El Galapagar pierde tras subirse a las barbas del líder, el Atlético de Madrid B (3-1)

Buen partido del Galapagar en el Cerro del Espino, con una valiente puesta en escena que se tradujo en varias llegadas peligrosas, y una entereza mental que le permitió competir hasta el final, ante un Atlético B que pudo pagar caro su paso atrás de la segunda parte.

El Galapagar murió de pie en el Cerro del Espino, atacando en pos de un empate que durante mucho tiempo pareció una quimera, pero que terminó siendo una opción real en el tiempo añadido, cuando un penalti transformado por Nacho Martín hizo dudar al líder. Al Atlético de Madrid B, superior hasta ese momento –era muy difícil imaginar otra cosa-, le asaltaron las dudas, se aculó de mala manera atrás y Greci pudo dar una campanada para la historia en la penúltima jugada, de no haber estrellado un remate con marchamo de gol en el cuerpo de un defensor. Pedía la hora el banquillo atlético cuando Santi Miguélez hizo suyo un despeje de sus compañeros de la defensa para salir al contragolpe con todo el Galapagar volcado, incluido Gonzalo, y marcar el definitivo 3-1, sin tiempo de más. Sólo así cayó el brazo arlequinado sobre el tapete de la mesa, tras sostener un vistoso pulso con el mejor equipo de la categoría, posiblemente el futuro campeón que suba directo a Segunda RFEF.

El líder aprovecha el intercambio de golpes

El Galapagar hizo una puesta en escena valiente, que le hizo manejarse en el Cerro del Espino como si estuviera en El Chopo. Ocupó bien los espacios, a partir de un entramado con tres centrales, con Gabi Pont flanqueado por Sergio Pliego y Raúl León, y sus habituales carrileros largos, en este caso Guille por la derecha y Gabri Zamorano por la izquierda, situó delante a Facu Ferratti y Juan de la Torre para la creación y descolgó dos interiores, Marcos Gil y Kike Falcón, para terminar de asfaltar las vías hacia Héctor, referente arriba.

El plan, amparado en una vigorosa salida, sin rehuir ni una batalla individual, imponiendo un alto ritmo en cada contestación al líder, le dio al Galapagar dos llegadas antes del minuto ocho, primero con un disparo alto y luego con un tiro colocado de Gabri que probó los guantes de Gomís. No fueron ocasiones claras, pero sí valieron para mostrar que el Galapagar se disponía a jugar el partido de forma desinhibida, lejos de las precauciones que, en otra plaza fuerte como El Val, le abocaron a soportar todo un chaparrón del Alcalá.

Imagen del partido disputado este domingo en el Cerro del Espino: Fotografías: Twitter Atléti Academia

El Atlético B no tardó en entender que había que igualar esa intensidad, y el partido entró en un toma y daca prematuro, de esos que prueban la potencia de fuego de cada uno. En ese terreno, Giuliano Simeone es hoy por hoy quien maneja más calibres, el jugador más determinante de la categoría, por mucho que los más suspicaces quieran ver un caso de favoritismo hacia el hijo del Cholo Simeone, cuya presencia en el Cerro para seguir el encuentro se hizo sentir, más si cabe en la mañana previa al derbi madrileño. El pequeño de los tres hermanos empezó su show tomando el mando del tridente ofensivo de los de Tevenet, primero con una combinación eléctrica con Jordi Ferrer, que la zaga arlequinada se quitó de encima concediendo un córner, y después asociándose en no pocas ocasiones con los centrocampistas para buscar fisuras entre las líneas serranas.

Dos goles de Giuliano Simeone, que fue seguido en directo por su padre, decantaron el partido en la primera parte para el filial colchonero, pero el Galapagar no perdió la fe, acortó distancias con un gol de penalti de Nacho Martín en tiempo añadido y Greci tuvo una ocasión para el empate, antes de que Santi Miguélez sentenciara al contragolpe aprovechando que los serranos se habían volcado

Con el escurridizo argentino apareciendo por todas partes, fueron creciendo Sergio Guerrero, Alberto Moreno y, sobre todo, Andrés Solano. El colombiano fue el primero en probar a Gonzalo, con un disparo ajustado que el guardameta rechazó con ciertos apuros, pero las idas y venidas hicieron que el Galapagar dispusiese de su ocasión más clara, en un disparo colocadísimo de Ferratti que Gomís sacó a una mano, cuando el balón buscaba colarse por el palo izquierdo del guardameta ilicitano. Definitivamente, el Galapagar se había metido en una batalla al que más pudiera con el líder, sin escatimar en toques, transiciones, circulaciones desde atrás y demás repertorio característico de los equipos con plan valiente. El margen de puntos adquirido con los triunfos ante Carabanchel y Moscardó así lo permitía. Sin embargo, Giuliano aplacó a ese Galapagar sin complejos marcando el 1-0 con un cabezazo picado en el área chica, después de una prolongación de su otro socio en la delantera, Carlos Martín.

El gol no achicó al Galapagar, que siguió respondiendo con los fogonazos de un muy activo Kike Falcón, pero sí hizo crecer al Atlético B, resuelto a acabar con el partido por la vía rápida. En una de sus subidas por el carril derecho, Sergio Camus enganchó a la carrera con Giuliano y sólo Gonzalo fue capaz de evitar el segundo gol, como después haría Gabi Pont en un cruce providencial, de nuevo ante el argentino. Esos escarceos delataron la superioridad que el filial terminó plasmando en el tramo final de la primera parte, cuando apretó aún más las clavijas con su presión arriba. Fruto de ello, Giuliano le rebañó un balón a Gabi Pont, cuando el central quería salir jugando desde atrás, y se lo cedió a Solano ya en el área y en posición de gol. Sergio Pliego quiso corregir, pero llegó tarde y derribó al colombiano. Giuliano no perdonó desde los once metros y estableció el 2-0 al descanso.

Final frenético

Mucha menos historia tuvo la segunda parte, al menos hasta el tiempo añadido. El Atlético de Madrid B se juntó más, dejó hacer al Galapagar en zonas poco peligrosas, y esperó su oportunidad al contragolpe. A los cinco minutos, Gabi Pont se resarció de su error en el penalti con otro cruce providencial para conjurar una contra clarísima del filial. Sin embargo, la jugada terminó siendo episódica, en el contexto de un segundo tiempo jugado a ritmo más bajo que el Atlético B gestionó con comodidad. Hacia su ecuador, el Galapagar volvió asomar con peligro, en un centro de Gabi Pont que Marcos Gil no atinó a rematar bien en el segundo palo, solo pero en posición forzada; y acto seguido, entre De la Torre y Guille tejieron una buena jugada que Héctor no pudo rematar encimado por los defensas. El goleador fue uno de los sacrificados en el doble cambio que llegó a continuación, en el que Álvaro Gómez-Rey dio entrada a Buceta y Greci, éste en lugar de Facu Ferratti.

Todo parecía encaminado a limitar daños y guardar piezas para la gran batalla que se avecina ante Las Rozas, pero cuando entró Nacho Martín minutos después, el Galapagar recuperó parte del vigor perdido. Más allá de su técnica, el capitán tiene una facilidad que a veces raya en lo asombroso para insuflar energía al juego del equipo: cuatro voces por allí, dos indicaciones por allá, dos pases acullá, y muchas cosas cambian para bien. En el Cerro del Espino dispuso de un cuarto de hora. Empezó tirando una de esas faltas al borde del área de la que es maestro. Lo hizo en frío y se le fue desviada. Después, fue pidiendo y encontrando balones en tres cuartos, con el Atlético B ya en clave administrativa del 2-0, y el efecto fue que el Galapagar fue merodeando el perímetro de la mejor defensa del Campeonato hasta que, ya en el añadido, encontró un resquicio por el que se coló Guille. El lateral fue trabado en el área y Nacho transformó el penalti en el 2-1, su sexto gol en Liga. De repente, el panorama pegó un giro de 180 grados: el Galapagar se volcó con todo a exprimir el par de minutos que le quedaban a la prolongación, y Greci tuvo ese balón en el área que estrelló en un contrario que acudía a tapar a la desesperada, con el Atlético B acorralado en su área.

El frenesí final acabó en la contra final de Santi Miguélez, ingresado en el campo de refresco y pleno de potencia para conducir el balón cincuenta metros y aprovechar la subida de Gonzalo al medio campo para terminar haciendo a placer el 3-1. El gol dio el tiro de gracia a un Galapagar que cayó con honores, con las botas, y hasta el sombrero, bien puestos. Y así sigue también en la clasificación, con tres puntos de margen sobre el descenso antes de otra batalla de las buenas ante Las Rozas, esta vez en su guarida de El Chopo.

El Galapagar mantiene la 12ª plaza, ahora con tres puntos sobre el descenso, antes de recibir a Las Rozas este domingo en El Chopo, en el gran partido del fútbol del Noroeste.

CLUB ATLÉTICO DE MADRID B: Gomís; Sergio Camus, Fran González, Joan Rojas, Adri Corral; Andrés Solano (Lama, 76’), Guerrero, Alberto Moreno (Santi Miguélez, 66’); Giuliano Simeone (Mario Musy, 76’), Carlos Martín (Joel Arumí, 76’) y Jordi Ferrer (Davo, 66’).

CD GALAPAGAR: Gonzalo; Guille, Raúl León, Gabi Pont, Sergio Pliego (Jaime Cid, 87’), Gabri Zamorano (Nacho Martín, 76’); Marcos Gil (Guille Flórez, 76’), Facu Ferratti (Greci, 66’), Juan de la Torre, Kike Falcón; y Héctor (Pablo Buceta, 66’).

GOLES: 1-0, Giuliano Simeone (22’). 2-0 Giuliano Simeone de penalti (42’). 2-1, Nacho Martín de penalti (92’). 3-1, Santi Miguélez (94’).

ÁRBITRO: Ángel Vicente Juárez. Buena actuación.

INCIDENCIAS: Cerca de 400 espectadores en el campo principal del Cerro del Espino de Majadahonda, con decenas de seguidores del Galapagar y la presencia del primer entrenador del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone. Césped natural en perfectas condiciones y mañana soleada, con 14 grados de temperatura al comienzo del choque.

Jaime Fresno

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