Piero Capponi, presidente del nuevo CUC Villalba: “Perseguimos acercar el club lo máximo posible al pueblo”

El empresario italiano hace balance de una histórica temporada, marcada por la fusión con el Atlético Villalba y el retorno a categoría nacional.

El mes de julio de 2022 pasará a la historia como el de la oficialización de la fusión entre el CUC Villalba y el Atlético Villalba, bajo la fórmula de absorción del primero al segundo. De esa operación histórica sale un club de fútbol que ya se mueve en el umbral de los 35 equipos y los 700 jugadores federados, después de culminar la parte más importante del proceso de ensamblaje iniciado en el pasado mes de abril. Lo más representativo de cada casa está al frente de las operaciones: Miguel Ángel Jiménez, por parte del Atlético Villalba, es el nuevo director general, y Piero Capponi, presidente del CUC Villalba, mantiene el cargo en el nuevo club fusionado.

El empresario italiano  parece haber caído de pie en Collado Villalba, puesto que apenas seis meses después de su llegada no sólo ha participado de forma decisiva en la histórica fusión del fútbol villalbino, sino que ha visto cómo ésta se estrenará con una potente estructura deportiva gracias a los ascensos del Club Unión, con su primer equipo a categoría nacional y con su filial a Segunda Regional, coincidiendo además con el 50 aniversario de la entidad amarilla. Capponi tiene motivos sobrados para hacer balance de los éxitos, sin evitar el análisis de la todavía delicada situación económica del club, y para hablar de los nuevos retos. Lo hace con la pasión propia de quien ha conocido el fútbol desde muchas vertientes, incluida la de periodista, profesión que ejerció en el reputado rotativo toscano Il Tirreno, antes de que cambiara su ciudad natal de Grosseto por Madrid.

Dos ascensos, el del filial y el del primer equipo a Tercera RFEF, y buenas noticias a nivel institucional con la fusión con el Atlético Villalba. Debe de estar muy satisfecho de lo que se ha logrado en estos seis meses de gestión…

Sí, digamos que el ascenso ha sido un plus. Nosotros teníamos otros objetivos, que eran más bien basarnos en la reorganización del club y, sobre todo, en la búsqueda del reequilibrio presupuestario, entre lo ingresado y lo gastado. La Tercera ha sido un bonito regalo. Y por supuesto, la promoción del B a Segunda Regional, que nos permite dar una vitrina más importante a nuestros jugadores jóvenes, que es el objetivo que le hemos dado a nuestro segundo equipo. Una de las cosas que estamos persiguiendo es acercar lo máximo posible el club al pueblo, a todos los niveles, y eso también ayuda. No es casualidad que el primer fichaje que hemos hecho sea un jugador de aquí, Bassim, que es muy conocido. Estamos buscando reacercarnos a Villalba.

A vuestra llegada a la directiva del CUC Villalba, ¿teníais activado más el chip social y económico que el deportivo?

Sí. De hecho, desde el punto de vista deportivo hemos hecho bien dos cosas: los fichajes de Jonathan, que ha estado de titular, y de Santi, que ha dado su contribución; y lo que sí hemos hecho de verdad muy bien ha sido la renovación de Pepón. Como decimos nosotros, hemos renovado a la persona, más que el modelo de juego o cualquier otra cosa, porque no nos había dado ni tiempo de hablar de otra cosa que no fuera la supervivencia. Queríamos tener la tranquilidad de tenerle aquí para hacer un gran trabajo. No era la prioridad subir. A seis jornadas del final estábamos quintos o sextos, y eso nos había dejado esa idea. Es verdad que teníamos un buen calendario, pero ganamos cinco partidos de seis, que nunca es fácil.

Piero Capponi, en el despacho del CUC Villalba en la Ciudad Deportiva / Fotografías: Enrique Peñas

¿Esa decisión tuvo también un componente de insuflar tranquilidad? Lo digo porque la gente siempre tiende a ser más suspicaz cuando llega gente nueva a la directiva, además con un director deportivo del prestigio del Gato Romero, y en este caso una empresa de Consultoría Deportiva, y puede pensar: verás éstos cómo traen a su gente. ¿Fue como decir: cuidado, que estamos viendo lo que hay en la casa, lo valoramos y apostamos por ello?

Por supuesto que sí. Lo primero que hicimos fue traer a Marcelo Romero, que al fin y al cabo ha dirigido en Primera División con el Málaga. Si yo fuera Pepón, pensaría: me van a hacer la cama antes o después. Y no; no era nuestra idea, porque hemos apreciado a la persona y demostramos que no veníamos aquí a revolucionarlo todo. A pintar las oficinas, por supuesto que sí, pero a cambiar a las personas, si merecen la pena, no. La prioridad son las personas. Queríamos conocer a Pepón, y cuando vimos cómo entrenaba, cómo hablaba, cuando vimos los esfuerzos que había hecho otros años por el club, que se le debía dinero y que había toda una serie de situaciones, dijimos: ¡coño, este señor va más allá de ganar o perder los partidos, se ha ganado la renovación. Y creo que hemos acertado.

¿Percibiste como presidente que esa decisión, además de notarse en el campo con ese espectacular final de Liga, también se palpaba en forma de una tranquilidad necesaria en el día a día?

Totalmente. Siempre hemos hablado con Pepón que lo que hemos aportado es hablar sólo de fútbol, y no de otras cosas. Eso creo que lo hicimos. Se notó mucho en la entrega de los jugadores, en los entrenamientos, a los que no faltaba nadie. Fue una plantilla involucrada, que se lo cree, y llegan los resultados: ganas uno, ganas otro, los de arriba fallan… Ha sido una Liga extrañamente corta de puntos, en otros grupos con nuestros puntos no quedabas ni séptimo. No esperábamos estar en la pelea, pero cuando miramos el calendario nos dijimos: ¿y por qué no?

Hay una base muy importante del equipo del ascenso que deja hecha Martín Ferriz, el anterior director deportivo y presidente…

Sólo decirte aquí que la primera persona a la que felicité por el ascenso fue a Martín. Lo acabas de decir: la plantilla la hizo él y se merecía la felicitación. Lo segundo fue llamar a Santiago (Granados) y a José María (Díaz Léndez), nuestros socios más importantes y más antiguos. Por ahí empecé.

 ¿La de Martín fue una llamada de auxilio?

Sí, fue una llamada de auxilio. Conocemos a Martín desde hace mucho tiempo, por razones de su trabajo y del trabajo de mis socios. El nexo de unión fue Sergio Vázquez, porque él entrenaba al Aravaca B, que era el equipo que nosotros estábamos gestionando, y del otro lado conocía a Martín, porque en su día había jugado con él y demás. Así se creó este proyecto nacido casi por casualidad pero que, creo, ha salido bien.

¿Tuvisteis que pensar mucho sobre si coger o no el club? Martín había sufrido la dimisión de toda su directiva, había fallado el patrocinador principal y la deuda estaba ahí…

A ver, nadie te da un club de Preferente, además en segunda posición que estábamos en ese momento, y en una ciudad importante como es Collado Villalba, a cambio de nada. Eso no existe. Nosotros no teníamos en mente esa operación, porque Mad Football Group era una empresa reciente, que estábamos en plena fase de capitalización. No teníamos previsto hacernos con un club de este tamaño y esta importancia, sobre todo por la repercusión que tiene, sin ir más lejos hoy estáis vosotros aquí delante. Eso, si cogemos un club de un barrio de Madrid, no pasa, no hay atención mediática, no se habla del club en los bares… Entonces cogimos el club sabiendo dónde nos metíamos, en el dinero teníamos más o menos claros los costes, aunque nos hemos encontrado alguna sorpresa. Pero la sorpresa nos la hemos encontrado en la gestión: hay deudas, vamos a decir que bastante extrañas, generadas por una mala gestión. Nosotros hemos metido mucho dinero ya, pero tenemos claro que si no encontramos el equilibrio y tuviéramos que irnos porque somos incapaces, no podríamos reclamar ese dinero a nosotros mismos porque habríamos incumplido con nuestra propia gestión. Desde un punto de vista empresarial, no es tirarse con un paracaídas, sino con ocho paracaídas. Si tú te metes en un negocio y no funciona, apechugas. Recuperar la totalidad sería un milagro empresarial. Hay muchas personas que han aportado al club en juntas anteriores, pero han aportado con la idea de recuperar, no a nivel de ayudar al club. Eso estaría bien si del otro lado no hubiera mala gestión. El otro día un compañero tuyo me preguntó si había salido algo más, y yo dije: ¡No, yo  creo que no! Y por la tarde nos llegó la comunicación de que habíamos perdido un juicio por un jugador de 2017 y que teníamos que pagar 1.400 euros. Es decir, situaciones de mala gestión. Una cosa es que el equipo gane o pierda, que lo podemos entender, pero el equilibrio de un club no depende de que la pelotita entre o no. Son gestiones hechas mal a propósito, como una deuda con el Ayuntamiento que no se pagó, el no presentarse a un juicio a defender al club… Eso duele, sobre todo cuando tienes que sentarte con las mismas personas a hablar de deudas.

Me remito a la última Asamblea: ¿Cuál es el estado de esa deuda de unos 200.000 euros?

Hemos pagado algunas cosas, y hemos preparado otras. La semana pasada cerramos el plan de pago. Tenemos dos presupuestos: el normal y el de deuda. Empezaremos a proponer planes de pago a todos a los que se le debe, pero con algunos hablaremos más de la cuenta: a unos les devolveremos el dinero, porque se les debe y punto, y se les hará propuestas económicas; a otros les tendremos que decir, mira, estas malas gestiones son tuyas, vamos a encontrar por lo menos un acuerdo.

Es decir: hablamos de un presupuesto para el gasto corriente y de otro exclusivo para amortizar la deuda…

Eso es. Evidentemente, eso no nos permitirá tener un gran presupuesto para el primer equipo. Si no tuviéramos la deuda podríamos hacer algo más, siempre desde el equilibrio. El CUC Villalba no gastará un euro más de lo que ingrese. Tenemos que tener la capacidad de ingresar más y de otro lado, generar más patrocinadores. Estamos contentos, la respuesta está siendo interesante, pero creo que podemos hacer mucho más a nivel comunidad, pero evidentemente hay que hacer las cosas bien, no se puede vender a cambio de nada. Estamos tratando de recuperar la credibilidad.

 200.000 euros de deuda, contando con los 20.000 del Atlético Villalba, es en términos estatales es un 100% del PIB, más o menos…

Queremos llegar a los 400.000 euros de presupuesto. En cantera esperamos llegar a los 650 niños, si las previsiones siguen así de bien. Es un buen número, que significa más de la suma de los dos clubes. En la próxima Asamblea expondremos que queremos que el presupuesto salga de las acciones extraordinarias, y no de la cantera, entendido por patrocinadores y ayudas que da la Federación por jugar en Tercera RFEF.

¿Cómo es esa ayuda de la Federación?

Creo que el año pasado estaba en unos 40.000 euros. Hay unos derechos de televisión que esperemos que para este año sean los mismos, justo estamos ahora en esa fase. Hemos hecho la inscripción a Tercera, te piden presentar un presupuesto que tiene que estar por encima de los 80.000 euros, y queremos sacarlo de los patrocinadores. Veréis unos cuantos, porque estarán en todas las categorías.

Con las cortapisas de la deuda, ¿el presupuesto será muy similar al del Preferente?

Muy parecido, unos 80.000 euros. Estamos tirando de fantasía: esta tarde tenemos reuniones con jugadores, hemos fichado a tres jugadores, ficharemos a tres más, hemos renovado a 11 jugadores… Hay que tener en cuenta también las limitaciones a la hora de hacer fichas, porque tiene que haber 22 jugadores y seis deben ser sub-23. Eso te permite ser creativo, y también es una apuesta, que es meter chavales de 19, 20 ó 21 años en Tercera División.

¿Eso también os guía a la hora de trabajar con los dos equipos filiales?

Evidentemente, haremos uno exclusivamente de sub-23, es nuestro objetivo. Además haremos alguna ficha B, para que se nutra el primer equipo. Hay varios jugadores del B y tres o cuatro del juvenil que harán la pretemporada con el primer equipo. Queremos jugadores de Collado Villalba en el primer equipo.

¿No es un gasto federativo excesivo tener dos equipos en Segunda Regional?

No, la Segunda no es muy cara. Además estamos buscando fórmulas creativas, con patrocinadores y demás, para el equipo C y para que apoyen el proyecto de tener dos equipos en Segunda.

¿En qué punto de ensamblaje están las dos estructuras, del Club Unión y del Atlético Villalba?

Me encanta la pregunta. Hay dos fases: una contable, administrativa y artística, y otra deportiva. La primera, que era lo más complejo, va fenomenal. Gracias al director general, Miguel Ángel Jiménez, que era el director también del Atlético Villalba y que es un crack en gestión, tenemos un presupuesto súper detallado y súper estructurado. Estamos organizando cosas tan tontas pero necesarias como dar de baja un teléfono, dar de alta otro, proveedores de esto, de lo otro… Todo ese tipo de situaciones para tener las dos estructuras perfectamente integradas. A nivel deportivo, tenemos muchos más problemas, porque en la jornada de puertas abiertas hemos intentado conocer a los jugadores, pero no es fácil. Sí, tenemos la opinión de los entrenadores de los dos clubes, por separado. Los tres, José Guerra, Boby y Sergio Vázquez, viven ya en simbiosis, trabajan todo el día, pero nos han dicho que en dos entrenamientos no pueden establecer qué jugadores van al C, al B o al A. Necesitan un poco más de tiempo para integrar toda la estructura. Tenemos tres coordinadores porque tenemos ya más de 35 equipos, más de 700 fichas entre sénior y cantera.

Luego ya se supera la suma de 30 equipos que daban los dos clubes…

Sí, absolutamente. Dijimos desde el primer día que uno más uno tenía que dar cuatro, y creo que lo vamos a conseguir a todos los niveles.

La Federación dio su aprobación a la “fusión por absorción”. ¿Puedes explicarnos ese concepto? Hay gente, sobre todo del Atlético Villalba, que cree que ha sido un proceso desfavorable para el que fue su club.

No hay otro sistema. Habiendo dos asociaciones deportivas no puede haber una compra. La fusión por absorción viene porque elegimos uno de los dos clubes, y lo hicimos totalmente en frío: nos miramos a la cara y dijimos que si nos fusionamos tenemos que hacerlo con la entidad de mayor rango desde el punto de vista deportivo. Si el Atlético Villalba hubiese estado en Tercera División y el Club Unión en Preferente, hubiera sido al revés. Y luego hemos juntado el saber hacer. Mi norma es que cada uno tiene que hacer lo que sabe hacer: a mí me tienen como cara representativa del proyecto como presidente, está Rafa Jiménez, que era el presidente del Atlético, que es nuestro sabio y nos marca el camino, y Miguel Ángel, que es un gestor extraordinario. La absorción la permite la normativa, y para no perder categoría hemos elegido que el Club Unión absorbiera al Atlético Villalba. Existía la posibilidad al contrario, pero no hubiese sido lógica desde ningún punto de vista.

Capponi, ante un panel con el renovado escudo del club villalbino / Fotografías: Enrique Peñas

¿Se ha terminado ya todo el proceso administrativo de la fusión?

Sí, ya ha terminado el proceso. Ya nos hemos inscrito en todas las categorías, y al estar el primer equipo en categoría nacional ya dependemos también de la Federación Española. Con la Madrileña, tenemos dos interlocutores.

¿El nivel de funcionamiento en el día a día ya es de un club único?      

Desde el 1 de julio estamos unificando cuentas corrientes, los impresos ya son de un único club, las redes sociales del Atlético Villalba ya remiten a la del nuevo club. Habrá un período de transición, pero será cuestión de un par de meses.

¿Y cabe la posibilidad de que en futuras asambleas se opte por abordar un cambio de nombre?

A mí me encantaría, ¿vale? A lo mejor ahora no es el momento de plantearlo, pero creo que sería el segundo paso importante para que en Collado Villalba haya fútbol de alto nivel. Es una cuestión de organización, y el dinero es muy relativo: hay clubes con presupuestos tres y cuatro veces superiores al nuestro que han bajado este año de Tercera, y otros con presupuestos parecidos que se han salvado. Es muy importante el dinero, pero mucho más la capacidad de no generar deuda, de no hacer desequilibrios y de gastar sólo lo que se genera. Con eso se puede crecer. Y luego falta involucrar a todos los estamentos de Villalba. Nos gustaría tener un Ayuntamiento un poco más futbolero. Respetamos su posición, faltaría más, sobre todo porque a la Concejalía de Deportes el fútbol le ha dado más disgustos que satisfacciones y no podemos exigir nada, pero sí estamos haciendo planteamientos muy serios a largo plazo, y nos gustaría hacerles ver que esto es un proyecto importante, que queremos hacer las cosas bien por el bien del propio Ayuntamiento.

Supongo que a ello ayudaron los contactos con el Equipo de Gobierno en los actos de celebración del ascenso a Tercera…

Sí, ayudó a la relación con el Ayuntamiento. Sea por la parte de la gestión del Atlético o de la nuestra, o por la fusión, se ha demostrado que las cosas que queríamos hacer se están haciendo, como la fusión. Fue lo primero que nos pidió la alcaldesa y la concejal de Deportes, cuando nos conocimos. Y luego vino el ascenso. Yo creo que todavía el pueblo no entiende que con la reestructuración el fútbol ha cambiado mucho: en Madrid, por encima de Tercera sólo hay 14 equipos, incluidos el Real Madrid, el Atlético, el Rayo, el Getafe, y estamos en un contexto diferente. En Collado Villalba no se ha consolidado la Tercera y necesitamos hacerlo; si lo conseguimos y, por qué no, llegamos a Segunda RFEF, descubriríamos que el fútbol es para la realidad un negocio, con turismo deportivo, con visibilidad, que es algo que en Villalba todavía no se ha visto, y que a lo mejor eso nosotros lo podemos despertar.

¿La Segunda RFEF es un objetivo a medio plazo?

Sí, sí… No es un objetivo escondido, no estamos haciendo aquí discursos. Nuestro objetivo es crecer constantemente y el objetivo es Segunda RFEF, está claro.

El destino, o la buena gestión, ha querido que el ascenso a Tercera coincida con la fusión y con el 50 aniversario del Club Unión, que por cierto ha venido con cierta polémica con los socios más antiguos por los cambios en el escudo…

Esa polémica ha durado poco, ya está solucionada. Además, la clave de las cosas es preguntar. Hemos hecho un escudo un poco más estilizado y sencillo, para que pueda ser utilizado en photocall, en Instagram, en una presentación. Necesitábamos darle un sentido estético a un escudo con tres colores importantísimos, como son el verde, el amarillo y el rojo, que son de una dificultad extrema, y creo que lo hemos conseguido.

Pero los actos del 50 Aniversario no son sólo escudo. ¿En qué se está trabajando?

Queremos hacer un día de fiesta, con toda la masa social, con los padres, por supuesto con los jugadores, con el Ayuntamiento y, cómo no, con los patrocinadores y los socios más antiguos. La idea es hacerla en septiembre, que es cuando coincide la fecha de la fundación. Nos ha pillado un poco el toro, porque no pensábamos que la liga iba a empezar tan pronto, el 11 de septiembre, aunque no esté totalmente confirmado por el tema de los arrastres y los recursos. La pretemporada que hemos preparado empieza el 1 de agosto, con cosas que aún hay que solucionar, porque las instalaciones deportivas están cerradas. Hemos pedido que nos dejen de ocho a diez y media de la noche, para que el primer equipo pueda entrenar, pero la idea es hacer una fiesta colectiva para esas fechas.

¿Habrá algún partido especial para el Trofeo Santiago Apóstol?

Absolutamente, sí. Estamos en conversaciones ya. Y en pretemporada vamos a hacer un amistoso con el Atlético Leones de Castilla que he pedido yo, porque aparte de que han subido a Primera, a mí me encanta que haya morbo entre vecinos, y además puede ser una relación sinérgica para los dos clubes. Jugaremos también un amistoso en Albacete, porque el presidente tiene muy buena relación con la parte deportiva y la dirección general del Albacete, soy socio y abonado.

¿Sería en el Carlos Belmonte?

 No, en la Ciudad Deportiva Andrés Iniesta, que es espectacular, y jugaremos contra un equipo mixto entre el primer equipo del Albacete y el filial. Eso será el 13 de agosto y ahora estamos negociando la vuelta, es decir, que ellos vengan a jugar aquí, a lo mejor para el Trofeo Santiago Apóstol.

¿Qué idea tenéis con las cuotas de socios y los abonos para la temporada en Tercera RFEF?

Todavía no hemos hablado sobre el carnet de socio, porque queremos hablarlo en la Asamblea. Es un tema delicado que va ligado a la deuda que tenemos, porque a lo mejor tenemos que pedir un esfuerzo a los socios. Por otro lado, el abono ya está pensado y vamos a hacer un abono de 50 euros para los 15 partidos, el más barato de Tercera. Queremos poner la entrada a cinco euros, y gratis para determinadas edades, como los menores de 18 años o las personas mayores. Queremos que el dinero no impida el venir a ver al CUC Villalba. El abono no nos va a cambiar el presupuesto, no sé si representa el 0,5% del total, pero lo que sí queremos es recuperar la relación con los aficionados. Es verdad que en los últimos partidos vimos una Ciudad Deportiva completamente diferente, hicimos un acto con la cantera y eso lo queremos recuperar, también la figura de los recogepelotas, invitando cada domingo a un equipo de la cantera, y estamos contentos con el desplazamiento de aficionados al último partido del García de la Mata, así que, queremos público y que el dinero no sea problema.

¿Contempláis los abonos de mitad de temporada?

Buscaremos fórmulas de todo tipo para que la gente venga.

Y a una escala más general, ¿estáis satisfechos de la respuesta que hasta ahora ha dado Collado Villalba a vuestro proyecto, en especial la del tejido empresarial?

Estamos medianamente satisfechos. Quiero decir, estamos contentos porque tenemos una buena respuesta, pero creemos que por nuestra parte hay mucho más trabajo por hacer, porque el club se había distanciado de la ciudad y se había ganado a pulso esa distancia. Ahora nosotros tenemos que hacer toda una serie de actos para acercarnos a eso. Siendo honesto contigo, lo mejor que he hecho como presidente es juntar a 250 padres, en una reunión que ellos nos pedían a gritos para explicarles en qué consistía la fusión, y en la que hubo diez minutos de exposición y más de dos horas para responder preguntas. Contestamos absolutamente a todo, de la manera más transparente, y creo que ellos se dieron por satisfechos, y lo seguimos haciendo. Cuando hay una pregunta en redes, yo mismo contesto. Entonces, ese trabajo de acercamiento con los padres, con los comercios, con la parte empresarial, está funcionando bien, está creciendo. Pero nosotros, a nivel de generar confianza, tenemos que hacer muchas más cosas.

Jaime Fresno

Send this to a friend