriba de la habitual, y un Alcalá dominador, con más sitio en el campo y mejor pie, pero incapaz de encontrarcaminos claros hacia la portería de Gonzalo. El portero contó con una defensa a prueba de bombas, liderada por un Raúl León imperial. En realidad, el partido fue eso: un cursillo de centrales. El ex del Villanueva del Pardillo, más su joven escudero, Sergio Pliego, lo dieron vestidos de gualdinegro; Luis Enrique y José Ángel, lo dieron de rojillos, si bien este último acabó más centrado en jugar la pelota porque la carga ofensiva del Galapagar fue inferior. Esa supremacía de los defensores se llevó por delante a los dos referentes del partido: Héctor e Izan. A los dos les faltó campo, y sobre los dos hubo un fenomenal trabajo defensivo en cada uno de sus intentos, pues nunca se escondieron.

Importante punto de los arlequinados ante un aspirante al ascenso, en un partido cerrado y con pocas ocasiones que no estuvo a la altura de la expectación generada, con casi 600 espectadores en El Chopo.

 El Alcalá domina de salida

Consciente de la importancia de la victoria para no perder comba en la pelea por el ascenso, la Deportiva tuvo una buena puesta escena en El Chopo. Jorge Martín de San Pablo dispuso de Favio por delante de la zaga de cuatro, colocó en tres cuartos a Chato por el eje y a Ángel y PabloRivero en las bandas, y fijó arriba a Garci e Izan, ante las sensibles bajas de Arouna –sancionado- y Dani Ponce. Pronto se vio el dominio territorial rojillo, a partir de una buena presión arriba que no sólo hizo la vida difícil a De la Torre, sino que impidió la proyección por los carriles de los Guilles del Galapagar, Álvarez y Flórez. No fue un dominio ni mucho menos abrumador, pero sí un cambio de guión respecto a otros equipos que fueron sobrepasados de salida sobre el tapete de la calle Guadarrama. Un disparo demasiado cruzado de Buceta tras un saque de esquina, al poco de empezar, fue todo el bagaje ofensivo del Galapagar en un primer tiempo en que el Alcalá estuvo mandón, ocupó mejor el campo y dispuso del balón con mejor pie.

Sin embargo, a los visitantes todo eso no les bastó para hacer daño. El Galapagar se aplicó en cada duelo individual, luchó cada balón, destiló intensidad, garra y hasta pillería en cada balón, y detuvo con contundencia a la Deportiva en tres cuartos, donde acababan las subidas de Pablo Rivero y De Pedro por la izquierda, donde Izan no pudo zafarse de la impecable defensa de ayudas arlequinada. El Alcalá sólo encontró un mínimo resquicio llegando al descanso cuando, en el minuto 40, Chato rompió por el carril del 8 y le puso un remate franco a Garci. El delantero, quizá exhausto por su estajanovista presión, zanjó la buena jugada chutando fuera sin convicción.

Gran partido de los cuatro centrales que jugaron, con Raúl León pletórico en una zaga del Galapagar que sólo concedió tres ocasiones ante el amplio dominio un Alcalá al que El Chopo se le hizo pequeño.

Ocasiones del Galapagar

El paso por la caseta apenas alteró nada. Los técnicos se guardaron los cambios para más adelante y el juego se atostonó, en contraste con el excepcional ambiente en el estadio. El Galapagar, siempre con la amenaza latente de Héctor, no tuvo prisas. Ralentizó cada falta, saque de banda o de puerta, y se pudo comprobar su sentido administrativo del partido, sólo roto en cada envío en largo destinado al Pichichi de la Liga. Esta vez, Héctor se encontró con un Luis Enrique espléndido, por colocación, por velocidad al corte, por oficio en el cuerpo a cuerpo. La pelea entre los dos con el balón de por medio tuvo momentos de mucha conexión con la grada, con dos aficiones que idolatran al uno y al otro. A diferencia de otros defensores que han pasado por El Chopo, Luis Enrique no se arrugó y contestó con contundencia a los cuerpeos del número 22 arlequinado, cuya potencia y disposición a la batalla constituyen en sí mismas todo un espectáculo.

Por vez primera en tiempo, parecía que a Héctor le negarían hasta rematar a puerta de cualquier manera, pero en ésas apareció Marcos Gil. Con el desgaste haciendo mella, el 7 detectó hueco por el pasillo central, hizo una de esas arrancadas que prodiga cuando está en forma, rompió a dos centrocampistas rojillos y, al alcanzar el balcón del área, vio y habilitó a Héctor, que llegaba encendido para romper la portería. Su zambombazo en carrera pasó lamiendo la escuadra. De no haber red en el gol Norte, el balón podría haber llegado a la urbanización de El Guijo. Mientras, el otro referente, Izan, se las veía con Raúl León, autor de tres o cuatro cruces que mostraron a las claras su condición de galapagueño del partido. En la mejor, detuvo una internada afiladísima de Izan por la derecha, en la que partía en clara desventaja, salió triunfador y acabó felicitado por Pliego, cuya futura carrera, más que prometedora, algo le deberá al número 14.

Facu Ferratti, con un disparo que besó el larguero, y Héctor, con un chut cerca de la escuadra, firmaron las mejores oportunidades de un Galapagar que asomó más en la segunda parte.

Con el partido maduro, Álvaro Gómez-Rey fue el primero en decidir cambiar: si a los 17 minutos de la segunda parte había quitado a un Kike Falcón sin el protagonismo habitual en tareas creativas, para meter más fuerza posicional con Santamarina, el entrenador madrileño apostó para la recta final por Nacho Martín y Ferratti, es decir, capacidad de pase para explotar los mayores espacios, además de disparo. Nada más entrar al campo, Facu Ferratti encontró un buen balón suelto cerca del área, sin nadie en un radio de dos metros, y se sacó un disparo seco que quitó la pintura de la parte exterior del larguero. Fue en el único tramo de partido con la sensación de que podía moverse el marcador, puesto que minutos antes Gonzalo había salvado el gol del Alcalá en un doble remate de Garci e Izan.

En contra de lo que pudiera parecer, el intercambio de esa fase no fue a más y ambos equipos plegaron velas en un tramo final que tuvo poco que rascar, más allá de la emoción y la tensión. El Galapagar pareció satisfecho, dentro de su extrema concentración para no cometer fallos, y al Alcalá tampoco le valió jugar la baza de Hervías. Ambos equipos hicieron cambios sobre el minuto 90 para evitar sustos, y ambos terminaron firmando otro empate, tras el 1-1 de El Val.

Al Galapagar le vale para mantener el descenso a nueve puntos y para reafirmarse en la idea de que es prácticamente inabordable en El Chopo; al Alcalá, no. Sus más de 120 aficionados la mayor visita forastera de la temporada-, salieron del coliseo arlequinado pensando en que les volvieron a cambiar el jamón por el salchichón. Pero nada más lejos: el Galapagar frenó a su equipo porque está ya muy hecho a la categoría y es un Tercera con todas las de la ley y, además, porque la Deportiva lleva décadas con una losa que nadie más tiene en el Grupo VII: poner su fútbol a la altura de la ciudad más futbolera de la región tras la capital, con las fuerzas fragmentadas en una veintena de clubes y repartidas entre cuatro ciudades deportivas y un sinfín de campos. El Val, con toda su belleza, y el Alcalá, con sus casi 100 años de historia, lo tienen difícil porque apenas representan una porción del pastel. A otra escala, el Galapagar es el pastel en sí mismo, y además da caviar a su gente, en la temporada más espléndida de su historia. Su próximo tren hace parada en el Valle de las Cañas, para enfrentarse estemiércoles a las 20:00 horas al Pozuelo.

CD GALAPAGAR: Gonzalo; Guille Álvarez, Raúl León, Sergio Pliego, Guille Flórez (Carlos Daniel 90’); Marcos Gil (Facu Ferratti, 77’), Greci, Juan de la Torre (Nacho Martín, 77’), Kike Falcón (Santamarina, 62’); Pablo Buceta (Sergio Mas 90’) y Héctor.

RSD ALCALÁ: Aarón; Antonio Huelves, Jose Ángel, Luis Enrique, De Pedro; Favio (Alonso, 84’); Ángel (Jaime, 90’), Chato, Pablo Rivero; Garci e Izan (Hervías, 79’).

ÁRBITRO: López Montalbán. Gran actuación, en el día en que su labor fue evaluada por informadores del Comité nacional para determinar su ascenso de categoría. Impecable dirección de un partido difícil, con mucho que pitar.

INCIDENCIAS: Partido de la 33ª jornada en el Grupo VII de Tercera RFEF, con algo más de 600 espectadores en el Municipal de El Chopo, unos 120 aficionados del Alcalá. El Galapagar recibió la autorización federativa para utilizar la grada de lateral, junto a los banquillos, donde se ubicaron unos 60 seguidores visitantes, miembros de la Peña Marcador del Val y de las Brigadas Alcalaínas, mientras que el resto se repartieron por otros sectores.

La Policía Local controló el acceso habilitado en el aparcamiento de la calle Guadarrama, y al menos seis efectivos de la Guardia Civil controlaron la seguridad en el partido. El dispositivo sirvió para cortar al menos dos enfrentamientos entre aficionados, uno tras los banquillos y otro en tribuna, con el saldo de dos seguidores del Alcalá desalojados del estadio. Los aseos del campo recibieron una pintada con la firma de “Skins Alcalá” (Ver contracrónica).

Jaime Fresno

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