Cita con las estrellas del Club Ciclista Galapagar

​ El coloquio con Carlos Sastre, Ángel Arroyo, Eduardo Chozas y Tasio Greciano, entre otros ilustres, llenó la biblioteca Ricardo León en el cierre de los actos del 50 Aniversario.

El Club Ciclista Galapagar puso un broche de oro a la celebración  de su 50 Aniversario con una charla coloquio que, bajo el título “Escuela de campeones, escuela de vida”, dejó una foto para la historia: de un lado, Ángel Arroyo, Eduardo Chozas, Tasio Greciano, Francisco Javier Cedena, Enrique Martínez Heredia, Ángel López del Álamo ‘Tabique’, estrellas del ciclismo español de los años setenta, ochenta y noventa; y del otro, Carlos Sastre, el campeón del Tour de Francia de 2008, el autor de una de las mayores gestas de la historia en Alpe d’Huez, con la apoteósica ascensión en solitario que le valió asaltar el maillot amarillo, sentado junto a los jóvenes que vienen, o que ya están. A saber: Sergio Román Martín, profesional con el Caja Rural; Pablo García, amateur en la escuadra navarra y también canterano en Galapagar; y Eva Anguela, la multicampeona de España en pista, que ocupósilla al lado del que ya es su nuevo seleccionador nacionalen categoría absoluta, Félix García Casas.

El grupo pudo tener aún más enjundia, de no ser por los compromisos profesionales de Perico Delgado, antiguo jefe de Tasio Greciano en el Reynolds y buen amigo de la leyenda del ciclismo de Galapagar, y de Juanpe López, el antiguo juvenil del club que este año fue varios días líder del Giro de Italia y que, por cierto, renovó hace unos días su contrato con el Trek Segafredo, hasta 2025. Javier Chomón, predecesor de Sergio Greciano en la Presidencia, generó una gran emoción en la sala al recordar cómo el padre del ciclista lebrijano le telefoneó para agradecer al Club Ciclista Galapagar su papel clave en el camino de Juanpe López hacia el profesionalismo, al acogerlo en su primer año de juvenil, después de que el ciclista se quedara sin posibilidad de correr en Andalucía.

Aun sin dos portadores de los maillots de líder de las tres grandes vueltas, pocas veces la foto de familia de un acto conmemorativo resum tan fielmente la fuerza y vigencia de una institución, para orgullo del Club Ciclista Galapagar, capaz de abarcar medio siglo de ciclismo con representantes ilustres de todas las épocas, desde su fundación en 1972 hasta la actualidad. Huelga decir que la sala de la Biblioteca Ricardo León se quedó pequeña para ver la estupenda charla coloquio programada para celebrar 50 años en las carreteras, sendas y velódromos. Un acto cuya fuerza reconoció todo un campeón del Tour, como Carlos Sastre: “Reunir este elenco de ciclistas no es sencillo, pero, y hablo en nombre de todos ellos, la ocasión merece mucho la pena. Hay que estar cerca de esta gente, que dedica su tiempo, su experiencia, su conocimiento y, en muchos casos, su dinero para que un montón de chavales tengan la ocasión de ser algo en la vida”.

Muchas de esas personas formaron parte del público:desde pioneros como Gabino Claramunt o el primer presidente del club, Elías Fernández, quienes tuvieron la oportunidad de contar los inicios, hasta la actual directiva,encabezada por Sergio Greciano, y los monitores de la escuela que coordina Rubén López y sus jóvenes ciclistas. Tampoco faltaron nombres propios como los de Fortunato Greciano, o el del campeón de España cadete en ruta, Rafa Martínez, y los expresidentes del ya extinto Iplacea de Alcalá de Henares, Luis Sánchez Trillo, y de la Peña Hijos de Víctor Gil de Collado Villalba, Juan González, además de ciclistas y personalidades como Jesús Ignacio Alonso, Javier Pérez ‘Panterita’, Antonio Civantos o Emilio Cumbreño, en representación de una de las familias ciclistas con más renombre en el Club Ciclista Galapagar. Un éxito de convocatoria y organización que tuvo como testigos de excepción al alcalde de Galapagar, Alberto Gómez, a la edil de Deportes, Mercedes Nuño, y a la principal portavoz de la oposición, Carla Greciano, entre otros representantes políticos.

Historias y anécdotas

Pablo Durán, la voz del ciclismo madrileño como speaker de las principales carreras, ejerció de maestro de ceremonias de un evento que discurrió ágil y entretenido,por espacio de casi tres horas que se hicieron muy cortas, ante las decenas de anécdotas que fueron contando los ilustres protagonistas, una vez que se expusieron sus principales logros en el ciclismo. Uno de los momentos más interesantes surgió cuando José Luis González, exalcalde y concejal de Deportes de Galapagar, y en su díadirigente del club, preguntó a los ciclistas por sus peores momentos sobre la bicicleta, obteniendo un relato muy destacable de Eduardo Chozas por estar estrechamente ligado a la Sierra del Guadarrama: “El día que más he sufrido en carrera, sin llegar a ser pájara, fue en mi primera Vuelta a España, la que ganó Faustino Rupérez. Estuve como 15 días tirando del carro desde el kilómetro cero hasta que no podía más. Y ya el último día duro, antes de llegar a Madrid, subíamos en 220 kilómetros, más o menos, todos los puertos de la Sierra: Navafría, Canencia, Morcuera, Cotos, Los Leones y, por si fuera poco, había que subir Los Ángeles de San Rafael, meternos en la urbanización hasta el lago y acabar arriba. Faustino Rupérez tuvo perdido el maillot amarillo, y a mí me tocó jugarme la vida en La Morcuera para volver a enlazar, hasta que ya me quedé en Cotos, que entonces estaba empedrado hasta el falso llano. Recuerdo que al llegar no podía subir las escaleras del dolor que tenía en los glúteos y por todo. Pero no fue pájara: la pájara-pájara la tuve en un entrenamiento de más de 200 kilómetros, llovía y pinché cuatro veces. Llegué en llanta a Brunete desde Boadilla, por las subidas del Guadarrama. Todo en llanta y con viento de cara. En Boadilla tenía un sudor frío y entre en un bar en el que había un chaval que me miró como diciendo: ¿Y a éste qué le pasa? Me bebí una coca cola de litro, me pedí todos los bollos que había y me los comí en cerocoma. No di ni los buenos días, y todavía tuve que llegar a casa en llanta”.

El capítulo de las pájaras, sumado a las experiencias de los ciclistas ligadas a Galapagar y sus carreras, a la relación con los ciclistas locales, en especial con Tasio Greciano, coparon buena parte de la interactuación de los ponentes con un auditorio que, además, pudo disfrutar de un recorrido en imágenes por la historia del Club Ciclista Galapagar, con curiosas fotos de los ciclistas presentes, de pruebas organizadas por el club, presentaciones de equipos y hasta de actas de carrera.

Tras apurar al máximo el horario de la Biblioteca Ricardo León, con charlas en corrillo y la toma de fotos para el recuerdo, la memorable velada acabó con una cena en un restaurante de la localidad.

El campeón del Tour de Francia 2008 arropó al Club Ciclista Galapagar en su 50 Aniversario      

Carlos Sastre: “Hay que darle tiempo al tiempo para que haya otra generación de corredores que nos haga vibrar”

Carlos Sastre Candil, desde 2008 en la nómina decampeones españoles del Tour de Francia, fue uno de los invitados de lujo a la celebración del Club Ciclista Galapagar, club al que conoce por coincidir en las carreteras en sus inicios en el ciclismo, ligados desde los 18 años a la excepcional escuela creada por su padre en El Barraco: la Fundación Provincial Deportiva Víctor Sastre. Con él estuvo Ángel Arroyo, inspirador de aquella estructura a la que dio nombre en los primeros años, cuando el gran escalador del Reynolds había rozado la gloria en el Tour de Francia de 1983, en el que acabó segundo tras el francés Laurent Fignon. Esa conexión con el ciclismo de base, unida a su experiencia como corredor de la gran élite, hacen de Carlos Sastre un referente de lo más completo cuando hay que hablar de ciclismo, el deporte que puso a El Barraco en el mapa mundial, a través de la gran hornada de corredores surgidos en laescuela de la pequeña localidad abulense, con nombres como Chava Jiménez, Paco Mancebo, Pablo Lastras o el propio Sastre.

A sus 47 años, el campeón de El Barraco -aunque nacido en Leganés- ve con orgullo de padre cómo su hijo, Yeray, apunta alto en el campo juvenil dentro del equipo MMR Academy, la estructura asturiana del campeón olímpico, Samuel Sánchez, dando así continuidad a una saga que quiere seguir viva, aunque ahora ya no tenga su campo de operaciones en lassingulares carreteras de la sierra de Ávila.              

Es un tema sobre el que se ha debatido en la sala: se pierden clubes y escuelas, se pierden carreras de base, se priorizan más las categorías máster… ¿Le ves solución a que se pueda cortar esa hemorragia?

Yo creo que la vida es una montaña rusa, en la que tan pronto estamos arriba como estamos abajo, y te tienes que reinventar continuamente. Las cosas ni están tan mal como las pueden pintar, ni van a estar nunca tan maravillosas como nos gustaría. Creo que nos tenemos que adaptar a las circunstancias. El elenco de actividades deportivas que tienen ahora los chavales es mucho más amplio que el que teníamos hace unos años. Y luego también son modas: hemos visto una generación maravillosa, con Alberto Contador, con Valverde, con Purito, o conmigo y otros corredores, que no hemos conseguido atraer la atención de todos esos chavales, por lo que tenemos que entender que los gustos han cambiado, y hay que adaptarse. Vemos otros países en los que este deporte no tenía tanta importancia y que ahora están eclosionando de una manera especial. Esto va y viene, y creo que iremos cambiando y que a lo mejor no tenemos tantos corredores, pero los pocos que haya serán buenos, porque hay una buena base y hay una experiencia muy buena. Los clubes van a seguir subsistiendo pese a todas estas adversidades y hay que darle tiempo al tiempo para tener una nueva generación de corredores que nos hagan disfrutar y vibrar de nuevo.

Una buena hornada de ciclistas salisteis de El Barraco, de la estructura de tu padre, Víctor Sastre…

Él fue una persona muy importante de este deporte en su momento. Consiguió que 15 ó 16 chavales tuviésemos la oportunidad de ser ciclistas profesionales y de brillar en carreras a nivel nacional e internacional, y puso su granito de arena en aquel momento, haciendo cosas muy bonitas sin ningún tipo de objetivos. Su objetivo era que los chavales tuvieran una motivación por hacer deporte y no caer en el mundo de las drogas. Aquello ayudó a que nos ilusionásemos con la bicicleta y creyésemos en ella.

¿Cómo está ahora esa cantera? ¿Se intuyen nuevos Carlos Sastre, Chava Jiménez o Pablo Lastras?

Nosotros paramos la actividad con la pandemia y ahora mismo no tenemos estructura. Yo llego hasta donde llego, y al final para estas cosas se necesita gente para tirar del carro. Uno solo no puede tirar el córner y rematar de cabeza.

Quien parece apuntar maneras es tu hijo, Yeray Sastre, que brilla como juvenil en carreras tan importantes como la Vuelta al Besaya. ¿Cómo ves su proyección?

Bueno, él es un chavalillo todavía, está madurando y buscando un poco su hueco, buscando su línea o dirección para saber si esto es realmente lo que quiere hacer. El año que viene pasa de categoría y ser ‘hijo de’, ‘sobrino de’, o ‘nieto de’ nunca es sencillo, porque todo el mundo va a tender a compararle, y sobre todo a machacarle de alguna manera, con cosas como: ¡ah, tu tío hacía aquí no sé qué, tu padre no sé cuántos…! Las comparaciones siempre son complicadas, pero lo que hace lo hace porque le gusta y él ha cogido su camino y ha puesto la velocidad a la que él considera que tiene que ir. Le acompañaremos en este trayecto.

Sobre estas cosas hablarás mucho con Joseba Beloki, que también tiene a su hijo, Markel Beloki, apuntando maneras…

Bueno, afortunadamente hemos coincidido este año en el equipo -MMR Academy, la escuela de Samuel Sánchez- y la verdad es que fuera de las carreras hacemos tiempo para estar juntos y hemos vuelto a recordar cositas y momentos que nos hacen felices. Además, cuando has pasado momentos complicados y bonitos con ciertos compañeros, recordarlo es siempre bonito.

Una duda: ¿Yeray es a quien le dedicas la victoria de etapa en Ax-3 Domaines en el Tour de 2003, entrando en meta con el chupete?

No, era por mi hija Claudia, que está aquí hoy y es la primera. Yeray no había nacido, nació en 2004, y Claudia es de 2001. El chupete se lo quitaría Que me regañaba, por cierto.

Hablemos para acabar de tu gran éxito. ¿Crees que tu victoria en el Tour de Francia de 2008 está infravalorada, en relación a otros Tours de ciclistas españoles?

Yo no lo siento así. Al final lo más importante en la vida es sentirte a gusto contigo mismo, y lo que piensen alrededor… A mí lo que me vale es mi familia y las personas que me han visto crecer. El resto, pues es bonito que te den palmaditas en la espalda y que te digan lo bonito que eres por las cosas que haces en este mundo, pero la verdad es que no lo siento así, y no me siento así porque soy feliz con lo que hice.  

El galapagueño del Caja Rural ya prepara la temporada 2023 en el Teide      

Sergio Román Martín: “Es una alegría inmensa que el club cumpla 50 años, es mi segunda casa

Sergio Román Martín, el ciclista que da continuidad a la presencia galapagueña en el profesionalismo, tras el míticoTasio Greciano, disfrutó de la cita con las estrellas organizada por el Club Ciclista Galapagar, poco antes de poner rumbo a Tenerife para empezar a preparar su temporada 2023 con el Caja Rural-Seguros RGA. “El Rubio”, erigido desde hace años en el principal referente de los jóvenes ciclistas de la casa, no sólo pudo departir con uno de sus ídolos, Carlos Sastre, sino compartir una efeméride memorable con la gente del club donde se subió por vez primera a una bicicleta. Estos días Sergio ya entrena en las faldas del Teide con vistas a un año en el que se ha fijado como gran objetivo brillar en la Vuelta a España, tras el prematuro abandono por enfermedad en su debut de 2021, y la exclusión del Caja Rural en la edición de este año, desplazado en la nómina de invitados por el Kern Pharma. Curiosamente, la escuadra navarra acabó 2022 liderando la clasificación de los equipos de categoría Pro Team españoles, siendo con diferencia el conjunto con más victorias -ocho- y presencias en el podio, un saldo al que Sergio contribuyó en muchas carreras, con buenos trabajos de equipo y ofreciendo varios destellos de clase. El de Galapagar está ilusionado con ir un paso más allá.  

Supongo que ha sido para ti muy especial estar en el 50 Aniversario del club de casa, en el que te formaste, rodeado de estrellas del ciclismo español y también por los jóvenes galapagueños que apuntan alto…

Pues ha sido muy especial precisamente por los dos motivos: por estar junto a ciclistas de talla mundial como Carlos Sastre, que para mí ha sido un referente, es todo un ganador del Tour de Francia, pero luego también por celebrar con el club que es mi segunda casa. He crecido desde los seis años con ellos, sigo teniendo el contacto con el 90% del club, y para mí es una alegría inmensa que cumpla 50 años y que los cumpla haciendo las cosas bien, sobre todo demostrando que somos una familia, queaunque se diga en muchos sitios, en Galapagar somos una familia de verdad.

¿Recuerdas cómo fue el primer día en que llegaste al Club Ciclista Galapagar?

Pues no lo recuerdo, porque tenía seis años y, claro, llevo tanto tiempo… De tantas cosas que he vivido no lo recuerdo. Pero sí me acuerdo del porqué entré al club, que fue por Cristóbal -Greciano-, que era el que mandaba entonces. Él tenía buena relación con mi familia y obligó a mis padres a que nos apuntaran a la bici. Nosotros no sabíamos nada de bici y mis padres, tampoco. Pero eran amigos y dijo: tus niños, a la bici. Así fue.

En el coloquio se ha hablado del mérito que tiene mantener tanto tiempo una estructura ciclista, sobre todo cuando muchos clubes no han podido aguantar y han desparecido. ¿Es de lo que más se debe sentir orgulloso el club?  

Se deben sentir muy orgullosos, porque 50 años son muchos años, y el poder luchar con o contra ayuntamientos, con federaciones, con organización de carreras, con otros deportes, con chavales que van y vienen, que ahora están, pero después hacen otras cosas… Son muchas situaciones con las que tienen que lidiar. Al final se ha hecho más fuerte el equipo y aguantar 50 años es de un mérito incalculable.

Te habrás sentido muy identificado con las palabras de Javier Chomón sobre Juanpe López, con la anécdota de la llamada de su padre nada más ponerse líder del Giro de Italia diciendo que ese éxito era en parte gracias al Club Ciclista Galapagar, por acogerle en sus filas cuando llegó a Madrid en juveniles…

Y lo es, sin duda. Javier Chomón ha sido uno de los artífices de que el club se mantuviera y creciera. Tanto él como otras personas que han dedicado mucho tiempo y mucho esfuerzo sin apenas recompensa han hecho que gente como Juanpe pueda salir. Y hablando de mi situación, cuando perdí la ilusión por la bici, fue el club el que me hizo recuperarla. Eso vale oro.

¿Cómo fue aquello, Sergio?

Bueno, cuando vas pasando categorías va aumentando la competencia, la dificultad, y tienes que saber gestionarlo. Entre la dificultad que tenía yo, sumada a los estudios, y el no saber gestionar esa dificultad, combinado además con un período de caídas, pues tuve unos meses muy malos.Pura casualidad o no, me dijeron si quería llevar las escuelas del club durante una temporada de transición, para ver lo que quería hacer, y ver las caras de los chavales para mí fue la mejor forma de recuperar la ilusión. Dirigía a chavales como los Anguela, como Rafa, a los que ahora veo que van yendo muy bien, así que la ilusión ahora es doble.

Imagino que ellos siguen de cerca tus carreras con Caja Rural…

Sí, yo tengo un contacto diario con un montón de gente y los veo que son un apoyo brutal. El año pasado en la Vuelta a España me di cuenta. Es una cosa que te da alas.

¿Qué poso te dejó tu temporada 2022, con la parte mala de las caídas y el hecho de que Caja Rural no pudiese estar en la Vuelta a España? ¿Cuál es tu balance?  

Pues, siendo un poco exigente, diría que le pongo un poco más de un aprobado. La Vuelta a España es un objetivo muy ilusionante, por circunstancias ajenas no pudimos estar ahí, y luego he tenido un par de caídas que me han lastrado un poco en los momentos clave. Aunque he tenido algún destello bueno, no creo que haya sido suficiente para lo que yo me pedía. Pero no es motivo de tristeza, sino de motivación para el año que viene.

Pero entraste en muchas fugas y dio sensación de que, cuando terminabas, lo hacías muy adelante…

Sí, quizá he demostrado que tengo un nivel más que el año anterior, y espero poder seguir evolucionando así, con las aspiraciones altas de cara al año que viene.

¿Qué objetivos te marcas para 2023? Regresar a la Vuelta y sacarte la espina del abandono del año pasado será uno de los principales…

Sí, sin duda. Estar en la Vuelta es el objetivo primero. Primero es estar, y segundo hacerlo bien. Y en el resto del calendario, pues intentar acumular puestos entre los diez primeros, hacer escapadas de calidad, e incluso ganar una carrera.

¿Cuál es el plan de preparación y qué puedes contarnos sobre el calendario de principio de temporada?

Un poco la idea es una concentración con el equipo, ahora en noviembre, para conocer a los nuevos compañeros, tener una charla sobre cómo va a funcionar el equipo, tomar tallas para la ropa… Un poco las cosas que no se pueden hacer durante la temporada. Y luego ya, entrenar en casa para luego en enero empezar una concentración con el equipo antes de las carreras, y luego ya, a correr. Lo más seguro es empezar con el calendario español, que es la Challenge de Mallorca, Vuelta a Andalucía, Vuelta a Valencia o Vuelta al Algarve… Un poco lo que es el Mediterráneo, que es lo que me gusta para empezar.

Jaime Fresno

Send this to a friend