Etienne Etoo desactiva una tormenta de fútbol voraz del Galapagar (2-3)

El equipo arlequinado estuvo a punto de dar la vuelta a un 0-2 en 25 minutos pletóricos del segundo tiempo, pero el pichichi de Tercera certificó la victoria rayista en un partido pleno de emoción y dinamismo.

El choque de trenes entre el segundo y el tercer clasificado dejó otro partido memorable en El Chopo, que registró un lleno de reventón para ver al Galapagar ante el Rayo Vallecano B más afilado de los últimos tiempos y, por supuesto, a Etienne Etoo, el pichichi destacado de la Liga, admirado y vilipendiado a partes iguales por la parroquia gualdinegra. El punta mallorquín acabó dejando su sello con el gol del 2-3 de la victoria rayista, horas antes de viajar con el primer equipo a Barcelona, la ciudad donde su padre, Samuel, forjó la leyenda, y aplacó la emocionante tormenta de fútbol que a punto estuvo de dar al Galapagar una remontada apoteósica. Desde luego, la tuvo en su mano. Una vez más, todo estuvo en un detalle: a Gonzaga Suárez, autor de unos minutos primorosos desde su salida al campo, se le fue un mano a mano ante Juanpe, tras pecar de noble y aguantar un clamoroso agarrón por detrás, mientras que a Etienne le llegó limpio un balón en boca de gol, producto de un desborde espectacular de Sergio Alonso sobre Pliego en la derecha. Ese gol fue un misil en la línea de flotación del Galapagar, que, aunque siguió rebelde, ambicioso y pleno de ritmo, ya no tuvo enfrente a un Rayo B intimidado. El cuadro dirigido por Jorge Vallejo recuperó claridad y confianza con el balón, y al Galapagar le faltó finura arriba para cosechar el punto que mereció, el que habría hecho justicia al partido.

More marca desde el área pequeña el gol del empate del Galapagar
More marca desde el área pequeña el gol del empate del Galapagar / Fotografía: Vidal Fraguas

El filial de la franja abrochó el paquete del botín y, ante la mirada del presidente, Raúl Martín Presa, festejó la victoria que lo confirma como único perseguidor del Alcalá, un líder que vuela hacia el ascenso directo a Segunda RFEF y que ya espera al Galapagar en su guarida del Virgen del Val, el domingo a las 12 de la mañana.

Intercambio de golpes

El Galapagar entró como una moto al partido, alejado de esa versión más contemporizadora que se vio ante el Tres Cantos. Javi Zamorano fijó arriba a Buceta y Marcos Reguilón, dio el mando a De la Torre y puso a flotar entre líneas a Marcos Gil, More y Figueroa. Este último, centrado por detrás de los puntas, cuajó otro partidazo, con una interminable ración de conducciones, pases filtrados y aperturas que fueron un dolor de muelas para la zaga forastera, coronada con una roulette a lo Zidane sobre De las Sías que puso en pie a media grada, en plena tormenta galapagueña del segundo tiempo.

El nivel del ex del Parla es tal que tiene al 10 del equipo, Javi Redondo, en el banquillo, alimentando debates entre la afición. Pero lo cierto es que el 9 más ‘falso’ de la historia reciente del Galapagar siempre tiene peso en los partidos, sea con goles o agitando. Con esas armas, el Galapagar achuchó de inicio y a los nueve minutos marcó, pero el gol de Marcos Reguilón fue anulado por claro fuera de juego, tras empujar bajo palos un disparo de Guille Álvarez que iba directo a lamer el palo.

Quien sí probó el poste fue Becerra, autor del primer aviso serio del filial con un disparo seco que, quizá, ya cogió lesionado a Rodrigo. El portero, que en el descanso acabaría dejando su sitio a Pascu por un probable problema muscular, nada pudo hacer para detener el 0-1 de Juan Ybarra, al transformar el claro penalti del que fue objeto al intentar quebrar a Javi Gordo.

El primer gol, en el contexto de intercambio de golpes en que se convirtió la fase central de la primera mitad, asentó al Rayo B y aplacó los ímpetus serranos, si bien el empate pudo llegar al borde del descanso, si Juanpe no hubiese realizado dos paradones consecutivos a remates de Buceta y Reguilón, el segundo a bocajarro.

25 minutos primorosos

El lamento fue aún más grande nada más empezar el segundo tiempo, cuando Juanchi batió a Pascu desde con un disparo de esos que botan en el área chica y se envenenan camino del ángulo, quizá por salir repelido tras golpear en la pantalla defensiva. El 0-2, completamente en frío, aturdió unos minutos al Galapagar, pero todo dio un giro radical cuando Guille Álvarez puso un centro desde la derecha sobre la llegada de Buceta al segundo palo. El canterano se tiró en plancha al remate y recibió una patada de De las Sías en el intento de interceptar el balón. Marcos Gil, con maestría, transformó el penalti engañando a Juanpe y activó la caldera de El Chopo, cuyos 800 espectadores largos se echaron literalmente encima de cada jugada.

De repente, el Rayo B perdió todo control sobre el medio campo, defensa y ataque quedaron desengachados, y el equipo se vio abocado a achicar agua. Entre líneas, More y Figueroa, más la entrada de Gonzaga y la pujanza en los costados de Guille y Cortázar, cuyo debut como titular estuvo a la altura de las mejores expectativas, el Galapagar se las llevaba todas para alimentar un juego fluido que atropelló de mala manera al segundo clasificado.

Minutos después, el nuevo lateral arlequinado hizo una peinada para prolongar un saque de banda de Guille y More fusiló a placer el 2-2, ya con El Chopo en máximos de combustión.

Gonzaga tiene la remontada

El gol del menudo volante alimentó la creencia de la grada en una remontada épica, pues poco antes, en su única jugada clara de ataque para sacudirse el asedio, Etienne Etoo había perdonado el 1-3 del Rayo B en un contragolpe en superioridad que el pichichi no pudo remachar porque Pascu, en una acertadísima salida, le tocó el balón justo antes del remate, dejándoselo demasiado alto a la salida del rechace, según dijo después el delantero.

Etienne Eto´o remata con Pascu ya superado el gol de la victoria / Fotografía: Vidal Fraguas
Etienne Etoo remata con Pascu ya superado el gol de la victoria / Fotografía: Vidal Fraguas

Los dioses del fútbol parecían jugar, por tanto, a favor de obra, pero el partido pegó otro giro inopinado en el mano a mano de Gonzaga. El canterano, que llevaba unos minutos haciendo de las suyas en la derecha, no atinó a batir a un acertado Juanpe, en un mano a mano propiciado por una espectacular dejada de espuela de Reguilón, y el Rayo B castigó después con la máxima dureza, con Etienne Etoo marcando por segunda vez en la portería del pabellón, y por cuarta consecutiva en Liga. Ya totaliza 18 goles en Tercera RFEF, que son 33 si se cuentan los 15 que hizo el curso pasado con el CUC Villalba, más uno en la Copa del Rey con el primer equipo. Presumiblemente estará hoy en Montjuic para medirse al Barcelona, ante la lesión de Sergio Camello, y quien sabe si los astros le tienen reservado un gol al equipo que hizo grande a su padre, tras la prueba de fuego de El Chopo. En cierto modo, pareció que sólo un tipo así podía frenar al Galapagar en su guarida, violada tres meses y seis partidos después de la última vez, y sin que le valiesen 25 minutos portentosos de fútbol en la segunda parte.

Jaime Fresno

Send this to a friend