Carlos Soria aterriza en Madrid arropado por su familia y confirma que será operado de su lesión por el doctor Leyes

Carlos Soria ya descansa en su casa de Moralzarzal, tras pasar “los peores días de mi vida bajando de ahí arriba hasta el Campo 2”, según confesó en sus primeras declaraciones al portal ‘Desnivel’ a cuenta del grave accidente sufrido cuando atacaba la cumbre del Daulaghiri(8.167 metros). El montañero de Moralzarzal aterrizó este domingo en el Aeropuerto Adolfo Suárez procedente de Katmandú junto a su inseparable Sito Carcavilla, y fue recibido por su mujer, Cristina, sus hijas y sus nietos, formando la imagen que todos esperaban, tras varios días recibiendo inquietantes noticias desde el Himalaya.

Al montañero de Moralzarzal le confirmaron la rotura de la tibia de su pierna derecha en el hospital de Katmandú, centro al que fue trasladado en el helicóptero del italiano Simone Moro en un viaje desde el campo 2 del Daulaghiri, el punto al que llegó tras un dificilísimo descenso desde los 7.700 metros de altura ayudado por Sito Carcavilla, los sherpas y escaladores noruegos y polacos

La caída que le provocó la fractura de tibia, sobrevenida por el choque con uno de los sherpas, que se despeñó sobre Carlos en una pendiente muy pronunciada, sobre la cota de los 7.700 metros, se produjo en la madrugada del miércoles 17 de mayo, cuando la expedición del de Moralzarzal iba enfilada hacia la cima del Daulaghiri, plena de fuerza y con las mejores condiciones meteorológicas para lograr el ansiado objetivo y completar la extenuante jornada de cumbre en el Campo 3, a unos 7.200 metros. Carlos Soria quedó maltrecho, sin posibilidad alguna de emprender el descenso por sí mismo, y tampoco de ser rescatado por un helicóptero en ese punto. Fue ayudado por Sito Carcavilla y los sherpas a bajar a la seguridad del tercer campo, deslizándose sobre su propia ropa, en condiciones muy duras de dolor.

“Los peores días de mi vida”

En declaraciones a ‘Desnivel’, Soria dijo que “han sido los peores días de mi vida, bajando de ahí arriba hasta el Campo 3”. Una vez allí, una pareja de escaladores noruegos, con la que Carlos hizo amistad en el Campo Base, y la expedición polaca formada por Bartek Ziemskyy Oswald Rodrigo Pereira, se sumaron al rescate por medios ‘manuales’, hasta que lograron completar la bajada hasta el Campo 2 del Daulaghiri, a 6.600 metros, es decir, más de mil metros más abajo que el punto del accidente. Fue allí donde entró en acción el helicóptero del afamado escalador italiano, Simone Moro, uno de los grandes especialistas mundiales en subir ochomiles en invierno, con el que se completó el traslado a Katmandú tras hacer una escala para repostar en la localidad nepalí de Pokhara.

A sus 84 años, Carlos volverá a ser intervenido por el doctor que le implantó la prótesis de rodilla en la misma pierna lesionada, con la esperanza de retomar cuanto antes los entrenamientos. “Han sido los peores días de mi vida bajando de ahí arriba hasta el Campo 2”

Carlos Soria recibió un primer diagnóstico en el hospital de Katmandú, donde confirmaron la rotura de la tibia de su pierna derecha, además de ser tratado de quemaduras en la boca por congelación y de una deshidratación, siempre según sus declaraciones a ‘Desnivel’. El de Moralzarzal esperó en Katmandú a la llegada de Sito Carcavilla, que no pudo volar desde el Daulaghiri para reunirse con él hasta el sábado, y una vez que Luis Miguel López Soriano e Isidoro terminaron de arreglar los trámites para el vuelo de regreso desde España, ambos tomaron el avión para completar la que ya es de largo su aventura más complicada en muchos años de viajes al Himalaya, el primero en 70 años de montañismo en el que Carlos Soria ha tenido que ser rescatado, algo que era un hito -y sigue siendo- en la historia del himalayismo.

Carlos Soria ya descansa en Moralzarzal en espera de ser examinado por el doctor Manuel Leyes, el traumatólogo que le implantó la prótesis de rodilla en la misma pierna derecha lesionada, y ser sometido a la operación que debe soldar su tibia fracturada. “Está deseando tratarme en su clínica de Madrid, que esté en sus manos. No quiere que me operen aquí, en Katmandú. El doctor Leyes hará lo posible e imposible para que quede bien”.

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