El CUC Villalba se muestra prometedor en un equilibrado duelo ante el Alcorcón B (0-0)

El remozado equipo de Mateo García, aun con bajas importantes, exhibió solidez y nivel técnico, pero adoleció de remate en su debut ante el filial alfarero, recién descendido de Segunda RFEF.

El nuevo CUC Villalba de Mateo García inició la Liga con un convincente partido ante el Alcorcón B, un duelo de filiales que, a falta de goles, dejó la sensación de que a ambos conjuntos les espera un buen futuro en la categoría, por cuestiones que tienen que ver con el empaque, la seriedad atrás y el nivel técnico con la pelota.

Aun sin grandes emociones en las áreas, y con el 0-0 inamovible, la afición serrana salió de la Ciudad Deportiva con cosas a las que agarrarse, en especial después de ver en el primer tiempo a un Villalba mandón, con ritmo, marcando el territorio que se debe cuando uno ejerce de local, y con futbolistas muy interesantes. El equipo, con sólo Álex Krehl como jugador más reconocible, apenas tardó en desactivar los principales recelos de la grada ante tanta novedad y ante la nueva condición de ser filial del Rayo Majadahonda: se puso a jugar y a la grada le gustó lo que fue viendo, en especial en la primera parte.

Destacaron Pablo Montero y Heras, últimas incorporaciones, además de los ex rayistas Héctor Peña y Chamón

Mateo García, que ya había dicho que se había guardado cartas el día del Toledo, y que los puntos oficiales en juego son otro cantar, trazó su primer once con el descaro que lo caracteriza: fijó dos puntas arriba, con Krehl y Etienne Etoo, puso mucho pelotero por detrás, con Chamón y David Fernández en el medio, más Héctor Peña y Pablo Montero en los costados, dio el carril izquierdo a Heras, improvisó en el lateral derecho con Velasco, y blindó el eje de la zaga con Munguía y el imponente Vlady -dos metros de altura-, por delante del nuevo guardameta, Valentyn.

Con ese elenco, a una media de edad inferior a los 21 años, y con ausencias notables como Sergio García -lesionado-, Ot Remolins -convocado para jugar con Andorra ante Portugal- y Roman -citado con el Majadahonda para su partido ante el Real Unión de Irún-, el Villalba no tardó en discutir la pelota al Alcorcón B y en ir imponiéndose con recuperaciones rápidas y criterio en las circulaciones, aunque la precisión arriba no fuese la deseada. En sus mejores minutos, Héctor Peña probó las manos del meta Ángel con un tiro desde fuera, y Etienne Etoo no acertó a precisar un cabezazo en carrera tras un centro en carrera desde la izquierda de Heras, en lo que fue la mejor jugada de la primera parte, gestada en su origen por Peña. El camerunés, ex del Poblense, mostró buena movilidad sin balón y cierta indecisión con él, como en otra ocasión en la que ganó la espalda de la zaga y pecó de lentitud, dando tiempo a que un defensa le robara la cartera cuando se había quedado solo.   

Kosty, ex del Galapagar, dispuso de la mejor ocasión del partido, en un mano a mano que salvó Valentyn, el nuevo guardameta amarillo      

Valentyn, providencial

La movilidad de Héctor Peña, ex del Rayo Vallecano B, jugando a pierna cambiada en la derecha, fue de lo mejor en el primer acto, aunque nada tuvo tanto peso como la doble intervención de Valentyn para salvar dos mano a mano seguidos ante Kosty y Amaro, en la ocasión más clara del choque: el Alcorcón B robó un balón a Chamón en posible falta y generó un dos para uno que acabó con el máximo artillero del Galapagar del pasado curso solo ante el portero. Valentyn, de sólo 18 años, aguantó, sacó una mano salvadora y aún tuvo tiempo de levantarse para meter otra en la continuación. Era el minuto 40, y el cariz que estaba tomando el encuentro hubiese hecho del gol todo un mazazo para el Villalba.

La segunda parte ya tuvo menos historia, más allá de la incertidumbre del resultado. El Alcorcón B, siempre con Garrido en el origen de las jugadas, buscó una marcha más con el triple cambio que introdujo Gonzalo Cuenca, metiendo de golpe a Íñigo, Nico Fernández y Emi. Este último tuvo la mejor ocasión, pero su disparo franco y en carrera se le marchó desviado. Con menos balón, y más empujado hacia su campo, el Villalba aguantó muy entero los intentos alfareros, sin conceder atrás y manteniendo arriba una amenaza latente, sobre todo con Pablo Montero, cuyo crecimiento en el partido fue evidente. Mateo García, sin todos los recursos a mano para revolucionar, echó mano de Anas y el equipo restableció el equilibrio.

De ahí al final, ambos equipos alternaron estériles intentos por romper la igualada y acabaron firmando un justo empate, en un partido con más fútbol que picante, y a falta de encontrar el punto a la cocción. En el caso del CUC Villalba, a ello contribuirá seguramente su próxima salida a Las Veredillas, donde el domingo le espera el primer líder, la AD Torrejón de Míchel Carrilero.

Jaime Fresno

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