Vivi: “No sé qué pasa que al final en Villalba siempre mandan los temas extradeportivos”

El extremo de Cerceda ha sido uno de los grandes protagonistas de la temporada, al ayudar a la permanencia del CUC Villalba y ser decisivo en el ascenso del Tres Cantos.

Francisco Javier Gómez Serrano, ‘Vivi’, ha sido uno de los casos más extraordinarios de la temporada recién concluida en el fútbol de Madrid, por ayudar en la permanencia del CUC Villalba y acabar siendo decisivo en el ascenso del Tres Cantos, club al que se fue para seguir jugando. En su ADN no entraba el quedarse sin jugar a finales de abril, con un mundo de cuatro meses hasta la siguiente temporada, y por eso escuchó la llamada de David Muñoz.

El técnico galapagueño del Tres Cantos necesitaba un sustituto de garantías para suplir a su goleador, Rubén Lozano, lesionado de gravedad, y la jugada le salió perfecta: Vivi anotó cinco goles en las seis jornadas finales, amén de jugar el papel desequilibrante que le facilita su velocidad al espacio, y celebró su segundo ascenso a Tercera en el intervalo de un año. Sin embargo, tras la doble alegría deportiva está la pena de su salida del CUC Villalba, el club en el que ha estado en dos etapas y al que siente como su casa, más si cabe tras una permanencia lograda en difíciles circunstancias. El de Cerceda quería seguir, pero la puerta ha terminado cerrándose por la conjunción de varias razones: una, su decisión de acabar la temporada en el Tres Cantos; la otra, la nueva condición del Villalba como filial sub-23 del Rayo Majadahonda, que hubiera hecho casi imposible su regreso por tener ya 27 años.

Un enfermo del fútbol

La nueva dirección deportiva contemplaba excepciones a esa regla, pero Vivi no era una de ellas. Atrás quedan los servicios prestados a la camiseta amarilla en dos de las etapas más difíciles de la historia del Unión, por parte de un jugador que se declara un enfermo del fútbol, capaz de sacar tiempo para ver infinidad de partidos por YouTube y de no fallar a su cita con el Metropolitano como abonado del Atlético de Madrid, manteniendo intacta la pelea con dos madridistas muy cercanos: su padre y su hermano Jony, jugador del Cerceda.

Mientras aún le daba vueltas a su futuro, poco antes de jugar la final de campeones de Preferente que perdió el Tres Cantos ante el Moscardó, Vivi atendió a AQUÍ EN LA SIERRA junto al campo de Navafría de Moralzarzal, un lugar especial para él, pues fue allí donde Marcelo Román lo reclutó para el Villalba reciñen salido de juveniles.    

¿Cómo te enteras de la nueva situación del CUC Villalba como filial del Rayo Majadahonda y de qué manera te afecta a la hora de decidir tu futuro?

Lo de Villalba, a medida que iba pasando la temporada ya se iban escuchando cosas: que la Junta Directiva tenía pensada una venta del equipo, o afiliarse a otro equipo. Fueron sonando cosas y bueno, cuando yo me voy al Tres Cantos, a mí ya se me dice que si me voy ya no iba a continuar. A medida que voy jugando en el Tres Cantos ya me voy enterando por mis compañeros de que el Villalba se va a unir al Rayo Majadahonda y que, por tanto, se iba a hacer un nuevo equipo con fichas sub-23, y de que muchos de nosotros no íbamos a poder continuar en la plantilla. Así es como me entero.

En otras circunstancias, y en caso de poder haber seguido, con la descomposición del grupo de este año, ¿hubiera sido imposible tu continuidad? Lo digo por la piña que habíais logrado hacer como equipo…

Sí. Está claro que los jugadores no somos tontos, por decirlo así, y cuando ves que van a hacer un club filial sub-23, como el Paracuellos, y que el 95 ó el 99% de la plantilla se va a tener que ir… Con el trabajo y el grupo humano que se ha hecho aquí y lo que hemos conseguido para este club, es una pena que acabe de esta manera. Pero esto es fútbol y los directivos son los que mandan. Por mucho que quisiéramos continuar, es una desgracia que no nos dejen por temas extradeportivos.

Con la llamada de David Muñoz para fichar por el Tres Cantos, como que no te lo piensas, ¿no? Técnico serrano, que te conoce, un buen equipo… Era una buena salida.

Sí, desde el principio lo tenía claro. No había jugado todos los partidos que quiero jugar en una temporada y cuando me lo dijeron lo tenía clarísimo. Fui a hablar con la directiva del Villalba y les pedí que, por favor, ya que habíamos acabado la temporada, que me dejasen salir. Hubo ciertos problemas y demás y al final, por suerte, me dejaron salir y contentísimo de haber recalado en el Tres Cantos, porque lo he pasado muy bien, he cogido mucha confianza y, por los menos, he acabado bien la temporada.

¿Ya tienes oferta para renovar, o estas esperando a ver más cosas?

Cuando llegué a Tres Cantos no se habló nada de Tercera División. Yo le dije a David que iba por los seis últimos partidos. Mi intención siempre es la de acabar en los clubes donde estoy de buena manera, y ya le dije a la directiva del Villalba que mi intención era reunirme con ellos en verano, si ellos querían, para intentar acabar de la mejor manera, que ellos me dijesen si podía continuar o no. Eso no ha sido así, y el Tres Cantos me dijo que a final de temporada querían reunirse conmigo para decirme si al final contaban conmigo de cara a Tercera División. Supongo que David Muñoz y yo nos reuniremos y me dirá si cuenta conmigo o no para este proyecto. Veremos qué sucede.

Has estado ya en dos etapas en el CUC Villalba. ¿Te queda cierto resquemor de no haber podido tener más continuidad en el tiempo, de haber andado como yendo y viniendo?

Sí, he estado como dices en dos etapas, primero una de tres años, cuando pasó lo que pasó con el equipo en Tercera División descendiendo a Preferente, con varios problemas por tema de la deuda, y salí al San Agustín; y luego esta segunda etapa parecía muy bonita, porque al final, cuando llegó Pepón y subimos de Primera a Preferente, se hizo un buen proyecto. Pero al final, en el Villalba, no sé qué pasa que siempre mandan los temas extradeportivos. Ya viste: subimos a Tercera División, se hace un gran bloque, un buen grupo con 10-11 personas que van con el equipo a muerte, un cuerpo técnico que lo mantiene; y de repente, por hache o por be, pues otra vez todo explota, en enero cambian todo un poco, hay una situación difícil, y ahora al acabar la temporada dicen que no cuentan con el 95 % de la plantilla. Entonces, es difícil tener una continuidad. Yo, que he estado ahí dentro, diría que de los diez que estamos ahí, querríamos todos haber seguido en el equipo, porque lo tenemos como si fuese nuestra casa. Tenemos un sentimiento de pertenencia a este equipo y, encima que hemos logrado el objetivo de la permanencia, hubiéramos querido disfrutar un año todos juntos. Pero al final, los temas extradeportivos en Villalba siempre son El Tema, y por desgracia no se va a poder continuar.     

A mitad de temporada hubo el tema del cambio de entrenador. Desde fuera, y resultados en mano, se puede interpretar que el equipo no lo acusó, porque al final, con Walter Caprile, se terminó cogiendo una naturalidad en el juego que recordaba mucho a la etapa de Pepón. ¿Fue mérito de los jugadores, mérito de Walter…?

Bueno, yo voy a hablar por la parte interna deportiva de la plantilla. Para nosotros fue un palo muy duro que se fuesen Pepón y su cuerpo técnico. Se les decía que no estaban cumpliendo con el objetivo y al final estábamos cuartos por la cola, y ese fue el principal motivo. Fue un palo duro, pero somos profesionales, aunque no juguemos en una categoría profesional, y nos reunimos todos y dijimos que había que sacar esto para adelante, que el Villalba era lo que nos hacía estar ahí y que, aunque no fuese con Pepón, teníamos que luchar por este club. Hicimos una piña y pusimos todo lo que teníamos que poner, entrenando y jugando a muerte. Al final, la calidad de la plantilla fue lo que sacó al equipo. Es verdad que hubo muchos problemas a nivel extradeportivo, pero el valor que tuvo esta plantilla para sacarlo adelante fue muy importante.

Antes de jugar con el Ursaria, prácticamente todo el mundo os daba por muertos, y mira por dónde le ganáis al campeón, y luego a Las Rozas que venía jugándose el playoff. Fue un gran final de Liga…

Sí, todo el mundo nos daba por muertos, pero nosotros, ahí dentro, estábamos muy tranquilos, confiábamos en que podíamos competir contra esos equipos, porque al final la plantilla que teníamos era muy buena: técnicamente, corríamos todos, éramos un bloque, íbamos todos a una y sabíamos que en esos finales de partido, en los que ellos se jugaban muchas cosas, íbamos a poder sacar los partidos adelante sí o sí. Además, con la afición que hemos tenido… Eso nos ha ayudado a conseguir el objetivo.

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