El Villanueva del Pardillo acribilla al CUC Villalba con cuatro goles en 17 minutos (2-5)

El CUC Villalba vivió una pesadilla en la Ciudad Deportiva, ante un Villanueva del Pardillo desbordante de fútbol que lo atropelló en los 80 minutos que siguieron al gol inicial de Braiden. El 1-0 fue reducido a la categoría de anécdota, en una mañana aciaga para los amarillos, pues los visitantes contestaron con una secuencia de ataques demoledora: cuatro goles en los 17 minutos siguientes. El Villalba cayó a la lona, incapaz de frenar las oleadas del rival, y ya no se pudo levantar. Quedó a merced de un soberano concierto de fútbol del cuadro dirigido por Javi Zamorano, sin duda el mejor equipo que ha pasado por la Ciudad Deportiva desde que los amarillos regresaron a Preferente. Además, al Pardillo le salió todo: la pegada, con un excepcional Héctor Rúa, autor de tres goles, y el juego, a partir del soberano partido que se marcaron jugadores como Zárate o un imperial Pablo Suárez al mando de las operaciones. Ante eso, el Villalba se quedó sin respuestas. Nada le funcionó; ni el plan inicial, ni los cambios. En la segunda parte, ya con 2-4, persiguió sombras y fue zarandeado en las amplitudes de un campo que no ofrece escapatorias cuando se está a merced de un equipo tan preciso como fue el Villanueva del Pardillo. Encajó cinco, pero pudieron ser más, y acabó entregando a los blanquiazules la quinta posición y el golaverage particular.

Todo ocurrió en una mañana en la que se abría una nueva etapa, con la presumible llegada del Gato Romero a la Dirección Deportiva para suplir la inopinada marcha de José Martín Ferriz -el club no había anunciadooficialmente al técnico uruguayo al cierre de esta noticia-. Casualidad o no, en el primer día sin el que fuera portero, capitán y presidente, además de argamasa entre los socios y seguidores y el club, el equipo sufrió la derrota más dura y ofreció su imagen más impotente, para caer a la séptima posición y alejarse a seis puntos de un ascenso cada vez más difícil. La situación amenaza con volver a dejar al CUC Villalba en tierra de nadie, en una Preferente que además libra su batalla por el ascenso a un nivel superior al del año pasado, con hasta nueve aspirantes. Y no sólo eso, sino que además es problemática para los entrenadores, que afrontan la recta final emitiendo síntomas de no dar con la tecla, sin escudos y con la sombra del relevo en el horizonte, pese a su valiosa hoja de servicios. Si no hay reacción, de poco valdrá que Pepón López Cortijo sacase al CUC Villalba del bochorno histórico de jugar en Primera Regional, y que Borja Fernández-Blanco reconstruyese el equipo de la nada, algo en lo que le fue la salud. El crédito que otorga el fútbol a los entrenadores es limitado, más si cabe en un club tan proclive a los cambios como el CUC Villalba. Llegado el peor de los casos, tomar decisiones no sólo sería el derecho de la nueva directiva de Piero Capponi, sino su deber.

Vapuleados en la primera parte

El partido como tal se acabó antes de la media hora de juego, tras el huracán de cuatro goles en 17 minutos que desencadenó el Villanueva del Pardillo sobre la portería defendida por Rodrigo. Fue nada más marcar Braiden el 1-0, en un balón largo a la espalda de la zaga que el delantero peleó hasta lograr el remate final, con una buena picada sobre el guardameta Rafa. El Villalba se durmió en los laureles del gol y sucedió lo que nunca puede ocurrir: encajar dos goles consecutivos tras los dos saques de centro pertinentes. En el primero, el Villanueva del Pardillo llegó por oleada por la derecha, con una comodidad absoluta, Rulo chutó cruzado y Rodrigo dejó su rechace para que Héctor Rúa empujara a placer el empate.

El Villalba sacó, volvió a perder el balón de inmediato, los visitantes soltaron otro zarpazo y Rúa volvió a marcar. Con 1-2, los amarillos quedaron sonados sobre el campo: se vieron sin más balón que el de las salidas desde atrás, perdieron cada duelo individual, se vieron superados por el medio y por los costados y, si asomaron por campo contrario, nunca fue tras enhebrar más de dos pases seguidos. El Villanueva del Pardillo lo aprovechó y clavó otra doble puñalada: al minuto 27 trazó su enésima colada por la derecha, Rulo puso un centro medido al segundo palo, y por allí volvió a aparecer Héctor Rúa para picar de cabeza el tercero. A renglón seguido, los visitantes utilizaron el costado contrario para forzar un saque de esquina, tras el que llegó el 1-4, obra de Beto tras fusilar a placer en el área.

Para entonces, los peloteros del Pardillo ya campaban a sus anchas, con Pablo Suárez dando un concierto de fútbol ante un centro del campo villalbino sin capacidad para la recuperación. Al exquisito zurdo ex del Real Unión de Irún y en su segunda etapa en el Villanueva del Pardillo tras volver desde el Real Carabanchel se le sumó, entre otros, un Zárate en su mejor versión, siempre capaz de hacer trizas las líneas amarillas con sus conducciones. Al Villalba no le dio para taparse, pero al menos tiró de arrestos en el tramo final de la primera parte y pudo reducir la sangría. De nuevo fue a través de Braiden, quefue a pelear un balón que parecía perdido en la línea de fondo, se lo rebañó a los defensas y se asoció con Víctor Salcedo para que éste le pusiese el gol en bandeja a Vivi. Fue el 2-4 y una mínima esperanza para el Unión. Pero ahí se quedó.

Sin reacción en el segundo tiempo

El Villanueva del Pardillo aún acabó la primera parte perdonando el quinto, en un mano a mano de Borre con Rodrigo, resuelto con un disparo sobre la marcha del delantero que el guardameta amarillo repelió como pudo. Y tras el paso por la caseta, más: Ander cabeceó fuera un remate franco ante el portero, a la salida de una falta lateral mal defendida, y Pablo Suárez se sacó otro jugadónpara romper como interior izquierdo y combinar con Rúa. Rodrigo sacó de la misma raya el gol, con los visitantes pidiendo que el balón había entrado. Para entonces Pepón ya había intervenido, quitando en el descanso a Juan Olalla y a un muy poco activo Diego Altamirano, para meter a Álvaro y a Quique Casado. Pero nada le funcionó. Javi Zamorano dio la consigna de defenderse a partir del balón, y la segunda parte se fue consumiendo con un concierto de circulaciones visitantes que el Villalba sufrió casi más que los propios goles en contra. Se vio abocado a perseguir sombras. Un madridista aficionado del Villalba retrató la situación: “Da la misma sensación que en el 0-4 del Clásico contra el Barcelona”.

Pepón buscó un último y desesperado intento con Borja Acha, Santi Lagreca y David Nevado, pero nada se pudo hacer ante el rigor táctico y la precisión del Pardillo. A 18 minutos del final, el lateral Josele rompió por la derecha y la jugada acabó con Borre rematando a placer el 2-5. Tres minutos después, el recién incorporado Chuqui perdonó el sexto, después de otra excelente maniobra de Pablo Suárez. Y con todo vendido, Quique Casado fue expulsado, tras ver dos cartulinas amarillas en 13 minutos.El pitido final de Sánchez Dueñas fue una bendición que acabó con una mañana de pesadilla, en espera de que la visita al Coslada levante unos ánimos que quedaron por los suelos.

El equipo cede el golaverage particular a su rival, que además le adelanta en la tabla, y cae a la séptima posición a seis puntos del ascenso antes de visitar al Coslada  

UNIÓN COLLADO VILLALBA: Rodrigo; Juancar(Quique Casado, 46’), Jaime Guadaño, Juan Olalla, Keko(David Nevado, 73’); Diego Altamirano (Álvaro, 46’), Luisja Juárez, Koke, Vivi (Santi Lagreca, 57’); Víctor Salcedo (Borja Acha, 61’) y Braiden.    

VILLANUEVA DEL PARDILLO: Rafa; Josele, Pina, Ander, Martínez; Zárate, Pablo Suárez (Diego, 87’), Rulo(Chuqui, 66’); Borre (Patrick, 78’), Héctor Rúa (Adri, 66’) y Beto (Arlan, 78’).

ÁRBITRO: Antonio Sánchez Dueñas. Irregular actuación.

GOLES: 1-0, Braiden (11’). 1-1, Héctor Rúa (12’). 1-2, Héctor Rúa (13’). 1-3, Héctor Rúa (27’). 1-4, Beto (29’). 2-4, Vivi (43’). 2-5, Borre (72’).

INCIDENCIAS: Partido de la 26ª jornada en el Grupo 1 de Preferente, con unos 150 espectadores en la Ciudad Deportiva en mañana soleada y fría.

Jaime Fresno