El CUC Villalba saca carácter y se levanta dos veces para empatar al San Fernando (2-2)

Juancar, al filo del descanso, y Diego Altamirano, con una genialidad a siete minutos del final, hicieron los goles villalbinos en un entretenido partido entre aspirantes a estar arriba. El Villalba alcanza el parón del puente de diciembre en la séptima plaza, a cuatro puntos del ascenso que ahora marca el Sanse B.

El CUC Villalba sumó un importante punto en el Santiago del Pino ante el San Fernando, en un partido de alternativas que cada equipo pudo hacer caer de su lado: si los del Corredor entraron mejor en los arranques de cada tiempo, el grupo de Pepón mostró carácter para sobreponerse a eso y a dos marcadores adversos para, incluso, rozar la remontada y, con ella, lo que hubiese sido una tercera victoria consecutiva. Puestas ambas cosas en la balanza, el empate final hizo justicia por lo visto en el maltrecho césped del estadio sanfernandino, que a día de hoy dista mucho de ser aquel gran campo que inauguró el Real Madrid en 1998, con Anelka y Samuel Etoo, entre otros.

Como siete días atrás ante el Coslada, el Villalba no salió con la intensidad correcta y encajó gol a las primeras de cambio: fue al tercer minuto, cuando el San Fernando profundizó por la banda derecha y obligó a la zaga negra –fue el color que lucieron los villalbinos- a repeler como pudo hasta dos remates consecutivos, dejando el segundo rechace para que Hugo Sánchez, solo en el punto de penalti, ejecutara prácticamente a placer a Sergio Iglesias.

El gol asentó a los locales, que sin hacer nada del otro mundo ya mandaban en el marcador, mientras que el Villalba carecía de ligazón con los delanteros, Víctor Salcedo y Vivi, no encontraba el enganche de Quique Casado y, además, sufría atrás en los envíos en largo a espaldas de la zaga. Al minuto 12, el San Fernando pudo meter tierra de por medio, pero Bilal no resolvió. El último fichaje de los del Henares, procedente del Complutense, recibió solo en el área, se fue escorando para domar el balón y, cuando lo hizo, se precipitó ante Sergio chutando al lateral de la red.

Fue el último susto de la secuencia inicial para el Villalba, que a partir de ahí fue encontrando más balón y asomando más por el campo contrario. Un disparo cruzado de Koke que se marchó fuera fue la primera señal de que el partido empezaba a cambiar, todavía en el minuto 18, pero las verdaderas ocasiones villalbinas llegaron en el tramo final de la primera parte, en la medida en que Casado y Vivi fueron entrando en acción: a los 32 minutos, el primero colgó una falta que encontró libre de marca a Juancar, pero el lateral no precisó su remate; y al poco, Vivi rebañó un balón en tres cuartos y se fue como un cohete hacia el área, pero el de Cerceda no vio a su derecha la llegada en solitario de Casado, y los defensores se le echaron encima cuando había generado un enorme aclarado para su compañero.

No pegar ahí pudo ser letal para el Villalba, puesto que el San Fernando respondió con un contragolpe de gran calidad en el que Diego Campos puso el 2-0 en las botas de Hugo Sánchez, pero al 10 blanco se le fue la rosca que quiso poner en la misma escuadra. Con el partido abierto, un error del San Fernando en la salida de balón originó que Miki Navares pusiera un servicio de gol a Quique Casado, pero el villalbino tampoco atinó en buena posición. Quien sí lo hizo fue Juancar, que tuvo el premio a sus continuas subidas y bajadas por la banda derecha rematando un servicio de esquina desde la izquierda que le encontró sin vigilancia en el segundo palo. Un defensa del San Fernando llegó a sacar el balón bajo palos, pero el colegiado, Pérez Ginés, no dudó en irse al centro del campo a marcar el 1-1 con el que se llegó al intermedio.

Goles de calidad tras el descanso

La segunda parte sirvió para que ambos conjuntos mostrasen aún más las armas de superior categoría que tienen en sus plantillas. Como en el comienzo del partido, el San Fernando salió mejor, invadió el campo serrano y pudo adelantarse a los pocos minutos en otra gran acción de Diego Campos, que conectó con Jorge Shafa en la frontal para que el ex del Alcalá soltase un disparo seco que escupió el poste. La acción  fue una consecuencia casi inmediata del doble cambio de Juanjo García Granero para meter a Álex Díaz y Nacho Buenache, enfocado a tener más manejo de la situación a costa de arriesgar con defensa de tres. En esa fase, el Villalba empezó a crecer en intensidad y a acercarse al gol a base de robar en tres cuartos, ya con los espacios muy abiertos. Su momento llegó a los 25 minutos de la segunda parte, cuando Vivi robó otro balón y enfiló la portería sanfernandina dejando atrás defensores, y sirvió en bandeja a Quique Casado lo que parecía un gol hecho. Mas no era la mañana del 10, al que el balón le botó mal justo en el momento de la ejecución. “Fui con el interior, quise asegurar, pero el campo…”, dijo después, ya vestido de calle.

El Villalba alcanza el parón del puente de diciembre en la séptima plaza, a cuatro puntos del ascenso que ahora marca el Sanse B, nuevo segundo clasificado tras el empate de la Concepción ante el líder Canillas (0-0)

Del posible 1-2 se pasó al 2-1 en cuestión de tres minutos, cuando los creativos del San Fernando tejieron una combinación por el pasillo central que dejó habilitado a Jorge Shafa dentro del área. Esta vez, el 8 sanfernandino no perdonó y ajustó un disparo duro y raso a la derecha de Sergio Iglesias, que nada pudo hacer para evitar el 2-1. El gol, con pinta de mazazo definitivo, llegó justo un minuto después de que Pepón hubiese dado entrada a Braiden y Diego Altamirano, buscando fortalecer el plan de buscar muy arriba el balón.

Esta vez, el ex canterano del Atlético de Madrid tardó diez minutos en sacarse de la chistera otra genialidad, con un regate de clase en la frontal a cuya salida siguió un zurdazo ajustado ante el que nada pudo hacer el guardameta Ismael. El golazo hizo que el Villalba terminase por aguantar un pulso de nivel con el San Fernando y, de paso, enseñó el tipo de armas de las que dispone este año de cara al gol. Altamirano es un ejemplo paradigmático: el media punta, que regresaba de pagar dos partidos de sanción tras el nefasto arbitraje de Patricia Gómez que descarriló al Villalba ante el Aravaca, volvió a necesitar sólo un balón potable para marcar, igual que el día del 4-2 a La Moraleja.

Esa capacidad para la pegada puede terminar metiendo muy arriba al equipo, a nada que el Villalba encuentre una línea regular. De momento, enlaza tres jornadas sin perder, con siete puntos de nueve posibles, y llega al parón del puente a cuatro del ascenso que ahora marca un Sanse B que aprovechó el empate de la Concepción ante el líder Canillas (0-0) para colocarse segundo, a seis puntos del titular del Minihighbury. A vuelta del descanso, el Villalba acabará el año jugando en casa ante la Escuela Moratalaz B y viajando a La Cabrera para medirse al Zona Norte, dos partidos que probarán si la cosa va definitivamente encarrilada.

Jaime Fresno

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