El árbitro prolonga el atasco del Atlético Leones en su duelo crucial con el Adarve B (0-1)

No es la temporada del Atlético Leones, al menos de momento. El equipo de Guadarrama no acaba de carburar y encima todos los detalles parecen jugar en su contra, árbitros incluidos. Uno de ellos, Sánchez Fernández, contribuyó este domingo a prolongar la particular pesadilla verdiblanca, obviando dos penaltis que le hubiesen dado la opción de empatar al Unión Adarve B. Al menos el primero de ellos fue de claridad meridiana, porque Álvaro ya había ganado la posición a su par para encarar con toda la ventaja al portero.

El agarrón fue clamoroso, el árbitro lo vio, pero dio media vuelta inmediata y no atendió a razones. Lo mismo ocurrió cuando cayó Gallego, abrazado por su defensor, con la duda, en el primer y único visionado, de si el central del Leones hizo por engancharse a su marcador. Ni lo uno ni lo otro fue punible para el colegiado, entre la bronca del Nuevo Raso, cuya parroquia volvió a asistir al quiero y no puedo de un Leones que mereció mucho más.

Los de Guadarrama reclamaron dos penaltis sobre Álvaro y Gallego, el primero de ellos muy claro, cuando intentaban remontar el gol anotado por el filial adarvista prácticamente en su única llegada

Quique Casado, en un momento del partido ante el Unión Adarve B

Salvo en los primeros minutos, cuando el Adarve B asomó con un par de incursiones de Marcos de Segovia y Marcos Llanos y el Leones se hizo de rogar para entrar en juego, el partido no dio indicio alguno de ir a caer del lado visitante. Joe Maset, con la seguridad de Gallego atrás, puso a Iván y Javi en el medio, colocó a Quique Casado a caballo entre la punta y el enganche, y completó el tridente con dos hombres en los flancos, Tendero y Raúl, éste también con recorrido al medio. Aun sin mucha fluidez, el Leones fue sintiéndose cómodo ante un Adarve B que, pese a tener más el balón en esa fase, fue perdiendo profundidad. A los 24 minutos, un centro de Javi desde la izquierda no encontró rematador en el segundo palo por centímetros, después de que el balón se pasease por el área chica. Quién le iba a decir al Leones que terminaría encajando el gol de la derrota en una acción calcada.

De ahí al descanso transcurrieron minutos en los que el Leones pudo y debió abrir el marcador, pero el remate y la suerte le fueron esquivos: un caracoleo en la izquierda de Casado acabó en un centro medido a Tendero, que se sacó un disparo cruzado y mordido a la media vuelta que desbarató Hugo Hidalgo; el guardameta adarvista tuvo que emplearse poco después para sacar con una parada en retroceso un remate picado abajo, en otra acción gestada en las botas del 22 verdiblanco.

Los verdiblancos elevaron su nivel de juego, ya con Gallego, Raúl y Quique Casado, pero evidenciaron sus problemas de cara a gol, ante un Adarve B que acabó defendiendo con una línea de seis

Mazazo tras el descanso

El marcador llegó sin moverse al descanso y, a poco de la reanudación, llegó el mazazo, cuando Gustavo remachó el 0-1 del Adarve B, tras un pase lateral que nadie acertó a despejar. La misma jugada malograda por el Leones en la primera parte. Visto el cariz que tomaba el partido, Joe Maset realizó un doble cambio, para meter a Serrano en la derecha, bajando a Llave como lateral puro, e insertando a Álvaro en el ataque. Ambos se movieron bien por sus sectores y contribuyeron a incrementar la sensación de dominio total del Leones, ante un Adarve B configurado para aguantar y arrear al contragolpe.

En esa fase, Tendero le puso un balón de oro a Raúl, a quien en boca de gol, entrando de cara, le faltó determinación para atacar el balón tal y como demandaba la jugada. Cosas seguramente de la falta de minutos en competición, que no tardará en coger el 7 guadarrameño, sustituido poco después. Esa acción, ya mediada la segunda parte, terminó de acular al Adarve B para defender su tesoro, con una línea de hasta seis efectivos y una pantalla avanzada de otros cuatro apenas unos metros por delante. Un autobús en toda regla, con pocas licencias para la aventura en busca del 0-2.

El Leones fue acaparando el balón y jugándolo en campo contrario, bombardeando con centros laterales, provocando faltas en las inmediaciones del área… Y también dentro de ella: llegaron los dos penaltis, negados por Sánchez Fernández y, en pleno arreón final, Víctor Omaba no llegó por poco a remachar un centro cerradísimo al segundo palo y el portero realizó dos buenas paradas a disparos de Serrano, el último ya en tiempo añadido.

El pitido final sonó a injusta condena para el Leones, unas veces abandonado por el juego y otras por el infortunio, y a bendición para un Adarve B que ganó con lo mínimo y acabó achicando agua para cantar la victoria que lo devuelve al segundo puesto. Ese lugar ya suena a quimera para el Leones: se descuelga ya a 13 puntos, en tanto que el descenso se le aproxima a cinco. Joe Maset dijo después que es lo que más hay que vigilar, visto que el fútbol le niega el pan y la sal a su equipo.

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