El CUC Villalba choca con una roca en El Val (1-0) y se jugará el ser o no ser ante Las Rozas

El Villalba no pudo con el Alcalá, que impuso la pegada de Álvaro Portero y su calidad defensiva para ganar por la mínima, y afrontará la jornada final obligado a ganar a los roceños para evitar el descenso directo y una de las plazas de arrastre.

Como ante el Ursaria, el CUC Villalba se la fue a jugar ante uno de los peores adversarios posibles, un Alcalá con velocidad de crucero hacia el playoff, y en precario, esta vez sin Álvaro y Álex Krehl, piedras angulares en el medio y arriba, además de la baja del portero Pablo Sanz, y esta vez no pudo vencer a la lógica: perdió 1-0 y se vio empujado a jugar una finalísima por la permanencia este domingo ante Las Rozas, en un partido sin vuelta de hoja.

El imponente Municipal de El Val, varias veces propicio en el pasado, fue esta vez inexpugnable: el Alcalá lo golpeó de salida y luego administró la renta con oficio, minimizando los espacios de su enorme pradera de 110×72, que acabó siendo una losa en la segunda parte, cuando al Villalba le faltó frescura de piernas para inquietar de verdad. Su verdadera opción ya había pasado, en una primera parte bien jugada, sobre todo por carácter: el equipo se vio atropellado de salida, se levantó, encontró su sitio y amenazó, con al menos tres ocasiones de envergadura, pero como en tantas ocasiones, le faltó la pegada. Después, se perdió en la larga declaración de intenciones de la segunda parte, controlado por un Alcalá en modo playoff, es decir, manejando los tiempos del partido, solidísimo atrás, punzante al contragolpe, aunque impreciso ante Taillet. El tipo de partido que hay que jugar cuando los partidos se juegan bajo presión. Ante eso, al Villalba le faltó fútbol y piernas, después de jugar una primera parte de tú a tú.

El equipo de Walter Caprile fue arrollado de salida, pero se repuso y acarició el empate antes del descanso. Después, se estrelló ante el orden y la calidad defensiva de un Alcalá que se aúpa a la cuarta posición tras ganar seis de sus últimos siete partidos

El once titular de Walter Caprile fue tan aseado como razonable, con Braiden arriba en lugar de Álex Krehl, y de nuevo con Luis Juárez como ancla en el medio, en vez de Álvaro. Pero cuando el partido pidió un cambio de marcha, la palanca no encontró la quinta. Faltaron agitación y sorpresa, empuje real. El Alcalá controló todo y atrapó una victoria esencial, la que le mete por vez primera en la temporada en playoff, para jolgorio de una afición que en la 10ª jornada pedía cabezas, con su equipo en descenso. El Villalba salió de la ‘Bombonera’ rojilla escuchando el famoso “¡que sí, joder, que vamos a ascender!”, y seguramente rumiando las ocasiones perdidas, en El Val y en el pasado. Se la jugará a todo o nada contra Las Rozas, otro mal compañero de viaje, como quedó escrito en ese calendario final que parece diseñado por su peor enemigo.

Las opciones de la primera parte

El CUC Villalba pareció entrar bien al partido: a los tres minutos, Rober Muñoz ganó la espalda a Dani Navarro en la derecha y se plantó solo ante Manolo Delgado, aunque con poco ángulo. El portero le tapó el remate al primer palo para desviar a córner y la jugada desembocó en un carrusel de idas y venidas en el que el Villalba bien pudo ser atropellado: el Alcalá respondió contundente, con el gol de Álvaro Portero, rematando a placer un balón suelto en el área producto de la primera internada de Abel Molinero por la derecha, y después pudo ampliar en un disparo seco de Manu Toledano que escupió el palo, y en una gran jugada de Chato, que rompió por el medio para propiciar un remate franco de Guillermo Macho. La perla de la Deportiva cruzó en exceso su disparo, con Taillet vendido.

Superado el chaparrón, el Villalba tomó sitio, a partir del despliegue de Bassim en el medio, y la pujanza de Vivi y Altamirano. Tras el 1-0, el extremo de Cerceda se insertó como segundo punta, y el 10 se fue más a la derecha, para mostrar toda una gama de recursos técnicos. Su problema fue que Dani Navarro y Moyano, tras el susto inicial ante Rober, ataron bien marca y cobertura. Aun así, Altamirano fue insistente, buscó una y otra vez el balón, y enseñó repertorio. De sus botas nació la mejor ocasión, cuando botó una falta desde la izquierda que fue rechazada en el primer palo para que el balón le cayese limpio a Bassim. El centrocampista, cerca del área chica, mandó alto el gol cantado del empate.

La jugada abundó en las buenas sensaciones del Villalba, al que se le veía muy suelto en la vasta pradera de El Val, ante un Alcalá más contemplativo, fiando quizá la sentencia a la inventiva de su artillería pesada. En ese guión, los de Walter Caprile pegaron tres avisos más antes del intermedio, primero en una combinación entre Vivi y Rober, malograda en el último pase, y luego en una pared tirada por Braiden que el extremo de Cerceda, en posición de gol, estrelló en un defensa. Encendido como estaba, Vivi todavía tuvo otra opción, calcando la jugada del golazo al Ursaria, aunque esta vez Manolo Delgado le sacó sin muchos apuros el derechazo, gracias a que el portero estaba adelantado achicando ángulos.

El Alcalá controla

La segunda parte ya fue otra historia. El Alcalá recobró pujanza y pudo ampliar el resultado a la primera, cuando Macho recibió un excepcional cambio de orientación en la derecha y, solo, volvió a chutar demasiado cruzado, a un metro del palo largo de Taillet. Ofensivamente, ahí acabó el partido, con 44 minutos por delante. El Villalba adquirió un dominio territorial inocuo y el Alcalá lo mantuvo a raya con una facilidad pasmosa. Sin apenas revulsivos en el banco, Walter Caprile empezó por actuar con una medida profiláctica, quitando al amonestado Altamirano para meter a Juancar, y siguió con el cambio de Pitu en lugar de Braiden, sin encontrar la agitación deseada. En toda la segunda parte sólo se anotó una internada de Vivi por la izquierda, finalizada con un pase raso al segundo palo bien interceptado por Manolo Delgado. En lo demás, el Villalba chocó contra una roca. El Alcalá, con esa imponente línea de cuatro atrás que le valdría sin lugar a duda si sube a Segunda RFEF, cerró todas las vías de acceso y buscó echar la persiana al partido descolgando de refresco a Noman Arkine y Cristian Hervías, mas el cuadro de Carlos Pérez Salvachúa emuló al Villalba de la primera parte y careció de ligazón en sus contragolpes. El partido murió así, en un quiero y no puedo de los serranos, cada vez con menos energía en las amplitudes de El Val, atados en corto por una Deportiva a favor de obra. Esa energía que el Villalba necesitará recobrar por completo si quiere aspirar a la machada ante Las Rozas, un equipo que llegará a la Ciudad Deportiva dispuesto a ganar para proteger su quinta plaza de playoff. El no va más en la última jornada.

RSD ALCALÁ: Manolo Delgado; Tito, Javi Jiménez, Moyano, Dani Navarro; Abel Molinero (Garci, 60’), Aitor Monroy, Chato, Guillermo Macho (Jorge Sánchez, 78’); Manu Toledano (Cristian Hervías, 72’) y Álvaro Portero (Noman Arkine, 79’).

CUC VILLALBA: Taillet; Sergio García (Ayoub, 89’), Jona, Gonzalo Talavera, Mendi (Mario Alin, 84’); Luis Juárez, Bassim; Rober Muñoz, Diego Altamirano (Juancar 65’), Vivi; y Braiden (Pitu, 65’).

ÁRBITRO: Raúl de la Mata Martínez. Correcta actuación.

GOL: 1-0, Álvaro Portero (7’)

INCIDENCIAS: Partido de la 29ª jornada de liga en el Grupo VII de Tercera RFEF, con cerca de 700 espectadores en el Municipal Virgen del Val de Alcalá de Henares, entre ellos una veintena de seguidores del CUC Villalba, en mañana agradable y soleada. Césped natural en buenas condiciones.

Jaime Fresno

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