El Galapagar entra en situación crítica tras caer ante el Trival Valderas (1-0)

Un gol de penalti anotado por Manu Jaímez en la primera parte terminó por sentenciar a un equipo arlequinado negado ante el gol

El Galapagar cayó por la mínima en La Canaleja ante el Trival Valderas y agravó su crisis de resultados, que ya va por seis partidos sin ganar y dos puntos conseguidos sobre 18 posibles, la racha que ya lo tiene en la penúltima posición de Tercera RFEF. El nuevo traspié llegó por detalles y en un campo complicado, como es del actual cuarto clasificado, un Trival que hizo valer el gol de penalti de Manu Jaímez para llevarse los tres puntos de un partido más bien gris, en el que de nuevo se vio a un Galapagar sin el vigor de antaño.

Manu Jaimez marca desde el punto de penalti ante Gonzalo / Fotografías: Vidal Fraguas

Polémico penalti

El equipo de Jaime Juanas no entró mal al partido. Suya fue la mejor ocasión, cuando Kosty, su hombre con más gol, peinó un centro de Kike Falcón que fue a estrellarse al travesaño, votando por poco fuera de la raya. Hasta ese momento, el Galapagar tenía el partido equilibrado y al Trival bajo control, reducido a un buen disparo de Gonzalo Merchán, desbaratado por Gonzalo con una buena parada. Sin embargo, el cuadro local fue encontrando juego en el medio, con Nogueira y Duque, y empezó a marcar territorio, primero en un mano a mano de Jony que volvió a salvar Gonzalo, después con un remate de Buta que se fue cerca del palo, y más tarde con el penalti decisivo, que llegó a ocho minutos del descanso: Buta fue trabado por detrás y el colegiado, García Toro, no dudó en señalar la pena máxima, entre las protestas de los jugadores galapagueños por estimar que la acción venía precedida de un fuera de juego. Manu Jaímez no perdonó, pese a que Gonzalo estuvo a punto de impedirlo, y el 1-0 subió al marcador. El Galapagar quiso reaccionar de inmediato y alcanzó el descanso cercando la portería local, pero lo hizo sin la necesaria profundidad como para crear ocasiones claras, y con el contratiempo de la lesión de Santamarina, que tuvo que ser sustituido por Juan de la Torre.

El Galapagar cae a la penúltima posición, después de sumar sólo dos puntos en los últimos seis partidos, y su duelo del domingo en El Chopo ante el colista, el Real Aranjuez, podría ser trascendental para el futuro de Jaime Juanas

Quiero y no puedo

Esa tónica fue la que imperó en la segunda parte, en la que el Galapagar asumió el peso del partido, a base de amasar el balón en busca de resquicios en la zaga tricolor que apenas se dieron. Es más, las mejores ocasiones las firmó el cuadro local, que obligó a Gonzalo a realizar al menos tres intervenciones de mérito, en especial una a un intento de vaselina de Iván Lean. Jaime Juanas fue buscando soluciones ofensivas en el banquillo, primero dando entrada a Marcos Carrillo, y más tarde metiendo de una tacada a Jaime Cid, Guille Flórez y Sergio Mas, pero la sensación que transmitía el encuentro sólo dejaba traslucir la posibilidad del empate por lo estrecho del marcador.

Aun sin la profundidad necesaria para inquietar, el Galapagar tiró de amor propio y alcanzó el añadido con fe en sus posibilidades. Gonzalo lo sostuvo con otra parada a disparo de Nogueira y, ya en el añadido, Jaime Cid estuvo cerca de empatar con un remate que se le marchó cerca del palo, con todo el equipo volcado. El 1-0 ya fue inamovible y con él llegó la sexta derrota en diez partidos, la peor depresión del Galapagar desde que tocó la Tercera RFEF.

Christian se interna en el área ante la oposición de Raúl / Fotografías: Vidal Fraguas 

Con un tercio de Liga ya consumido, la reacción no debería de demorarse mucho más allá del próximo domingo, cuando el equipo reciba al colista, el Real Aranjuez (16:30 horas), en un partido que podría convertirse en un plebiscito sobre Jaime Juanas. El entrenador, que viene siendo cuestionado desde el empate ante el Alcalá, tiene en contra a un número cada vez más amplio de aficionados, algunos de los cuales piden un cambio inmediato en el banquillo. Quizá sea la primera gran prueba para el tradicional temple del presidente, un Jorge Greciano que, en más de una década en el cargo, nunca dio un golpe de timón sobre la marcha.

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