El CUC Villalba pone fin a su historia de 53 años entregándose al Atlético de Madrid en una asamblea de trámite en Majadahonda
Se acabó el Club Unión Collado Villalba: este jueves, 19 de junio de 2025, algo más de una decena de socios afines a la directiva de Piero Capponi y Miguel Ángel Jiménez votaron de forma unánime a favor de la fusión por absorción del Atlético de Madrid, que pasa a ser el dueño absoluto de su estructura. A saber: 29 equipos, con unos 420 futbolistas según los últimos datos -700 fichas, según la directiva-, y la escalera completa de formación, desde prebenjamines hasta el primer equipo de Tercera RFEF.
Sin embargo, la verdadera dimensión del mazazo está en la historia, con centenares de miles de horas de trabajo altruista, plagadas de inversiones personales a fondo perdido, de personalidades ya irrepetibles en el contexto del fútbol actual: Julio García, Germán Ramos, Santiago Granado, Mariano Martín Torrejón, José María Díaz Léndez, Ángel López, Reyes del Amo, Rafael Carrera, Luciano Palacios, Antonio Sousa… También en jugadores como Chuchi Bermejo, Ventura, Mazarías, Angelín, Barrios, Rafita, Joseba, Manu, Alberto Losa, Toni Corbella, Elvis, Toñín, Casero, Revesado, Campillo, Mendi, Domínguez, los hermanos Revilla, los hermanos Grosso…; o en la lista de entrenadores que brillaron en los éxitos o trabajaron en la sombra, en tiempos duros: Miguelín Casado (la leyenda del gran San Lorenzo de los años cincuenta), Jamari, Antonio Martín Buavent, David Gordo, Juan Carlos Argenta, Pepón López Cortijo…
Toda esa lista, que en 53 años de existencia da para muchos más nombres, ya sólo pertenece a la historia: pasadas las ocho de la tarde del 19 de junio, un grupo de socios ajenos a todo ello votaron sin fisuras la propuesta final de la directiva, sin que mediara la única y mínima oposición posible, la del socio Roberto Redondo, que pasará a la historia como el último villalbino que tuvo derecho a voto. Preguntado por ello, el exdirectivo y patrocinador del club hasta su última temporada se limitó a confesar que “estoy bastante decepcionado, tanto con la empresa como con la dirección del Ayuntamiento”.
Carta del presidente
La directiva tampoco admitió preguntas en la hora final, más allá de la difusión en redes sociales de una carta más bien personal de Piero Capponi, ya expresidente:
“Cuando empezamos esta aventura, hace tres años y medio, jamás pensé que iba a acabar así. Llegamos a un club en horas bajas: 200 fichas, unas deudas enormes, una rivalidad muy dura con otros clubes de la ciudad, pocos patrocinadores y unas oficinas en estado lamentable. Hicimos muchas cosas bien y muchas cosas mal. Lo hicimos todo con el corazón.
Hoy el club, después de una histórica fusión, tenía casi 700 fichas, un acuerdo de filialidad con la sociedad anónima deportiva más importante de España, las cuentas saneadas y un proyecto de crecimiento para la cantera absolutamente espectacular.
Honestamente no sé dónde se ha torcido. No sé por qué el Ayuntamiento ha visto en este proyecto un peligro. Es verdad que jamás nos ha apoyado más allá de buenas palabras, sobre todo en campaña electoral. Pero ponerle trabas a la llegada del Atlético de Madrid perjudicando a la entidad más antigua de la ciudad y, en especial, a los jugadores de la cantera y a sus familias, muchas de las cuales nos han mostrado mucha solidaridad en estas últimas semanas, es un hecho inexplicable.
A todo esto, se ha añadido una situación personal de salud muy grave que no me ha permitido pelear como me hubiera gustado. Asumo mi parte de responsabilidad en este fracaso, porque la desaparición del ‘CUC’ (sic) sólo puede ser considerada un fracaso. Pero lo que sí nadie nos puede recriminar es el esfuerzo, trabajo, ideas, dinero, energía y pasión que hemos echado en estos 40 meses.
Aprovecho para dar las gracias a todas las personas que han trabajado en el club en estos años, empezando por Miguel Ángel Jiménez, el verdadero motor del club, y a Silvia Díaz, su corazón. Figuras clave, imprescindibles en esta aventura.
Gracias también a los entrenadores, empleados públicos, patrocinadores, periodistas, aficionados y, ante todo, a los jugadores y sus familias, con quienes hemos compartido emociones estos años.
Mi último pensamiento como ya expresidente del CUC Villalba va a don Santiago, una persona que echo mucho de menos desde el mismo día en que se nos fue. Él sabe que con todos mis defectos he intentado llevar los mejores éxitos deportivos e institucionales al CUC Villalba, y os prometo que pensaba hasta hace poco haberlo logrado. Hoy me quito la pulsera que llevo desde que me nombraron presidente, una pulsera que reza: #villalbasueña.
Siento mucho que el sueño se haya acabado de esta manera tan inesperada. Os deseo a todos lo mejor”.
Piero Capponi declinó efectuar cualquier tipo de declaración tras la asamblea, aduciendo las recomendaciones médicas que siguen vigentes tras las dos operaciones de corazón a las que se ha sometido en los últimos meses, tras sufrir un infarto.
53 temporadas de fútbol
La historia del CUC Villalba se salda con un total de 53 temporadas. El histórico club villalbino, fruto de la unión entre el Torpedo, el Independiente y el Viñas, jugó por vez primera en la campaña 1972/1973, acabando quinto en la Tercera Regional Ordinaria, categoría de la que fue campeón tres años después. En total, el Unión ha estado 15 temporadas adscrito a la Federación Castellana de Fútbol y, desde 1987, a la Federación Madrileña, fundada ese mismo año, en la que llevaba un total de 27 temporadas.
A ello hay que sumar las 11 campañas en categoría nacional bajo el auspicio de la Real Federación Española de Fútbol, con un total de cinco ascensos a Tercera División, dos de ellos como campeón de Preferente -con los técnicos Juan Carlos Argenta y David Gordo-, y tres como subcampeón: el primero, en 1996 en El Álamo, llegó en la promoción de ascenso por cruce directo entre subcampeones de grupo de la mano de Antonio Martín; los otros dos fueron directamente, con Nacho Benito y Marcelo Román en la 2014/2015, y con Pepón López Cortijo en la 2021/2022, si bien este último, al ser a la nueva Tercera RFEF, implicó el salto a la quinta división del fútbol español, no a la cuarta, como en los casos anteriores.
El saldo final del CUC Villalba es de 2.025 puntos sumados en 53 temporadas y 1.808 partidos oficiales jugados, con 704 victorias, 422 empates y 682 derrotas, y un total de 2.580 goles a favor y 2.641 en contra. En categoría nacional, el Unión deja la cuenta en 112 victorias en 416 partidos jugados, con 419 puntos obtenidos y 410 goles a favor, récord en el fútbol serrano, aunque hay que significar que el anterior registro, el de la UD San Lorenzo en los años cincuenta, con 117 puntos en seis temporadas y 45 victorias, se produjo en el tercer escalón del fútbol español, en una Tercera División pura, equivalente a la actual Primera RFEF.
En toda esa historia, el Club Unión Collado Villalba deja dos grandes hitos que marcaron los únicos momentos de conexión real con la ciudad: el primer ascenso a Tercera División de 1996, en El Álamo, y el subcampeonato de Liga en Tercera de 2013, cuando perdió el título y la clasificación directa para la Copa del Rey con tres goles del Puerta Bonita en los minutos finales de su partido ante el Colmenar, en la última jornada. Aquello, junto a la eliminatoria de playoff perdida ante el Mairena, de penalti y por el valor doble de los goles en campo contrario, ha terminado por fijar el techo histórico del Club Unión Collado Villalba, vendido al Atlético de Madrid y, en unos días, liquidado en los registros de la Comunidad de Madrid, Ayuntamiento y RFFM.
Jaime Fresno