Carlos Verona firma su segundo mejor Tour de Francia en la meta final de Niza

El sanlorentino acabó 24º en la General, aunque no pudo dejarse ver en escapadas.

Carlos Verona concluyó este domingo su participación en el Tour de Francia en la 24ª posición de la clasificación general, en lo que fue su segunda mejor actuación en cinco participaciones, tras la 19ª que firmó en 2020. Lo hizo tras completar la contrarreloj final de Niza a 6:58 minutos de Tadej Pogacar, brillante ganador de la etapa, en lo que fue la sexta victoria parcial del campeón esloveno, que puso así su particular broche a una actuación histórica, traducida en su tercera victoria absoluta y el doblete Giro de Italia – Tour de Francia, algo que nadie lograba desde Marco Pantani, en 1998.

El resultado final del sanlorentino adquiere mucho valor, teniendo en cuenta su papel de gregario del italiano Giulio Ciccone, al que escoltó en las principales jornadas de montaña mostrando muy buenas sensaciones. Con ese hándicap, fue el tercer mejor corredor del Lidl-Trek, tras su jefe de filas y el francés Julien Bernard, a 1:47:13 horas de un Pogacar que abrió diferencias abismales en la General, como demuestra que el quinto clasificado, el español Mikel Landa, finalizase a más de 20 minutos del esloveno.

Ese resultado volvió a llegar tras un Tour en el que Verona fue yendo de menos a más, fiel a sus características de gran fondista. En el primer gran test de la cuarta etapa, con el Galibier de juez de paz justo antes de la meta de Valloire, Verona acabó 37º a algo más de siete minutos de Pogacar, para después ceder otros 11 minutos en la complicada jornada de los ‘sterratos’ de Troyes.

A más en los Pirineos

Una vez en los Pirineos, Verona se encontró con sus mejores piernas en un contexto en el que su equipo, el Lidl-Trek, ya había perdido a una de sus mejores bazas para cazar etapas, el danés Mads Pedersen, baja en carrera que se sumó a la del británico Tao Geogeghan Hart, fichaje estrella de la escuadra estadounidense, cuya caída en junio en el Critérium Dauphiné le impidió liderar al equipo en el Tour. El sanlorentino cuajó una gran actuación en la durísima etapa de Plateau de Beille, donde acabó 21º, aprovechando el gran fondo que exigía el recorrido, con casi 200 kilómetros y cinco puertos de entidad, cuatro de primera categoría y el final de ‘Hors Catégorie’, y seguramente también el matiz especial de que la etapa salió de Loudenville, donde Verona rozó la victoria de etapa en 2020.

Fue en las jornadas pirenaicas donde el ciclista serrano recibió la visita de su mujer, Esther, y sus tres hijos, y donde se sintió más apoyado por el público, llegando a asegurar que estaba muy cerca de su mejor nivel y a ver factible la entrada de Giulio Ciccone en los cinco primeros puestos de la General. Sin embargo, el italiano perdió esa opción en las dos jornadas de los Alpes Marítimos, y acabó cediendo su puesto en el top-10 en la contrarreloj final, superado por el colombiano Santiago Buitrago.

“El balance no ha sido el esperado”

Carlos Verona atendió a AQUÍ EN LA SIERRA pocas horas después de rematar en Niza los casi 3.500 kilómetros de recorrido de su quinto Tour de Francia. En sus primeras impresiones generales sobre la carrera, reconoció que “el balance no ha sido el esperado” y puso el acento en las bajas que han lastrado la participación del Lidl-Trek: “Con la baja al principio de Mads -Pedersen- se nos torció nuestro primer objetivo, que era el maillot por puntos y la victoria de etapa y, después, no poder contar con Tao -Geogeghan Hart- fue un hándicap para la General. Hemos luchado todo lo que hemos podido con Ciccone, pero al final hemos terminado fuera del top-ten… Bueno, creo que hemos hecho todo lo que hemos podido con seis corredores, y cuando lo das todo no puedes pedir más, así que estamos satisfechos”, remató, en alusión tanto al rendimiento colectivo como a su buena clasificación general.

La suma de todos los condicionantes, unidos a las que se dieron en carrera, con el UAE de Tadej Pogacar y el Visma de Jonas Vingegaard sin apenas dar opciones a las escapadas, han impedido ver a Verona con opciones reales de pelear por la victoria de etapa, algo que, en la montaña, su terreno, ha estado monopolizado sin apenas excepciones por Tadej Pogacar, con sus triunfos en las cuatro etapas de alta montaña en los Pirineos y en los Alpes.

La Vuelta, en interrogante

El de San Lorenzo disfrutará esta semana de unos días de descanso, tras completar con el Lidl-Trek el único de los cinco Tours que ha corrido fuera del Movistar, antes de afrontar la parte final de su calendario de 2024. En él, la opción de disputar la Vuelta Ciclista a España sigue siendo una opción: “Ahora vamos a ver si recuperamos pilas y a ver si consigo estar en la selección del equipo en la Vuelta, que la verdad me haría mucha ilusión, es lo que mejor se me puede adaptar. Haré todo lo que sea posible para ganarme una plaza en el equipo, cosa que no será fácil porque al final tenemos un equipo muy competitivo para intentar la General; con Tao, si está recuperado, o con Mattias Skjelmose. Es un poco el plan de la segunda parte del año, y a por ello vamos”.

La Vuelta Ciclista a España comenzará en Lisboa el próximo sábado 17 de agosto, con un total de 3.265 kilómetros repartidos en 21 etapas, con dos contrarrelojes, ocho jornadas de alta montaña, y cinco de media montaña. La ronda española acabará en Madrid el 8 de septiembre, esta vez sin etapa previa en la Sierra del Guadarrama. Esta vez, la organización de Unipublic ha programado en la víspera de la llegada a la capital una gran jornada de montaña en Cantabria, con siete puertos y un final que puede ser decisivo en el Picón Blanco, previo paso por el Puerto de los Tornos.

Jaime Fresno  

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