Carlos Verona llama a las puertas del Tour de Francia con una memorable actuación sin premio en el Campeonato de España de San Lorenzo

El derroche de Carlos Verona no encontró el premio que merecía en San Lorenzo de El Escorial, donde el gurriato del Movistar reapareció en competición sacándose de la manga un carrerón en la prueba en ruta del Campeonato de España. Fue 18º, a 27 segundos del nuevo campeón, su compañero Oier Lazkano, pero su brillo individual valió mucho más, por piernas, por generosidad en el esfuerzo y por esa inteligencia y disciplina tácticas que siempre le permiten jugar un papel esencial en la estrategia de su equipo. Verona fue fundamental para que el Movistar recuperase en San Lorenzo el maillot rojigualda, que no era suyo desde que Alejandro Valverde lo ganara en su Murcia natal allá por 2019, demasiado tiempo cuando se trata del mejor equipo español, el único en el World Tour.

Esta vez, la escuadra telefónica no dio opciones: desactivó la amenaza del fenómeno Juan Ayuso por pura superioridad numérica -12 efectivos contra dos del UAE Emirates-, sí; pero también por pura calidad individual y estratégica. La pizarra de Pablo Lastras, un serrano más, por sus raíces en San Martín de Valdeiglesias, desplegó las piezas azules de la forma adecuada, siempre en punta de carrera, siempre atentas a cualquier rebelión por detrás, y señaló el Almojón como punto clave. Allí, en un puerto tan conocido en juveniles como desconocido en profesionales, no puntuable para la ocasión, pero con dureza suficiente en su kilómetro intermedio, soltó el ataque decisivo Oier Lazkano, pletórico en las rampas que llevan de Robledo de Chavela a Fresnedillas de la Oliva, mientras que hasta tres Movistar se quedaron a guardarle las espaldas, por si Ayuso se sacaba una genialidad de las suyas. No hubo caso, pues todo le salió a la perfección al escuadrón telefónico.

Verona en fuga

Carlos Verona jugó un papel maestro en el plan en su día más especial, con permiso de aquella etapa de la Vuelta a España que fue de San Lorenzo a Cercedilla y en la que acabó sexto, tras recibir el homenaje de su gente y de su colegio, con aquella pancarta desplegada para el helicóptero. El gurriato realizó el corte de cinta a las 9 de la mañana en Juan de Borbón y Battenberg, flanqueado por la alcaldesa, Carlota López Esteban, y el presidente de la Federación Española, José Luis López Cerrón, y un rato después, a la altura del kilómetro 40, ya estaba en fuga con Javier Romo, sin duda el otro gran protagonista del Nacional. El corredor de Astana fue el único que pudo coger la rueda del ciclista serrano, que saltó pleno de determinación a jugar el papel asignado de no dar tregua a Juan Ayuso, el gran favorito, a base de crear tensión perseguidora.

Verona y Romo hicieron camino en buena armonía en el primer bucle, los 98 kilómetros rompepiernas de incursión hasta Villanueva de la Cañada. Pero para su desgracia, el pelotón nunca les concedió más de minuto y medio, con la única licencia de transitar en cabeza en el primer paso por San Lorenzo. El sueño de la gesta a larga distancia se acabó en la primera bajada de la Cruz Verde, rumbo a Robledo, cuando enlazaron Gorka Izagirre, Oier Lazkano, Gonzalo Serrano (Movistar), Urko Berrade, Raúl García Pierna, Pablo Castrillo (Kern Pharma), Víctor de la Parte (Direct Energie), y Abel Balderstone y Julen Amézqueta (Caja Rural-Seguros RGA). El nuevo escenario dejó una carrera definida entre los once ciclistas de punta y los perseguidores, con Juan Ayuso solo, sin Marc Soler, y dejando hacer a los equipos que no habían filtrado a nadie en la selección; o sea, Burgos BH y Euskaltel Euskadi.

Lazkano ataca, Verona insiste               

Muchos esperaban que Carlos Verona no resistiese en el tira y floja de la cabeza, visto su derroche durante casi 150 kilómetros, pero el gurriato desplegó entonces toda su sabiduría táctica con las fuerzas que le quedaban, que eran muchas: tensó la cuerda a 2,5 kilómetros del segundo paso por la Cruz Verde, para contener el recorte de Juan Ayuso, y entre su trabajo y el de los otros tres Movistar -Oier Lazkano, Gonzalo Serrano, y Gorka Izaguirre-, el grupo delantero coronó con 38 segundos sobre el joven asturiano, Pelayo Sánchez, y 55 en relación al grupo de un Juan Ayuso que, inquieto, pasó por la cima amagando con un ataque en la parte inicial del descenso.

La situación, ideal para el Movistar, tuvo el remate perfecto en las rampas del Almojón, donde Oier Lazkano vio llegado su momento. El alavés aceleró nada más empezar la subida y sólo un impresionante Javier Romo pudo seguirle. Cuando el puerto entró en lo más duro, en ese kilómetro intermedio que pica al 8%, camino de la ermita de San Antonio, Lazkano acabó con la resistencia del manchego de Villafranca de los Caballeros y se fue en solitario a por el maillot rojigualda, moviendo un imponente desarrollo con el que se plantó en Fresnedillas con diferencias por encima del minuto.

Mientras el alavés abría el hueco decisivo, Ayuso enlazó por detrás con el grupo de Verona, Izaguirre y Aranburu, en compañía de Fernando Barceló y Jordi López, entre otros. Dio la impresión de que ya era demasiado tarde para el fenómeno de Jávea, cuyos intentos, hasta cuatro, fueron secados sistemáticamente por Aranburu; pero poco después Lazkano empezó a flaquear, y del minuto de ventaja con el que pasó por Fresnedillas, pasó a disponer de sólo 30 segundos poco antes del giro hacia el bosque de La Herrería, donde le esperaba la última trampa.

El alavés bajó desarrollo mientras por detrás se sucedieron los ataques y contraataques, con Carlos Verona, espléndido, siempre en el sitio exacto. A 14 kilómetros de meta, el sanlorentino se filtró en un cuarteto perseguidor, con Javier Romo, también incombustible, Luis León Sánchez y su compañero Gorka Izaguirre, mientras Aranburu seguía con su misión de secante de Ayuso. Por si fuera poca la superioridad numérica del Movistar, por detrás llegó Jorge Arcas y el terreno quedó abonado incluso para el triplete telefónico.

Una bala en la recámara

Carlos Verona, todavía con una bala en la recámara, reclamó su bien ganado derecho a estar en el podio, atacando a seis kilómetros de meta, pero su inseparable Javier Romo le salió a rueda y la subida final al empedrado lo remató, en un final agónico en el que la diferencia de Lazkano, acalambrado, se redujo a la mínima expresión. El alavés de 23 años se coronó campeón de España con sólo seis segundos de ventaja sobre Juan Ayuso, ganador en el mano a mano por la plata ante Aranburu. Un final emocionante que acabó siendo injusto con los héroes del día. Verona, podio en potencia por su despliegue, fue 18º; y Javier Romo, que lo mismo, se dejó llevar hasta el puesto 44, a casi tres minutos. Ambos brillaron como primeros espadas en sendas estrategias diseñadas para su inmolación en favor de sus jefes.

Puede sonar ingrato, pero es pura ley en el ciclismo como deporte colectivo. Lo que no quita para el lamento de gran parte de la afición serrana, que vio a Verona ejercer de peón en vez de alfil, un papel que, por otra parte, era difícil de prever tras el largo parón tras el Giro de Italia. Quizá el premio le llegue este martes, cuando el Movistar le diga si entra o no en el equipo del Tour de Francia. De momento, el sanlorentino ha llamado a esa puerta, haciendo gala de una hoja de servicios a la causa impecable, y la opción de estar el sábado en Le Grand Départ de Bilbao está ahí. Sería su quinto Tour de Francia en cinco años en el Movistar.

Triunfos de Mavi García y Unai Aznar                

El gran fin de semana ciclista en San Lorenzo se completó con la interesante jornada del sábado, en la que la mallorquina Mavi García se proclamó por quinta vez campeona de España, imponiéndose en la Lonja con 50 segundos de ventaja sobre Sara Martín (Movistar) y 51 sobre la catalana Mireia Benito, la corredora que le había privado de la victoria en el Campeonato de España de contrarreloj de Sevilla La Nueva. EDl otro triunfador del sábado fue el navarro Unai Aznar, que se coronó como nuevo campeón de España sub-23 por delante del valenciano, Josep Tomás, y del catalán, Francisco Muñoz. Los tres se jugaron la medalla de oro en el tramo final de La Herrería.

Jaime Fresno

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