El CUC Villalba vive una pesadilla antes de Navidad ante el Paracuellos (1-4)

Los villalbinos volvieron a encajar un gol en frío y acabaron reproduciendo punto por punto todos los problemas que le han llevado a ser el peor equipo local de Tercera RFEF, sin conocer la victoria y ya con seis derrotas en la Ciudad Deportiva.

El CUC Villalba vivió una pesadilla antes de Navidad frente al Paracuellos, que le ganó por 1-4 en la Ciudad Deportiva aplicando el abecé de sus visitantes: un gol a la primera llegada, concentración para ganar los duelos y paciencia para meter el cuchillo cuando el paso del tiempo abre los espacios. En ese contexto, Adrián Esperalta, ese extremo que ya dejó su sello en Villalba vistiendo la camiseta de la Concepción, hizo un roto, al principio, entre medias y al final, en alianza con Pradillos, Porcel y Nieto.

El Villalba cierra 2023 en la zona de descenso y con la amenaza del calendario de enero, donde le esperan los dos primeros de la tabla, el Real Madrid C y el Móstoles

Los cuatro acabaron repartiéndose los goles y las ocasiones del cuadro que ahora entrena Sergio Rubio, el hombre que ha reactivado el proyecto con inversión mexicana, sucediendo a Chema Hidalgo con una secuencia de tres victorias en cuatro partidos. Que el Paracuellos ganara con nitidez al Galapagar en la jornada previa ya era todo un aviso del repunte del equipo del Jarama, cuya situación era un tanto engañosa un mes atrás, a la vista de su plantilla. En Villalba, se mostró prácticamente inabordable atrás y letal arriba, primero con dos goles de alta escuela desde fuera del área, uno en cada arranque de período, y otros dos de distinto pelaje, uno a balón parado y otro al contragolpe. A favor de obra jugaron la fragilidad atrás del Unión, y su alarmante falta de desborde para atacar bloques medio-bajos, dos problemas que fueron creciendo con el paso de los minutos.

Esperalta abre la lata

El primer golpe llegó al minuto 4, cuando Esperalta agarró un balón en su banda y fue abriéndose ángulo en conducción hacia la frontal para descerrajar un chutazo con efecto endiablado ante el que Valentyn sólo pudo hacer la estatua. El golazo del excanterano del Rayo, el Getafe y el Leganés puso el partido bajo el repetitivo guión imperante en la Ciudad Deportiva, es decir, con el CUC Villalba asumiendo el peso del juego y el rival con la lección aprendida de ahogar a Chamón en el medio, y atar en corto a Montero y Héctor Peña en las alas.

Durante la media hora siguiente al 0-1, el CUC Villalba amagó con derribar el entramado, sobre todo en ocho minutos muy buenos de juego de ataque en los que, al fin, pareció morder de verdad ante su público. En esa fase, Álvaro Corral hizo dos cruces providenciales para evitar remates de gol de Álex Krehl y Herrero -muy activo en la primera parte-, y Ot Remolins, el mejor del Villalba, estrelló en el palo una monumental jugada gestada por Héctor Peña, en la que hasta cuatro jugadores se asociaron para propiciar el mano a mano del andorrano con Morales. Solo ante el portero, Remolins decidió culminar con el exterior y el balón se fue al palo. Cosas de no manejar las dos piernas, problema recurrente incluso en Primera División.

El Villalba no cejó en su empeño y Pablo Montero aportó el desborde individual que el equipo ya tenía problemas para encontrar por la vía colectiva, sobre todo a la hora de crear superioridades en banda. El menudo interior fabricó otras dos ocasiones, una para Álex Krehl, que el estadounidense chutó fuera, y otra propia, también culminada con un disparo ligeramente desviado. Fue la última antes del descanso, al que se llegó con otras dos diabluras de Esperalta: en la primera, el extremo se fue como el que lava al contragolpe y le puso un precioso balón al espacio a Pradillos, que sobre la salida de Valentyn cruzó en exceso su tiro para el 0-2; y en la segunda, Esperalta sorteó en velocidad a dos contrarios y largó otro disparo tremendo que se le marchó por poco.

Rápida sentencia

El 0-2 acabó llegando a los cinco minutos de la segunda parte, otra vez medio en frío, cuando Esperalta combinó con Porcel y éste, desde 25 metros y escorado a la derecha, se sacó un precioso disparo combado que se fue al ángulo del marco de Valentyn, quizá mal colocado en la acción. Juan Carlos Gómez trató de reaccionar entonces con los cambios, pero su primera decisión, la de quitar a Ot Remolins, resultó un tanto extraña, pues al internacional andorrano se le habían visto buenas maniobras en el enganche.

En cualquier caso, apenas hubo tiempo de calibrar el efecto de la decisión, dado que a los pocos minutos, Pradillos peinó a la red un córner botado al primer palo por Porcel. Con 0-3, el Villalba se jugó la baza de Etienne Etoo, suplente tras viajar el sábado a Tarazona con el Rayo Majadahonda, pero el partido ya estaba descifrado. Ni siquiera el gol de Velasco, todavía con 20 minutos por delante, sirvió para alterar al Paracuellos, firme en los duelos y punzante en cada salida, en un contexto de idas y venidas en el que todavía la pegada hubiera podido dar alguna opción al Villalba, sobre todo en un remate franco de David Fernández llegando de segunda línea que al centrocampista se le fue desviado. Por si hubiera dudas, poco después Pradillos se fue por la izquierda, metió un centro en carrera hacia el otro costado, y por allí llegó Guille Nieto para colocar el 1-4. Y pudo haber más sangre, pues el Paracuellos perdonó el quinto en el añadido, casi a bocajarro. El pitido final de Alonso Campos acabó con el martirio y elevó la pesadilla a seis derrotas en siete partidos del Villalba ante su sufrido público.

El club amarillo guardó un minuto de silencio en memoria de Ángel López, figura clave de su historia, fallecido durante la semana a los 89 años

Recuerdo a Ángel López

La gente al menos pudo ver cómo su querido Ángel López, el hombre que hizo de todo durante décadas en el club, el padre de Angelín, gran extremo izquierdo en aquella Unión Deportiva Collado Villalba de los ochenta, jugando en aquella súper Primera Regional de la Federación Castellana, sobre el gigantesco terrero del antiguo Municipal, recibía el mínimo homenaje del minuto de silencio en presencia de sus hijos y nietos. Un oasis de ternura y justo reconocimiento para mitigar el nuevo gatillazo de un equipo capaz de ser a la vez líder de la Liga a domicilio y colista en casa. Las cuentas totales son claras: el Villalba acaba 2023 en la penúltima posición, con los mismos 15 puntos que la permanencia, pero con nubarrones en el horizonte del nuevo año, donde visitará al Pozuelo y, de seguido, se medirá a Móstoles, Real Madrid C y Alcorcón B, es decir, la élite de Tercera RFEF.

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