“Un político llegó a decirnos que la Tragamillas funciona porque no la hacen los políticos”

José Castillo y Javier Martín dejan la organización tras 15 años al frente de la media maratón villalbina, pasando el relevo al club Twinner Run and Run de José María Gómez Santero.

Punto y parte en la Tragamillas: el Club Deportivo El Castillo deja la organización de la gran carrera villalbina y ello significa el adiós de sus dos máximos responsables, José Castillo y Javier Martín, las caras más visibles del evento deportivo que durante 15 años y 14 ediciones ha llevado el atletismo popular serrano a otra dimensión.

El club Twinner Run and Run, también radicado en Collado Villalba, toma el relevo de cara a ediciones sucesivas, empezando por la próxima de marzo de 2022, y lo hace con José María Gómez Santero al frente, un atleta con podio en la carrera que además lleva años colaborando con la organización en calidad de patrocinador.

Todo queda en buenas manos, pero el fin de etapa en el que ha sido el gran acontecimiento deportivo de Collado Villalba en los últimos 15 años tiene un innegable impacto de carácter sentimental, por el carisma de quienes se van, y por lo que supone que se echen a un lado quienes crearon de la nada una carrera que le ha dado mucho a Collado Villalba.

La noticia, conocida desde hace meses de forma oficiosa, fue anunciada hace unos días en la presentación de la San Silvestre Villalbina y en presencia de la alcaldesa, Mariola Vargas. Una hora antes, Javier Martín y Jose Castillo habían concedido a AQUÍ EN LA SIERRA su entrevista final, un repaso a 15 años que ya están en la historia del Deporte de Collado Villalba.      

             

Javi y Jose, el tándem de la Tragamillas, deja la organización. ¿Por qué?

Javier Martín: Sí, contundentemente, sí: lo dejamos. Después de un año parados, eso te hace ver otras cosas, te hace ver que has tocado techo. Siempre hay que saber cuándo irse, y personalmente, creo que es el momento.

José Castillo: En mi caso, el motivo que más veo es a nivel personal. Llevo 15 años con muchos voluntarios, 150 o así, y a la gente, que lo hace por amistad o compromiso, al final la cansas. Es el principal motivo: había muchos voluntarios y había que reactivarlos…

Tema muy sensible ése, porque la Tragamillas sigue y se sustenta en los voluntarios. ¿Es el gran reto de la próxima edición?

J.C. Creo que sí, porque quienes lo cogen saben bastante del tema deportivo, aunque les vamos a echar una mano. Uno de nuestro club, José Luis, incluso está metido con ellos en Twinner Run and Run y lleva bastante peso. Es el problema: la carrera mueve 70 ú 80 policías municipales, 20 de Protección Civil, y aparte de eso hace falta mucha gente, poníamos casi un voluntario cada metro y medio

Aparte de ello, ¿vuestro depósito de energía estaba ya agotado?   

J.M. No, Yo creo que por el parón que hemos tenido hemos pensado en otras cosas, tú date cuenta de que es una carrera que necesita un trabajo casi de 365 días al año. Bien es verdad que con el tipo de negocio que tenemos nosotros de hostelería te quitas muchas horas de sueño, tienes tus cabreos… Llega un momento en que ves que no llegas a todo. Puede ser que se haya vaciado algo el depósito, pero aunque los cabezas visibles somos Jose y yo, tenemos en el club un grupo de 40 ó 50 personas que trabajan tanto como nosotros, o más. Lo hemos hablado con todos, y creo que la gente estaba ya un poquito cansada.

José Castillo y Javier Martín, hace unos días en Collado Villalba / Fotografía: Rafa Herrero

¿Habría ocurrido lo mismo sin pandemia? ¿O dejarlo es algo que veníais barruntando desde hace tiempo?

J.M. Sí, llevábamos pensándolo un año, quizá dos…

J.C. Pasa como con las novias: al principio lo coges con mucha ilusión, y luego sí, la quieres, pero ya no con tanta ilusión. Cuando pierdes la ilusión por una cosa… Recuerdo los primeros años, que llegábamos a estar hasta las cinco de la mañana con los dorsales, alguno hasta no dormía, pero luego cada uno sabía lo que tenía que hacer y lo pasábamos muy bien, todo estaba organizado. Pero en las tres o cuatro primeras ediciones, veíamos cómo había salido y decíamos: ¿cómo es posible que esto se haya podido hacer? Ahora, a lo último, se aprieta el botón, y sale. Igual por eso no tiene aliciente.

J.M. Sin pandemia no nos daba tiempo a pensar, y con pandemia sí nos ha dado tiempo, sobre todo para ver lo duro que es preparar la carrera.

La primera edición fue en marzo de 2007, lo que quiere decir que al menos desde el año anterior de 2006 ya andabais dándole vueltas a la Tragamillas. ¿Cómo surge la idea y cómo recordáis ese proceso? El Mesón Castillo jugó un papel importante, ¿no?

J.C. Sí, por allí fue, entre cervezas…(ríe) Nosotros salíamos a correr, habíamos empezado con el Club Deportivo El Castillo y éramos un montón de gente. Fue cuando pensamos: ¿y por qué no hacemos nosotros una carrera, si lo podemos hacer mejor que éste o aquél, que fallan en esto y en lo otro? El que dio la idea fue Pedro Pablo (García Ramos). Nosotros queríamos hacer una duatlón, por el Cerro de Telégrafos, por la Dehesa, pero fue él quien nos dijo que por qué no una media maratón. Pedro Pablo estuvo con nosotros en los primeros años.

J.M. Como dice Jose, empezamos a ir a carreras; y bueno, te va gustando y gustando… Aparte de la idea de Pedro Pablo, nosotros empezamos a decir que por qué no una carrera en Villalba.

J.C. Teníamos la idea de la duatlón, pero Pedro Pablo dijo: ¿y por qué no esto? Y dijimos: pues esto mismo.

J.M. Y sí, fue en la barra del Mesón Castillo

J.C. Igual llevábamos dos o tres años rondándolo…

J.M. Antes de empezar con la carrera, Jose ya llevaba cuatro o cinco maratones hechas. Y yo recuerdo que nos fuimos un verano a Sant Sadurní, y claro, tomamos un buen porrón de cava, nos dio un subidón y empezamos a correr. Casi echamos el bofe, pero desde ese día empezamos a correr y a meternos en el mundillo.

Entre todas esas carreras a las que ibais, ¿os fijasteis en alguna en especial como modelo para crear la Tragamillas?

J.M. Cogimos un poco de todas. Había muy buenas carreras: fuimos a la media de Fuencarral, la de Madrid estaba muy bien, Getafe, Segovia…

J.C. Pero mejor organización que la nuestra… Casi todas nos han copiado cosas

J.M. Organización y sobre todo los voluntarios. La gente estaba muy agradecida por los voluntarios, que en cada esquina les animaban.

J.C. Y por las instalaciones de aquí, las duchas, el aparcar al lado… Hay carreras que casi te tienes que hacer una maratón para llegar a la salida…

J.M. Sé que puede parecer que alardeamos, pero es verdad: el corredor puede dejar su mochila, tiene la ducha a diez metros, el coche al lado…

¿Vosotros también erais de los que os daba rabia la desaparición de una carrera tan histórica en Villalba como las Tres Leguas?

J.M. Sí. De hecho nosotros empezamos corriendo en Villalba las Tres Leguas y nos gustaba, sobre todo cuando hicimos el club. Una vez fuimos 50 ó 60 personas.

J.C. Íbamos con nuestras camisetas naranjas… Pero las Tres Leguas tenían ya muchas carencias, no tenían tanto patrocinador…

J.M. Igual desaparecieron por eso. A lo mejor nosotros, antes de que nos pase eso, queremos salir a tiempo. Las Tres Leguas llevaban mucho tiempo, veintitantos o treinta y tantos años. No sé, quizá les pudo el cansancio, y después de tanto tiempo organizando no tienes la misma motivación. Nosotros eso lo hemos dicho desde el principio: en el momento en que no tengamos motivación, lo dejamos. ¿Tú sabes lo que es tener en la misma esquina durante 14 ó 15 años al mismo chaval, que lo hemos cogido de chavalín y ya es un señor que tiene hijos, y tener que mandarlo otra vez a la esquina ésa?

La Tragamillas siempre ha sido el primer domingo de marzo. ¿Fue difícil hacerle hueco en el calendario de populares, teniendo en cuenta que las medias maratones se ubican en unas fechas muy concretas?

J.M. No, porque entonces no había tantas carreras. En enero o febrero, la gente se preparaba para la maratón; en Getafe, luego en Ciudad Universitaria, después venían la de Fuencarral, la de La Latina, y la de Madrid, que era 15 días antes de la maratón. Coincidimos algún año con la de Segovia, pero en eso no había problema.

Luego la competencia fue tremenda…

J.M. Sí. Tirabas una piedra y sacabas una carrera. En la última o penúltima edición de la Tragamillas hemos llegado a coincidir con ocho o diez carreras. En nuestras primeras Tragamillas llegamos a tener como 200 ó 300 corredores de fuera, hablo de Castilla y León, La Mancha, Murcia y más comunidades. Luego hicieron la media maratón de Salamanca y eso nos quitó como 100 corredores.

Cuando en la primera edición de 2007 veis en la salida a más de 800 corredores, ¿qué pensáis? ¿Algo así como, jolín la que hemos liado?

J.C. Eso le pasó a José Pablo (González Durán, alcalde de Collado Villalba en ese año), que le tuvieron que llamar diciendo: vente para acá que aquí hay más gente que en Villalba. Los premios los habían dado otros concejales, como Juan Concepción y alguno más, pero llegó muy rápido. 

La Tragamillas ha sido de los pocos eventos creados por la ciudadanía que han arrastrado a los políticos, y no al revés. Se demostró que la gente del Deporte podía hacer cosas sin grandes ayudas institucionales…

J.C. Sí. Además que no se lo creían…

J.M. En una de las ediciones, no del principio, sino de las del medio, un político dijo que la Tragamillas funcionaba porque no la hacían los políticos, y él lo era. No digo nombres (ríe).

El boom del atletismo popular

La Tragamillas tocó techo en la cuarta edición, cuando la participación se disparó por encima de los 1.600 atletas. ¿Aquel éxito fue paralelo al boom del atletismo popular?

J.M. Creo que sí. Nosotros nunca quisimos pasar del tope de 1.500, porque cada corredor que metes de más es más trabajo, más infraestructura, más de no sé qué… Llega un momento que tienes lo que tienes y que sólo lo quieres hacer bien. No queríamos algo con muchísima gente, porque hemos ido a carreras en las que creemos que metieron más gente de la que podían absorber. Ese año que dices, se nos fue de las manos: hubo un problema con las inscripciones en internet en ese fin de semana, que no cortaron a tiempo, y se nos fue a 1.600 y pico inscripciones. Claro, tú al corredor le das una bolsa, unos obsequios, y no puede ser que más de cien se queden sin ello. Pero sin bolsa no se ha quedado nadie nunca.

Siempre buscasteis innovar con los contenidos de la bolsa: el material técnico, la comida, los diseños de las camisetas; incluso cada año la carrera tenía su canción oficial. Da la sensación de que uno de vuestros objetivos también era poner en marcha el pueblo, con la música de bandas y charangas, los disfraces, el servicio de masajistas, la guardería…

J.M. Ahora se habla de carreras del rock and roll, cuando ya lo hacíamos aquí…

J.C. También quisimos meter un estilo a Segovia, metiendo a la hostelería. Lo que pasa es que la hostelería no nos apoyó…

J.M. Íbamos a hacer un menú. También estuvimos hablando con los hoteles, les demostramos que teníamos en la carrera a 200 ó 300 personas llegadas de fuera, tratamos de que lanzaran buenas ofertas, pero…

¿Eso falló por ser vosotros hosteleros?

J.M. No falló, sino que parece que cada vez que quieres hacer algo, como la idea la tenga otro… Aquí lo que pensamos es en que si tienes una idea es porque te lo vas a llevar, eso es lo que primero que pensamos los españoles. Ya que hablábamos antes de la bolsa: si cobrábamos 12 euros de inscripción, en la bolsa metíamos 20. La gente siempre decía que vaya pedazo de bolsa que habíamos dado, algún año con un chubasquero que en tienda valía 25 pavos; la mochila, el cortavientos… 

Imagen de la salida de la Tragamillas 2020, disputada justo antes del confinamiento por la pandemia / Fotografía: Archivo Aquí en la Sierra

Estos años a nivel general se han visto críticas en muchos foros con los precios que se manejan en las populares: ¿un organizador de carreras se forra?

J.M. Nosotros, no (ríe). Se puede forrar el organizador de la maratón de Madrid, o de la San Silvestre…

J.C. No forrar, sino vivir de las carreras, pero en carreras de decenas de miles de corredores. Ahí es donde puedes apretar en muchas cosas, como las camisetas, que se manejan muchas…

J.M. Nosotros hemos estado en un 10.000 en Canillas donde meten 4.500 corredores. ¿Pero cómo metes a 4.500 por cualquier calle de Villalba? Es imposible. Eso es ir a ganar dinero. Nosotros queremos que la gente disfrute, que salga a hacer sus tiempos. Por eso dijimos que el tope iba a estar en 1.500 personas y que de ahí no íbamos a pasar nunca.

J.C. Y lo poco que sacábamos de más iba para una comida para nosotros en el club, a lo mejor una equipación… Los picos que había era para cronometradores, las fotos de Corriendo Voy, el del equipo de música…

J.M. Es que una carrera de éstas vale mucho dinero, date cuenta que a cada corredor le das una bolsa que de coste igual vale 14 euros, más los seguros y demás. Y te tienes que buscar la vida para costear eso. Igual que un año tuvimos 1.600 corredores, en otros nos quedamos en 1.200, cuando habíamos hecho bolsas para 1.500, con lo que teníamos 300 de pérdida.

¿Estáis contentos con el apoyo recibido? Me refiero a las tres patas del banco: Ayuntamiento, patrocinadores y deportistas?

J.M. Empezando por los patrocinadores, nos hemos sentido apoyados al cien por cien. Los hemos tenido de calidad y siempre han estado con nosotros a muerte. ¿El Ayuntamiento? Pues siempre le ha gustado esta carrera, siempre han puesto lo que han tenido que poner. Bien es verdad que, abriendo comillas, podía haber hecho más. Se puede hacer más por la carrera y por Collado Villalba. Si ellos quieren que perdure la Tragamillas, pueden arrimar un poco más. Y luego la gente la ha apoyado mucho. Eso va en el tiempo y lo has podido comprobar: han salido días buenísimos y ha habido sitios con muchísima gente, como El Mirador, la Estación, o la meta. Hemos llegado a llenar la grada de la Ciudad Deportiva. Creo que hemos tenido ese apoyo y que a la gente le ha gustado. ¿Que ha tenido sus historias? Pues sí, porque el que sale a trabajar y se encuentra con la calle cortada y tiene que esperar una hora para salir, pues no creo que apoye mucho la carrera. Pero creo que la gente de Collado Villalba ha apoyado bastante la carrera.

¿Quién es el nombre propio de la Tragamillas? ¿Youness Ait-Hadi, Cuadrillero…?

J.M. ¡Hombre! Lo de Youness ha sido demasiado, creo que ha ganado seis ediciones. Y luego es un gran chaval, una excelente persona que se ha sentido muy querido por nosotros, y nos lo ha dado a cambio. Yo creo que sí: el nombre de la carrera, deportivamente hablando, es Youness Ait-Hadi. Luego también me quedo con Cuadrillero, cuando ganó aquella edición en la que le dio el desmayo al que iba primero (Mhamdi Hafid). Yo que seguí la carrera desde el coche vi que reventó porque Cuadrillero le apretó demasiado; le apretó ahí en Honorio Lozano y ya no pudo con él, por eso le pegó lo que le pegó. Como edición me quedo con esa. 

«En las mejores manos posibles»

Y ahora, ¿en qué manos queda la Tragamillas?

J.M.  Pues sincera y honradamente, creemos que queda en las mejores manos posibles para Villalba, porque Santero es un tío del Deporte, es corredor que ha hecho podio en la Tragamillas en sus primeros años, tiene un club importante de atletismo, Twinner Run and Run, y tiene mucha amistad con todo un campeón del mundo como es Cuadrillero. Creo que en lo deportivo lo tienen más fácil que nosotros. Y en lo demás, en este año que nos desvinculamos todavía entre comillas, todos los patrocinadores han dado el Ok. No va a empezar de menos no sé cuántos, sino que va empezar bien

¿Teníais claro desde el principio el traspaso a Twinner Run and Run? Lo digo porque en algunos mentideros señalaban incluso a Unipublic, la empresa organizadora de la Vuelta a España…

J.M.  Lo has dicho tú: mentideros. Cuando no se sabe se habla de todo lo que se quiere. Nosotros lo teníamos claro desde el principio, no hemos hablado con nadie más. Lo decidimos entre los quince o por ahí que preparamos casi todo, y la opción de Santero nos pareció bien y no hubo nadie en contra. Todos estábamos de acuerdo.

¿Vais a estar codo con codo con él en la organización de la Tragamillas 2022?

J.M.  Sí, no le vamos a dejar solo. Pero será hasta la salida, porque Jose y yo no hemos corrido nunca la Tragamillas y vamos a intentar correrla. 

¿Esto también es un adiós a la San Silvestre Villalbina?

J.C.  Tampoco queríamos hacerla, pero es más fácil que la Tragamillas…

También hay centenares de corredores, no se ve la facilidad muy clara…

J.M.  Sí, pero lo del corredor no es problema, el problema es el recorrido: para la San Silvestre igual te vale con 20 ó 30 voluntarios, no estamos hablando de 150 voluntarios, más 50 del club. La Tragamillas, entre policías, voluntarios, Protección Civil y gente del club, son unas 300 personas. El recorrido es que coge todo Villalba. Por cierto, no hemos hablado del partido que le ha sacado la Tragamillas a Collado Villalba. Hemos descubierto sitios como el Camino de la Fonda, hemos mantenido por las Suertes, Romacalderas, que muchos no lo conocían, el hacer una carrera mitad tierra, mitad asfalto, que eso lo agradecía mucho el corredor…

J.C.  Esta carrera tenía mucho de saltar la autopista, el río, el tren…

J.M.  Conseguimos poner luz en el túnel de la A-6… Gracias a la Tragamillas se han hecho cosas, como poner luz en el circuito de la Dehesa.

¿Os queda la espina de que la Tragamillas no llegase a ser una media maratón homologada?

J.M.  No. Lo hemos hablado alguna vez, pero nunca lo planteamos, porque tienes que traer jueces, tienes que traer no sé qué, aunque bien es verdad que no hemos cambiado el recorrido.

J.C.  Nos gustaba que viniera gente importante, pero nos hemos volcado en el corredor popular. A muy pocos hemos invitado de no pagar la carrera; últimamente lo hacíamos con los tres primeros del año anterior. Una vez me llamó un club de Guadalajara a decir que venían no sé cuántos pero sin pagar, y les dije que tenían que pagar como todo el mundo.

J.M.  A mí me llamó un marroquí que nos pedía habitación en hotel, cien euros y no sé qué más, porque acreditaba una marca de 1:02 horas, o por ahí. Y le dije que tú ven, la ganas, bates el récord y te llevas 500 pavos. Es que Youness, entre pitos y flautas, había años que se llevaba casi 1.000, entre ganar, el récord y lo demás. Lo tenía todo muy medido, el jodío

¿Un poco como hacía Sergéi Bubka con la pértiga?

J.C.  Igual, igual…Se frenaba para poder llevárselo más años.

Para acabar, ¿qué mensaje le dais a los seguidores de la Tragamillas, y también a los vuestros, que me consta que son muchos?

J.M.  Pues agradecerles mucho el apoyo de todos estos años, decirles que sin ellos no habríamos podido estar donde estamos, porque siempre hay una cara visible, pero hay mucho trabajo detrás, mucho voluntario, mucha gente del club… Sin ellos no se podría haber hecho esto. Lo que pasa es que nosotros somos guapos y salimos muy bien en las fotos (ríe).

J.C.  Sobre todo, agradecer el trabajo de los voluntarios y de la gente del club, porque lo han dado todo.

Jaime Fresno

Send this to a friend