Cercedilla hace eterno a Luis Romero en la Dehesilla y Rodeo

El campo de fútbol fue bautizado oficialmente el pasado 24 de agosto con el nombre del que fuera presidente del Atlético Cercedilla en su época más brillante en Tercera División.

El campo de fútbol de la Dehesilla y Rodeo ya lleva el nombre de Luis Romero, el presidente del mítico ascenso del Atlético Cercedilla a Tercera División, tras rematar el campeonato de Liga en la Preferente madrileña el 30 de mayo de 1999, con una goleada al Santa Eugenia (5-1). Cuarto de siglo después, una moción del grupo político Vecinos por Cercedilla, liderada por el que fuera defensa central de aquel equipo y hoy concejal en el Ayuntamiento parrao, Pachi Sanchís, desembocó el pasado 24 de agosto en un emotivo acto de homenaje en el que se descubrió la placa conmemorativa que bautiza el histórico recinto construido en 1982 con motivo del Mundial de España.

La iniciativa puso de acuerdo a los siete grupos con representación municipal y su aprobación por absoluta unanimidad habla de la magnitud y el arraigo de Romero, fallecido en 2022 a la edad de 49 años. Su prematura muerte fue un auténtico shock, no sólo por su exitosa etapa al frente del club, además siendo padre de dos futbolistas, Luis y Fernando, sino por regentar la conocida tahona próxima a la estación de Renfe, una de las más emblemáticas de la Sierra. La fatal noticia sobrevino prácticamente coincidiendo con el final de aquel ciclo glorioso del Cercedilla, erigida entonces en una de las localidades más pequeñas de España en tener un equipo de fútbol en categoría nacional.

La descomposición de aquel equipo desembocó primero en dos descensos consecutivos, y luego en la caída a la última categoría de Tercera, algo que su hijo Fernando, involucrado como jugador y directivo, ayudó a frenar durante las cinco temporadas en las que el Cercedilla aún se sostuvo en Primera Regional, entre 2002 y 2007. Atrás quedaron dos temporadas consecutivas en Tercera División y partidos con afluencias al campo asombrosas, como los 2.182 espectadores que siguieron en directo el primer intento de ascenso ante el Aravaca, en 1998. Todos ellos fueron contados uno a uno en la misma puerta que hoy ya flanquean el cartel con el nombre de Luis Romero y la placa conmemorativa, descubierta en el acto por la concejal de Deportes, Miriam Sáenz de Miera, en presencia del alcalde, David José Martín Molpeceres, y de la familia del histórico presidente, encabezada por su mujer, Paloma, y sus hijos.

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La iniciativa de Pachi

Fernando, el primogénito de la saga, dijo, todavía emocionado, que “según llegaba he visto que ya estaba el cartel puesto en el campo, y eso me ha producido una gran alegría, la verdad. Y luego me ha sorprendido la cantidad de gente que había. La gente ha respondido, al igual que a nivel político, donde la gente se ha volcado”. El que fuera centrocampista de aquel Cercedilla confesó, tanto en su intervención en el acto como en sus valoraciones posteriores, sentirse “muy orgulloso”. “Mi padre era muy apolítico y yo soy igual, pero el hecho de que en ese Pleno todo el mundo haya estado de acuerdo y haya servido para aportar cosas en general para el Deporte de Cercedilla, me hace sentirme muy orgulloso”.

La idea de bautizar la Dehesilla y Rodeo con el nombre de Luis Romero empezó a tomar cuerpo en marzo, a iniciativa del grupo independiente,Vecinos por Cercedilla, cuya propuesta fue sometida a votación en el Pleno del 5 de junio, después de que su portavoz, Pachi Sanchís, se refiriese a la moción como “un reconocimiento a quien dedicó su vida y su corazón al Atlético Cercedilla. Luis Romero no fue solo un presidente ejemplar: fue un hombre que con esfuerzo, ilusión y entrega llevó a nuestro club a vivir su época más dorada. Siempre estuvo al lado de los jugadores, de la afición y de todo el pueblo, convirtiendo el fútbol en un motivo de unión y orgullo para Cercedilla (…) Desde Vecinos por Cercedilla nos sentimos profundamente orgullosos de haber impulsado este reconocimiento. Hoy y siempre, el nombre de Luis Romero seguirá ligado al deporte, a la amistad y a la historia de nuestro pueblo”.

El gol más emotivo

El homenaje a la memoria de Luis Romero contó con un programa futbolístico de tres partidos, que se jugaron después del ágape que siguió al acto, al que acudieron unas 200 personas. Como no podía ser de otra forma, el equipo de veteranos del Atlético Cercedilla, todavía formado cuarto de siglo después por gran parte de los futbolistas de la época en Tercera División, y con Antonio Gómez Cala, el entrenador del ascenso, todavía al frente, fue el protagonista del primer encuentro, ante un combinado de jugadores de Moralzarzal.

El partido acabó con la victoria local por 4-1 y deparó un momento casi mágico: el cuarto tanto del Cercedilla, anotado por Fernando Romero con un espectacular remate de primeras, en una fase de la segunda parte en la que Antonio Cala había dado entrada al campo a su hijo Luis, alevín de segundo año. Tras la consecución del gol, Fernando se arrodilló ante el banderín del córner más cercano a la entrada al campo, mientras los aficionados, entre los que estaban sus hermanos, lo abrazaban desde detrás de la valla perimetral. Más atrás, su madre, Paloma, no pudo reprimir las lágrimas.

Fernando Romero fue uno de los jugadores tres parraos de aquel histórico Cercedilla, junto a Pachi Sanchís y Juan Cortés, un trío al que se sumó Miguel Colón, madrileño pero con residencia en el pueblo, y más tarde, Sergio Fauró. A esa lista pudo sumarse Luis Romero hijo, pero una grave lesión lo apartó del fútbol cuando apuntaba maneras para llegar al primer equipo, según han venido coincidiendo en señalar los seguidores.

El caso de los hermanos Romero tuvo más mérito si cabe, puesto que ambos ya trabajaban entonces en la panadería de su padre, entrando de madrugada y utilizando gran parte del día para dormir, para después atravesar Cercedilla de la estación a la Dehesilla y Rodeo para acudir a entrenar. Hoy, ese campo ya lleva el nombre de su padre, Luis Romero, un parrao que ya es más eterno si cabe desde el 24 de agosto. Fue el día en que Cercedilla recordó de la mejor manera su época más bonita en el fútbol.

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Cala: “Nunca se podría haber hecho un equipo así sin Luis ni Tripichín”

La gran tarde de fútbol en la Dehesilla y Rodeo se completó con un doble enfrentamiento amistoso entre el Atlético Cercedilla y el Athletic Club de Colmenarejo, con partidos de las categorías juvenil y absoluta que extendieron la velada futbolística hasta casi las diez de la noche. El programa fue una ampliación del tradicional torneo veraniego que precede a las fiestas de Nuestra Señora de la Natividad de Cercedilla, y contó con la presencia de las damas de honor y de diferentes personalidades del tejido social y empresarial de la localidad, además de muchos jugadores del histórico equipo de Tercera, y que juegan habitualmente competiciones de esa categoría, en la que llegaron a ser campeones de España y en la que siguen jugando a gran nivel.

Un bloque que se mantiene cuarto de siglo después gracias al empuje, entre otros, de futbolistas como Juan Cortés y del entrenador Antonio Gómez Cala, que coincidió en el acto con uno de sus predecesores en el banquillo, Rodri, técnico del Cercedilla en tres etapas y padre de uno de sus jugadores de referencia, David, también vestido de corto para la ocasión. Tampoco faltaron directivos de la época, como Peluso y Albino, quien recordó los agotadores turnos de rodillo para cuidar el césped natural bajo los rigores del invierno serrano, y el trabajo para recaudar fondos a través de las rifas y captar seguidores, en unos años en los que el Cercedilla alcanzó la cifra de 429 socios.

Antonio Cala, desplazado expresamente desde Sevilla para dirigir de nuevo al equipo al que ascendió a Tercera en 1999, no ocultó su emoción tras el partido: “Estoy con un recuerdo permanente de este gran hombre y gran persona, por su talante y personalidad, y por todo lo que hizo por Cercedilla, con esa entrega gratuita que tenía. Hay gente aquí que lo ha valorado y todo ha salido muy bonito. Hoy todavía estamos con el corazón compungido, porque el cambio del campo con el nombre de Luis nos trae emotivos recuerdos”.

El entrenador andaluz recordó como fue reclutado por el Cercedilla en 1996, cuando dirigía al Pozuelo y acababa de perder en la última jornada la clasificación para la promoción de ascenso a manos del CUC Villalba. Fueron Luis Romero y Antonio Sánchez ‘Tripichín’ quienes le convencieron para coger al Cercedilla en Primera Regional: “Tripichín, que en Gloria esté, también fue importantísimo en todo aquel proceso que hubo aquí, en este bonito pueblo, donde sin ellos no se hubiese podido hacer nunca un equipo como el que se hizo, con una combinación de jugadores locales con grandes jugadores que vinieron de abajo, de Madrid”, dijo.

El entrenador se recreó especialmente en el momento del gol de Fernando Romero: “La jugada es preciosa, es de las que te llena de emoción porque es la antigua usanza: una llegada por la banda, se entra y se pone al punto de penalti y Romero engancha una volea y marca un golazo, el cuarto, para cerrarlo… Todo iba por supuesto en homenaje a su padre, se ha venido al córner, se ha arrodillado, se ha persignado… Ha sido más leña al fuego de las emociones”.

Jaime Fresno

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