La polémica derrota ante el líder deja al Galapagar sin Gonzalo y sin media defensa para visitar al Alcalá

El cuadro arlequinado cayó por 1-2 ante el Ursaria, que aprovechó un penalti inexistente que acarreó la expulsión del portero para infligir a los de Jaime Juanas su cuarta derrota consecutiva.

El Galapagar cayó ante el líder Ursaria por 1-2, en un partido decantado por un penalti inexistente a favor del líder que acarreó la expulsión por doble amarilla de Gonzalo, ya en el tramo final, y dos días después aún no acierta a digerir la actuación del colegiado Enrique Bustos Pereira, saldada además con la expulsión por roja directa de Jaime Cid, y con el reflejo en el acta de unos supuestos improperios dirigidos hacia su persona por Sergio Pliego, ya en la zona de vestuarios con el choque terminado.

El temor del club, una vez encajada la dura derrota, la cuarta consecutiva, es que todo ello acarree una factura añadida en forma de sanción para los tres jugadores involucrados, que casi con total seguridad no podrán estar este domingo ante la RSD Alcalá, en partido programado en el Municipal de El Val a partir de las 12 de la mañana. El Galapagar llegará a la capital del Corredor marcando el descenso, con dos puntos de margen sobre el Fuenlabrada Promesas.

El club espera que las imágenes de la acción sirvan para rebajar la sanción del capitán, pero su preocupación se extiende a los casos de Jaime Cid, expulsado con roja directa, y Sergio Pliego, que reprochó al colegiado su actuación ya en los vestuarios

Gran polémica

El cuadro de Jaime Juanas cedió una nueva derrota en El Chopo tras llevar al líder invicto al límite, en un partido jugado a gran intensidad, áspero y plagado de brusquedades. El Ursaria, consciente de la presión del RSC International, que se le había colocado a un punto tras ganar por la mañana en Pozuelo, salió a por el partido e hizo suyas las primeras ocasiones, sobre todo un mano a mano de Christian Díaz con Gonzalo, en el que el delantero salvó la salida del portero con una picada que Christian, atentísimo, tuvo que sacar casi en la raya de gol.

Christian Díaz supera a Gonzalo, aunque el galapagueño Christian termina evitando el gol sobre la línea de meta / Fotografías: Vidal Fraguas

La jugada marcó una primera media hora en la que el Galapagar no pudo generar ocasiones ante la meta contraria, y en la que ya se vio que el partido era de poco juego y mucho contacto, con el Ursaria jugando al límite en cada duelo. En ese contexto, el Galapagar tuvo el acierto de golpear primero, utilizando el arma de los larguísimos saques de banda de Rubén Darío. El central puso uno de ellos desde la derecha en el mismo pico del área chica, y allí encontró a Sergio Pliego, que remató el 1-0 tras librarse de su par.

El Galapagar logró alcanzar el descanso con su ventaja, pero a los cinco minutos de la reanudación comprobó el potencial del líder en las acciones a balón parado, esta vez gracias a un centro botado desde la derecha por Borja Pascual, que el villalbino puso medido a la cabeza de Víctor Higuera, cuyo remate en carrera en el segundo palo fue inapelable para Gonzalo. El 1-1 premió la ambición del líder, que había metido en el campo a su último fichaje, Ángel Sánchez, para intentar abrir más el campo por la derecha, aunque la gran ocasión llegó por el otro costado, cuando Izan rompió en velocidad para poner un pase de la muerte al segundo palo al que no llegó Jacobo Alcalde, solo y en boca de gol. Poco después, Gonzalo tuvo que emplearse a fondo para salvar un remate de gol, de nuevo ante Christian Díaz.

Marcos Gil dispara cerca de la escuadra en los minutos finales del partido / Fotografías: Vidal Fraguas

Pese a todo, el Galapagar, con Sergio Pliego en estado de gracia para cortar al menos cuatro centros laterales peligrosísimos, y un trabajo espectacular de Rubén Darío por delante de los dos centrales posicionales, siempre pareció en condiciones de resistir y, además, de responder. En ese sentido, Jaime Juanas buscó frescura con la entrada de Marcos Carrillo, y después con la de De la Torre; pero todo se fue al traste cuando Bustos Pereira vio penalti en un despeje de Gonzalo en el área chica, en el que saltó encimado por Christian Díaz. El delantero cayó al suelo entre aparatosos gestos de dolor, y cuando Gonzalo atrapó de segundas el balón, vio incrédulo cómo el árbitro señalaba el punto de penalti y le sacaba la segunda amarilla. Al ver la decisión, Christian Díaz se recuperó de inmediato. Ya llovía sobre mojado, puesto que el portero del Galapagar había visto la primera tarjeta por reclamar una falta sobre Kosty, después de que el delantero recibiera hasta dos tarascadas antes de caer a la tercera cerca del área. El Chopo montó en cólera, pero Jacobo Alcalde no perdonó desde los once metros, engañando con un remate a media altura a un Sergio Iglesias que salió prácticamente sin calentar, para jugar los primeros minutos tras su regreso.

El Galapagar jugará este domingo en El Val (12:00 horas) marcando la permanencia con 21 puntos, pero en puesto de posibles arrastres a Preferente

Sainete arbitral

Tras el episodio clave del partido, la cosa aún fue a peor, cuando Bustos Pereira expulsó con roja directa a Jaime Cid por una entrada sin opción de llegar al balón con la pierna levantada. Quedaban cinco minutos y todo parecía perdido en el nueve contra 11, pero entonces el líder se encogió y el Galapagar, pleno de raza y garra, estuvo a punto de hacérselo pagar en dos ocasiones. En la más clara, Marcos Gil llegó con el balón  controlado al área dejando defensores atrás, pero el balón se le fue escorando a la izquierda y no pudo precisar su zurdazo entre palos.

La derrota terminó consumándose con El Chopo encendido en contra del trío arbitral, que esperó unos instantes en el campo a que se calmaran los ánimos antes de ganar los vestuarios. Una vez allí, Bustos Pereira recibió la recriminación de Sergio Pliego, y según fuentes del Galapagar se dejó ver con el objetivo de que alguien más hiciese lo mismo que el central para engordar su parte en el acta. Un sainete arbitral sobre el que se deberían tomar medidas, y una tarde aciaga para el Galapagar, de las que puede traer consecuencias más allá de los puntos. 

Jaime Fresno

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