El Galapagar acaricia la hombrada ante Las Rozas (0-0)

El cuadro arlequinado estuvo muy cerca de romper el derbi del Noroeste en la segunda parte, con hasta seis llegadas que se perdieron entre la falta de puntería y la gran respuesta de la última línea de un Las Rozas que, pese a no encontrar su fútbol, gozó de las dos ocasiones más claras con un tiro de Carbonell a la cruceta y un remate errado por David Flores, casi bajo palos.

Las Rozas tuvo la primera y la última palabra en el derbi del Noroeste, empezando por el trallazo que Javi Carbonell estampó en la cruceta, y acabando con el remate al limbo de David Flores en el área chica, sin portero. Pero en los setenta minutos que separaron una acción de la otra, el Galapagar manejó el juego como suele en El Chopo, acogotó por momentos a su rival con un carrusel de saques de esquina y dispuso de hasta ocho llegadas puras de fútbol directo, a las que no pudo sacar provecho para firmar lo que hubiera sido una hombrada, por la entidad de un rival que marcha tercero y se autoexige el título de Liga. Fue ése el gran mérito de un Galapagar que ha perdido cualquier complejo de inferioridad derivado del salto de categoría, da igual quien esté delante. El grupo de Álvaro Gómez-Rey no sólo volvió a tutear a un equipo con trazas de Segunda RFEF, sino que se hizo acreedor a la victoria.

Carbonell y los palos

El partido vino marcado por las sensibles bajas en el once de ambos equipos: el Galapagar recompuso la zaga sin el lesionado Sergio Pliego, que se lastimó en una de las acciones finales del partido ante el Atlético B, Greci sustituyó a Facu Ferratti en el medio, y la reciente paternidad de Marcos Gil dejó en el banquillo al máximo goleador gualdinegro de la última década; más complicada aún fue la situación que tuvo que abordar Carlos Rodríguez en Las Rozas, sin el sancionado Pablo Rojo en el medio, y con ausencias del peso de Héctor Galiano, Alberto Cuéllar, Carlos Indiano y Gonzalo Expósito. La consecuencia fue que Las Rozas perdió en muchas fases la batalla del medio campo y, con ella, el poder imponer su fútbol en un campo que, para más inri, es más pequeño que Navalcarbón.

Paradójicamente, la mayor comodidad visitante sobre el tapete chopero tuvo lugar en el primer cuarto de hora, cuando el Galapagar fue más contemplativo. Las Rozas tomó sitio y pudo hacer mucho daño en su primera llegada: a los ocho minutos, Yerpes se fue por la izquierda, ganó en ventaja la frontal y se sacó un disparo cruzado que Gonzalo rechazó con muchos apuros para dejar el gol a pies de Javi Carbonell. El 7, a bocajarro, quiso romper la portería y el balón se estrelló de forma espectacular en la cruceta. Esa ocasión mayúscula tuvo un efecto más positivo en el Galapagar, que poco a poco fue encontrando a De la Torre y, más arriba, a Nacho Martín y a un brillantísimo Kike Falcón, que acabó dando un cursillo de movilidad, conducción e instinto para la asociación.

Cerca de la media hora de juego, el menudo interior recibió un espléndido servicio de la otra gran pieza galapagueña de la tarde, Guille Flórez, pero su remate tocó en un defensor y se fue a córner cerca del palo de Álex Quesada. Y lo mismo sucedió con un cabezazo franco de Jaime Cid, tras otro saque de esquina botado desde la derecha por Nacho Martín. A esas alturas, el Galapagar ya llevaba claramente las riendas del partido ante un Las Rozas demasiado dependiente de las correrías en solitario de Carbonell.

El pichichi roceño hizo una exhibición de recursos técnicos, pero lejos de las zonas en las que es letal, casi siempre encarcelado entre los centrales y el medio campo local. En esa zona, la entrada de Greci le dio mucho rigor táctico al Galapagar: el 20 ejerció de argamasa, asumiendo parte del papel de Gabi Pont, e incluso alguna función de Ferratti, y con el paso de los minutos fue dando muchos problemas a Las Rozas con su capacidad para peinar balones hacia zonas de peligro.

 El Galapagar amenaza

Superado en no pocas batallas tácticas, Las Rozas tiró de solidez atrás para ganar el descanso sin más sustos, y eso que el Galapagar le sometió por momentos a un bombardeo aéreo con los centros laterales. Su único hándicap fue la tarjeta amarilla ahorrable que vio Iñaki por una entrada por detrás a Buceta, en una zona inocua del campo, pero no derivó en problemas mayores por el oficio y la inteligencia del capitán para guardarse en ulteriores duelos, en especial ante Buceta.

Las Rozas utilizó el reseteo de la caseta para iniciar la segunda parte retomando cierto control del partido, con Simal, Alberto y Palacios jugando en campo contrario y tratando de meter una marcha más. Sin embargo, no encontró mordiente y esa sensación se fue diluyendo en la medida en que el Galapagar fue encontrando el balón, con De la Torre y un incontenible Kike Falcón, que apareció por todos los lados. A los pocos minutos de la segunda parte, se vio que Las Rozas llegaba cada vez más tarde a tapar las circulaciones arlequinadas, y sumaba ese problema a la falta de control sobre los envíos largos de los locales para las peinadas de Greci, que lo tocaba prácticamente todo en tres cuartos.

El Galapagar mantiene tres puntos de margen sobre el descenso, mientras que Las Rozas sigue tercero, pero se va ya a 12 puntos del liderato del Atlético de Madrid B, tras una 19ª jornada con cinco encuentros suspendidos por positivos de Covid-19

La conjunción de todo ello desembocó en una tormenta sobre el portal de Álex Quesada, en la que el Galapagar generó hasta seis ocasiones y tuvo claramente la llave del partido. Héctor, hasta entonces bien controlado por Las Rozas, empezó a percutir por la derecha y fabricó las tres primeras, utilizando cuerpo y potencia en cada duelo con los defensas. Primero metió un centro al que no llegó Buceta por poco; después rompió a Carlos Pérez para servir un balón aún más claro a su socio, que fue tapado en boca de gol por Marco Balsera; y en la más clara, buscó de nuevo a Buceta, pero Álex Quesada hizo una doble intervención providencial, saliendo a tapar casi al borde del área, y después retrocediendo a gran velocidad para salvar un remate colocado de Nacho.

En los mejores minutos del Galapagar tuvo mucho que ver Guille Flórez, pletórico por el carril izquierdo. Un saque de banda suyo propició que a Buceta le cayera un balón suelto casi en boca de gol, pero el trallazo a la media vuelta del canterano se marchó alto, con Quesada batido. El portero roceño volvió a intervenir para conjurar otro disparo de Héctor, pero no pudo evitar que el rechace le cayese a Kike Falcón, cuyo disparo de gol se estrelló en la parte exterior del palo.

Unas veces la falta de puntería galapagueña, y otras la formidable respuesta de la última línea roceña, Quesada incluido, evitaron que el 1-0 subiera al electrónico de El Chopo. En 22 minutos de reloj, Las Rozas se vio exigido casi como en ningún partido, y su sufrimiento quedó retratado en una acción de Iñaki, quien con mucha escuela, simuló un pinchazo muscular para detener el partido. Lastrado por las bajas, y con cuatro canteranos en el banquillo, Carlos Rodríguez, sacó a Tito Malagón por Samuel Yerpes, muy diluido en la segunda parte, y terminó echando mano del joven Jaime Guillén, mientras que la sustitución en el Galapagar de Kike Falcón le quitó todo un dolor de muelas.

Entre eso y el desgaste galapagueño, el partido recobró cierto equilibrio, a partir del cual pareció sonar el despertador de Las Rozas. El equipo se fue arriba, muy consciente de la importancia de los tres puntos para no ceder más terreno al líder, y pudo conseguirlos en una gran jugada iniciada en un excelente centro desde la izquierda de Tito que Carbonell, en el segundo palo y en escorzo aéreo, devolvió en forma de balón de gol a David Flores. El ariete roceño falló casi bajo palos y sin portero. De haber acertado hubiera infligido un castigo desproporcionado a un Galapagar que acarició la hombrada en El Chopo ante todo un candidato a la Liga.

CD GALAPAGAR: Gonzalo; Guille, Jaime Cid, Raúl León, Guille Flórez; Greci; Nacho Martín, Juan de la Torre (Facu Ferratti, 93’), Kike Falcón (Marcos Gil, 81’); Héctor y Pablo Buceta (Sergio Mas, 93’).

LAS ROZAS CF: Álex Quesada; Lucas, Iñaki, Mario Balsera, Carlos Pérez; Alberto (Jaime Guillén, 81’), Palacios, Simal, Yerpes (Tito Malagón, 74’); Javi Carbonell  y David Flores .

ÁRBITRO: Jorge Acevedo. Aceptable actuación. Tarjetas al galapagueño, Greci, y a los roceños, Iñaki y Lucas.

INCIDENCIAS: Cerca de 500 espectadores en el Municipal de El Chopo, algo menos de lo esperado, con varias decenas de seguidores de Las Rozas. El Galapagar mantuvo las entradas en los precios más baratos de la categoría, pese al carácter especial del duelo entre equipos vecinos. Asistió al partido Paco Díez, presidente de la Real Federación de Fútbol de Madrid (RFFM).

Crónica: Jaime Fresno / Fotografías: Rafa Herrero

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