El Galapagar sufre una pesadilla con diez jugadores en Los Prados de Parla (6-0)

El Galapagar vivió una pesadilla en Los Prados, estadio donde le cayó la tormenta perfecta: se quedó con un hombre menos a los cuatro minutos de empezar en una de las peores plazas posibles, de dimensiones y superficie extrañas para su costumbre, y ello le llevó a encadenar una serie de errores individuales que el Parla fue penalizando de forma implacable, haciendo gala de una inspiración en ataque propia de otra categoría, y que estuvo personalizada en la figura del deslumbrante Pichichi de Tercera, Miguel Fuentes, autor de tres goles.

Los de José Luis Navarro cerraron el partido en la primera parte con un 3-0, y doblaron el marcador antes de llegar al ecuador de la segunda parte. Cuando Álvaro Santiago hizo el sexto gol, al partido todavía le quedaban 26 minutos. Afortunadamente, el Galapagar pudo cerrar ahí la hemorragia.   

Expulsión de Manu

El Galapagar se presentó en Los Prados con variaciones importantes en un once del que se cayeron, entre lesiones y otras razones, sus cuatro capitanes: Gonzalo, Greci, Nacho y Marcos Gil. Aún así, Álvaro Gómez-Rey tejió un equipo de garantías, tirando de su fondo de armario: hizo debutar como titulares al guardameta Medina, al lateral Carlos Daniel y al delantero Yorman, y terminó de coser el once con la vuelta de Facu Ferratti y dos de sus mejores complementos, por no decir titulares en potencia: Jorge Alegría y Kike Falcón.

El problema fue, por un lado la potencia de fuego del Parla, y por otro el explosivo cóctel que formaron los errores propios y el infortunio. Esto último se vio a los dos minutos, cuando el Galapagar tuvo la primera ocasión del partido y, a renglón seguido, llegó la desafortunada acción de Manu. Al lateral se le quedó corta una cesión al portero y, al ir a corregir, derribó por detrás como último hombre a Cañas, cuando se disponía a encarar a Medina en el mano a mano.

La tarjeta roja directa dejó al Galapagar a merced de un Parla voraz, lanzado en busca del primer gol, que pudo llegar al cuarto de hora cuando, de nuevo Cañas, estuvo a punto de anotar con un disparo de rosca que se le fue a un palmo del palo. El Galapagar, fiel a su estilo, no echó el cerrojo, dejó a Yorman arriba y no aculó las dos líneas de cuatro, pero el empuje local dio sus frutos en el minuto 28, cuando un centro de Peño desde la izquierda fue cabeceado en escorzo por Miguel Fuentes, en un remate manso que llegó fácil a las manos de Medina. Sorprendentemente, el portero no atajó el balón y dejó el balón a los pies de un atento Pacheco, que remachó a placer el 1-0.

Exhibición de Miguel Fuentes

La desafortunada acción terminó por minar la resistencia del Galapagar, que a partir de ahí se vio desarbolado y padeció la inspiración de Miguel Fuentes. El goleador parleño, fichado del Illescas y debutante en el fútbol de Madrid, acabó con el partido en tres minutos mágicos, primero haciendo de chilena el 2-0 y después con una maniobra pura de ariete, recibiendo de espaldas y girándose con un solo toque para terminar fusilando a Medina con un disparo inapelable.

El 3-0 fue una losa para el Galapagar, que alcanzó el descanso sentenciado y con un horizonte difícil de gestionar, más en un campo como Los Prados y ante un Parla tan afilado. Los peores presagios se cumplieron al poco de volver de vestuarios, cuando Rubén Torres culminó un largo asedio sobre el portal galapagueño con un disparo lejano que le salió ajustado a la escuadra. En pleno temporal, Miguel Fuentes redondeó su exhibición con un remate de espuela desde la frontal que venció la estirada de Medina por su palo izquierdo. Fue su sexto gol en Liga, un registro que ya causa sensación en el fútbol madrileño.

El castigo no cesó hasta que Álvaro Santiago hizo el 6-0, culminando una galopada que rompió al Galapagar por el pasillo central. Fue a beneficio de inventario, porque la suerte de los serranos ya estaba echada desde mucho antes. No fue otra que la de una mañana aciaga, la de la mayor derrota de la última década, la tercera consecutiva en Tercera RFEF, agravada con un parcial de 0-11. El Galapagar no padecía algo así desde la campaña 2015-2016, el año del descenso a Primera Regional, cuando perdió cinco partidos consecutivos antes y después del parón de Navidad -Esperanza, Periso, Santa Ana, Alameda de Osuna y Complutense-. Una secuencia de pesadilla que conviene olvidar cuanto antes, si puede ser el próximo domingo con un buen resultado ante el Ursaria, al calor de El Chopo.

Jaime Fresno