Carlos Verona estrena su palmarés en las grandes con una impresionante victoria en el Giro de Italia

El sanlorentino ganó la 15ª etapa, de 219 kilómetros entre Fiume Veneto y Asiago, tras filtrarse en una escapada de nivel consolidada tras la ascensión al durísimo Monte Grappa y marcharse en la subida a Dori.

Carlos Verona ganó este domingo la 15ª etapa del Giro de Italia, la del primer contacto serio con la gran montaña, 219 kilómetros con casi 4.000 metros de desnivel entre Fiume Veneto y Asiago, la dosis de gran fondo que tan bien se adapta a sus cualidades, que salieron a relucir en todo su esplendor para levantar los brazos por primera vez en una gran vuelta, y segunda en su carrera profesional.

Fue un triunfo impresionante, gestado en el fragor de la batalla desencadenada en el durísimo Monte Grappa, donde atacó Egan Bernal, donde se vio la suficiencia del líder, Isaac del Toro, para seguir la rueda del colombiano, y donde se le volvieron a ver las costuras a Primoz Roglic, finalmente descolgado en la última subida a Dori. Esta vez el campeón esloveno, el hombre que acechó la magnífica victoria de Verona de hace tres años lanzado por Jonas Vingegaard en las rampas de Vaujany, en los Alpes franceses del Critérium Dauphiné de 2022, no fue quien amenazó la victoria del sanlorentino, cuya gestión de esfuerzos y capacidad estratégica le permitieron sonreír entrando en el último kilómetro, tras escuchar en el coche del Lidl-Trek que su renta andaba estable en el umbral de los 35 segundos.

Entró en meta recreándose, en loor de multitudes, y se bajó de la bicicleta para ir a abrazarse a Esther, su mujer, y los niños, para luego subir al podio más alto de su carrera profesional, al fin en una gran vuelta. La familia Verona ya no olvidará Asiago, famoso escenario de una ofensiva del Imperio austro-húngaro en la Primera Guerra Mundial, en plenos Alpes Vicentinos. El lugar de su gran victoria, a los 32 años, y con el Monte Grappa de por medio.

Carlos Verona
Carlos Verona, entrando en la meta de Asiago / Fotografía: RR SS (Carlos Verona en X)

El mejor de la escapada 

El abandono de Giulio Ciccone propició un cambio en la estrategia del Lidl-Trek, que sin su jefe de filas trabajó para que Mads Pedersen consolidara su maglia ciclamino de los puntos en el sprint intermedio y liberó a Carlos Verona en su terreno predilecto. El sanlorentino aguantó entre los favoritos la larguísima ascensión al Monte Grappa, con 25 kilómetros al 5,8% de media, y acabó metido en la selección definitiva que se formó en el valle de enlace con la subida a Dori, aprovechando el parón que se produjo tras el ataque del colombiano Egan Bernal a dos kilómetros de la cima.

El español Pello Bilbao provocó el corte, al que se sumaron otros nueve corredores, y el grupo dio caza al italiano Marco Frigo, que marchaba escapado en solitario, tomando una ventaja sustancial respecto al grupo de la maglia rosa. Verona, consciente del terreno que quedaba por delante, esperó su oportunidad y jugó su baza en Dori, donde fue eliminando rivales hasta marcharse en solitario a falta de 41 kilómetros. Su gestión de esfuerzos le hizo conservar el gas necesario para sacar a relucir su calidad, coronar la cima en cabeza y ganarse la oportunidad de resolver la etapa en el sinuoso recorrido en sube y baja que conducía a Asiago, donde dio una exhibición acorde a sus características para contener el empujón final del pelotón del líder, Isaac del Toro. Cuando Verona coronó el último repecho, a unos tres kilómetros de meta, la ventaja de más de medio minuto se antojó decisiva.

El de San Lorenzo negoció con técnica y seguridad la bajada final y entró en la meta de Asiago recreándose en la gesta, engrandecida más si cabe por la batalla que dio por detrás entre los favoritos, con corredores como Roglic y Tiberi descolgados, y tras un esfuerzo de cinco horas y cuarto.

“A falta de 45 kilómetros supe que podía ganar. Era el primer Giro en que no tenía la ambición de ganar, y por eso lo he disfrutado tanto. Lo he hecho por el equipo y por Ciccone”

Verona acabó ganando con 22 segundos de ventaja sobre el alemán Florian Stork, y con 23 en relación al cuarteto formado por los italianos Cristian Scaronni y Filippo Zanna, y los franceses Romain Bardet y Nicolas Prodhomme, que entraron con los favoritos pisándoles los talones, a 29 segundos. Una victoria de enorme nivel que pone de relieve la calidad de un ciclista que, cuando tiene libertad y piernas, es capaz de gestas de enjundia, como ya demostró en Vaujany en el Dauphiné, o en el segundo puesto obtenido en la etapa de la Vuelta a España 2021, superado por Michael Storer en el Balcón de Alicante. Justo premio para un corredor que ha consagrado su carrera  trabajo de equipo y al auxilio de sus jefes de fila.

“No, no me lo esperaba”

Carlos Verona se mostró exultante tras consumar en Asiago una gesta que, según confesó, no podía imaginar con arreglo a su papel en el presente Giro: “No, no me lo esperaba. Y estoy muy contento. Vine sabiendo que era el apoyo de Pedersen y Ciccone. Era el primer Giro que no tenía la ambición de ganar y por eso lo estaba disfrutando tanto. Lo he hecho por el equipo, por Ciccone. Estaba preparado con mis piernas y mi mente”, dijo, en referencia al abandono de su jefe de filas, tras verse involucrado en la caída masiva de la víspera y sufrir un fuerte hematoma en el cuádriceps.

El triunfo de Verona en la etapa más larga del Giro de Italia, 219 kilómetros entre Fiume Veneto y Asiago, supone en lo personal la primera victoria en una gran vuelta y la sexta en el haber del Lidl-Trek, tras las cuatro victorias de Mads Pedersen, y el éxito en la contra reloj de Pisa de Daan Hoole. El de San Lorenzo tuvo la certeza de que la tenía al alcance poco antes de su ataque: “A falta de 45 kilómetros supe que podía ganar. Pensé un poco antes que se me había escapado la oportunidad, pero luego vi que éramos 15 en la escapada y mis piernas me han permitido ganar”, explicó en declaraciones recogidas por la Agencia EFE.

Descanso antes de la gran montaña

El Giro de Italia afronta este lunes su segunda jornada de descanso, antes de entrar en la decisiva última semana, en la que aparecerá la gran montaña de los Alpes y de los Dolomitas en todo su esplendor. El martes llegará el primer ‘tappone’, un raid montañoso de 203 kilómetros entre Piazzola Sul Brenta y el Passo de San Valentino, que incluirá tres puertos de primera categoría y uno de segunda. El tramo final, con la durísima subida al Passo di Santa Barbara (12,7 kilómetros al 8,3%), y la subida final a San Valentino, con 18 kilómetros de ascensión y rampas de hasta el 14%, puede provocar grandes diferencias entre los favoritos.

Jaime Fresno

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