El Galapagar acaba abriendo en canal al Trival Valderas, en otra tarde pletórica en El Chopo (3-0)

El Galapagar suma 37 puntos, nueve por encima del descenso, y alcanza al Ursaria en la octava posición.

El Chopo, lugar de diversión. Así lo quiere el Galapagar, empeñado en encadenar exhibiciones ante su público una vez culminado con sobresaliente su proceso de adaptación a la Tercera nacional, cosa que ocurrió hace ya mucho tiempo. Esta vez, la víctima fue otro clásico, el Trival Valderas, que acabó empequeñecido ante un equipo serrano que se mostró implacable, sobre todo en la segunda parte, donde soltó cinco zarpazos de gol y metió dos, con la firma de Héctor. El ariete, nuevo Pichichi en solitario de Tercera con 13 tantos -uno más que Giuliano Simeone-, fue la punta de lanza ideal para llevar al marcador el despliegue coral de un Galapagar muy sólido atrás, punzante al contragolpe, impecable en el rigor táctico y los duelos individuales, y sobre todo, seguro de sí mismo. El Chopo, extrañamente silencioso últimamente, goles y fricciones aparte, asistió a un ejercicio futbolístico al alcance de muy pocos en la categoría, ante un Trival que llegaba a la Sierra para ganar e igualar a puntos con su equipo.   

Magnífico partido coral del equipo arlequinado, que se repuso al dominio inicial de los visitantes que siguió al tempranero penalti fallado por Marcos Gil. El 7 galapagueño se redimió abriendo el marcador en el minuto 41, con su gol número 89 con la elástica arlequinada, y Héctor remató el partido con un doblete en la segunda parte que ya le sitúa como Pichichi en solitario de Tercera, con 13 tantos.   

Marcos Gil, fallo y gol

Para llegar al feliz desenlace, el Galapagar tuvo que sobreponerse a un primer tercio de partido que se podría calificar de desfavorable: al minuto de juego, el árbitro pitó un penalti de Mario a Héctor a instancias del juez de línea, por supuesto derribo al delantero en un intento de control en el área, y Marcos Gil se topó con Otero en la transformación, previsible y mal ejecutada. El número 7, máximo goleador de la era moderna del Galapagar, se quedó sin estrenar momentáneamente su cuenta en Tercera y recibió un revés en lo anímico.

La jugada dejó frío al Galapagar y en los minutos siguientes el Trival Valderas se desenvolvió con cierta soltura en El Chopo. Con Fa de barredora por delante de la zaga, y Almendros realizando un buen trabajo sobre la salida de pelota de De la Torre, el cuadro de Alcorcón ganó sitio para jugar y encontró vías de conexión con Esparza, su punta de referencia. A los 15 minutos, el delantero, sondeado en su día por el Galapagar, recibió un buen balón filtrado y superó a Gonzalo con un remate ajustado. El gol no subió al marcador por un fuera de juego discutible, resuelto en cualquier caso por centímetros.

El susto fue aún más allá, porque poco después a Iván Lean se le fue un metro por encima del larguero un disparo de rosca, y el propio Esparza tuvo el 0-1 en una doble ocasión, primero con un remate a servicio de Almendros que conjuró la zaga en el área chica, y después con una peinada a la salida del consiguiente córner que se fue lamiendo el travesaño.

Fue la fase más delicada para el Galapagar, que de nuevo encontró en la pegada la solución para crecer en el partido: Héctor puso un buen centro desde la izquierda hacia Marcos Gil y el 7, esta vez sí, atacó el balón de cabeza con decisión, buscando el contrapié de Otero. El guardameta llegó a tocar, pero no pudo evitar que el esférico se fuera para adentro. El gol tuvo un enorme peso en el partido y en el plano anímico del máximo goleador -al menos en los tiempos modernos- de la historia del Galapagar. Marcos Gil lo celebró sin excesos, dejándose abrazar por unos compañeros conscientes de la importancia de ese tanto número 89 en la cuenta histórica del número 7, el primero que marca con el pequeño Marcos, su hijo, en la plataforma de El Chopo.

El capitán se quitó un peso de encima al tiempo que el Galapagar empezó a carburar,con el reloj apuntando al descanso. En el minuto 44, Kike Falcón apareció desbordando en tres cuartos, tocó para Buceta y éste dejó solo ante el gol a Héctor, pero el máximo artillero pifió ante la desesperada salida de Otero, que atajó el balón. 

Excelentes actuaciones de Kike Falcón, autor de la asistencia del 2-0, y de Guille Flórez, que sigue a gran nivel en el carril izquierdo, dentro de un engranaje que apenas dio opciones a la reacción del cuadro tricolor.

Sentencia en la segunda parte

El paso por vestuarios no alteró el guión del final del primer tiempo. El Trival salió jugando en campo contrario, pero enseñó costuras a su espalda. Kike Falcón, para entonces desencadenado en su show de movilidad, conducción y pase, rompió por la derecha, atrajo defensas y aclaró para la llegada letal de Héctor, que entró en tropel por el medio y definió ante Otero de vaselina: 2-0. El menudo volante resultó un dolor de muelas para el Trival, con su movilidad por detrás de los puntas, con sus asociaciones más abajo con De la Torre, el otro motor. Tres minutos después, se sacó una picada a lo Michael Laudrup que dejó servida la carrera directa de Buceta hacia el marco. Otero, de nuevo providencial, le negó el tercero al canterano.

Viendo el panorama, David Galán reaccionó con un doble cambio en el que sacrificó a Esparza y a Fabre, quizá por el desgaste de la semana, para meter a Diego en banda izquierda y a Rubén como segunda punta, acompañando a Almendros. Llamativamente, el técnico se reservó la baza de Kity, sin duda uno de los jugadores más desequilibrantes de la categoría, y el Trival cobró un dominio más territorial que efectivo, sin conexiones hacia la delantera, y un empuje visceral que fue contenido por la última línea arlequinada.

Sergio Pliego y Raúl León estuvieron muy seguros y los laterales sellaron las bandas, dando mucho oxígeno en las salidas, en especial con la proyección de Guille Flórez por la izquierda. El ex del Aravaca, pletórico desde hace ya meses, fue puro derroche de energía y recursos, y eso que David, el carrilero que percutía por su lado, fue de lo más incisivo del Trival. Bien configurado para el contragolpe, el Galapagar desbordó confianza y exhibió mucho diente, a través de ese juego trepidante que suele sacar a relucir cuando detecta la desesperación de su rival. En ese caldo de cultivo, Pablo Buceta le rebañó un balón a Magán, vio la llegada por la derecha de Marcos Gil y el capitán se disfrazó de asistente para servir el tercero en bandeja de plata a Héctor.

El Galapagar suma 37 puntos, nueve por encima del descenso, y alcanza al Ursaria en la octava posición.

Con 22 minutos por delante y el partido virtualmente sentenciado, Álvaro Gómez-Rey optó por hacer debutar a Santamarina, su nuevo centrocampista, y dar carrete a jugadores como Manu Serrano o Joel Lora. El Galapagar no perdió pujanza y el tramo final dejó grandes detalles, como el autopase de Flórez por su carril para irse de dos jugadores, que el lateral culminó con un intento de vaselina, o la asistencia de Raúl León a Héctor que el ariete malogró en boca de gol. Zarpazos finales para que nadie saliera frío de El Chopo, con un equipo que ya vuela nueve puntos por encima del descenso y acecha la zona de playoff a sólo dos, transmitiendo inmejorables sensaciones.

CD GALAPAGAR: Gonzalo; Sergio Pliego (Jaime Cid, 73’), Raúl León, Ferratti; Guille Álvarez, Marcos Gil (Santamarina, 69’), De la Torre (Manu Serrano, 69’), Kike Falcón, Guille Flórez (Carlos Daniel, 87’); Pablo Buceta (Joel Lora, 73’) y Héctor.

CF TRIVAL VALDERAS: Otero; Magán (Caro, 74’), Mario, Kiko Zarza; David, Fa, Iván Lean, Fabre (Diego, 57’), Koke; Almendros; y Esparza (Rubén, 57’).

ÁRBITRO: Jon Alcíbar. Buena actuación.

GOLES: 1-0, Marcos Gil (41’). 2-0, Héctor (52’). 3-0, Héctor (70’).

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 27ª jornada en Tercera RFEF, con algo más de 400 espectadores en el Municipal de El Chopo en tarde agradable.

Jaime Fresno

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